Semana decisiva para la formación del nuevo Gobierno en España

Mariano Rajoy. / hoy.com.do
Mariano Rajoy. / hoy.com.do

Independientemente de la decisión del Comité Federal del PSOE, esperada y provisional, al menos hasta que la situación avance, esta semana que empieza es decisiva para la formación del nuevo Gobierno. Mariano Rajoy se reunirá con Pedro Sánchez este miércoles por la mañana.

Semana decisiva para la formación del nuevo Gobierno en España

Independientemente de la decisión del Comité Federal del PSOE, esperada y provisional, al menos hasta que la situación avance, esta semana que empieza es decisiva para la formación del nuevo Gobierno. Un Gobierno que sólo puede estar encabezado por el PP, con más o menos apoyos. Debería ser seguro el de Ciudadanos para asegurar la gobernabilidad, igual que hizo con el PSOE aún a sabiendas de que no era posible llegar a ningún puerto. Ahora, aunque tampoco la hay, un gobierno con 170 escaños puede gobernar perfectamente negociando todo o casi todo con el PSOE. Es decir, que el futuro pasa por un programa pactado con Ciudadanos, un acuerdo con el PSOE para las grandes reformas y mucha cintura parlamentaria para alcanzar acuerdos en todo lo demás, incluidos los Presupuestos, que serán el otro Tourmalet que tiene que subir Rajoy si quiere dar estabilidad a España. Pero la responsabilidad no es sólo suya.

Estabilidad y confianza. Los márgenes de decisión, gobiernen Rajoy o Sánchez -bueno, Sánchez está enrocado en el no absoluto, pero también amortizado y pendiente de que los suyos le den la puntilla- son muy pequeños porque las obligaciones sociales internas y las políticas de la Unión Europea reducen mucho las posibilidades de maniobra. Pero es que, además, cualquiera que gobierne o que exija acuerdos para el pacto, no puede ignorar que España es el país que más crece de la UE, que el paro está descendiendo, aunque sea con precariedad y temporalidad, y que cualquier giro radical puede poner en peligro lo que se ha hecho. Y que la alternativa puede ser mucho peor.

Lo que tienen que cerrar los tres partidos constitucionalistas, dentro o fuera del Gobierno -lo ideal sería dentro- y cerrarlo ya, es un acuerdo que sirva para consolidar la recuperación, tan frágil aún como sometida a todos los problemas internacionales, y la puesta en marcha de medidas que sirvan para incentivar la creación de empresas y de empleo y la competitividad. Tienen que conseguir que esa recuperación "se note", que llegue a todos. Con algo menos de cuatro millones de parados, muchos de ellos sin prestaciones sociales, nadie puede hablar de que "España va bien". En tercer lugar, los tres, y si fuera posible Podemos y los partidos nacionalistas, deben abordar las reformas estructurales pendientes (educación, justicia, fiscalidad, pensiones, territorialidad, ley electoral, modelo industrial, innovación...) y cerrar un pacto que sirva para los próximos 10 o 15 años. Y, por último, abordar, también sin fisuras, la regeneración política y la lucha cerrada contra la corrupción.

¿Quieren? El objetivo es devolver a los ciudadanos la confianza en sus instituciones y en sus políticos y ello exige una negociación sin condiciones iniciales, sin líneas rojas y sin vetos de ningún tipo. También imaginación y altura de miras. Es el tiempo de la política. Como dice Álvarez Pallete, el presidente de Telefónica "en vez de fronteras, imaginen nuevos horizontes". Se puede, claro que se puede. Y están obligados. Mariano Rajoy se reunirá con Pedro Sánchez este miércoles por la mañana.

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