La clave no está en si habrá terceras elecciones, sino en Rajoy y Sánchez

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. / blogselconfidencial.blogspot.com
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. / blogselconfidencial.blogspot.com

El presidente en funciones pretende ir a un nuevo intento de ser investido y ganarse el apoyo del PNV o unas terceras elecciones, pero ninguna de esas solucionarán nada. 

La clave no está en si habrá terceras elecciones, sino en Rajoy y Sánchez

Cuando parece que todo ha sido dicho acerca de las circunstancias que han desembocado en el bloqueo político en el que nos encontramos es cuando las ideas más sencillas deberían abrirse paso. La primera de todas una que aplauda la moderación. Habría que evitar la repetición de las elecciones, sería la tercera vez en un mismo año, pero, digámoslo claramente: no sería un drama. O cuando menos no la puerta abierta hacia el abismo que nos pintan algunos. Caso de llegar a ese escenario lo que habría que exigir a los líderes del PP y del PSOE es que facilitaran un acuerdo para que los comicios no tuvieran que celebrarse el día de Navidad. Ya conocemos dictámenes jurídicos que desbrozan el camino legal a seguir. A Rajoy y a Sánchez, los principales protagonistas de los actos que han conducido a esta situación, también habría que exigirles que reflexionaran. Qué más allá de aventuradas combinaciones sobre el posible apoyo del PNV en un hipotético segundo intento de investidura de Mariano Rajoy, el "después" de las elecciones vascas y gallegas no será diferente al "antes" si Mariano Rajoy y Pedro Sánchez no modifican el marco mental de antagonismos cerrados con el que vienen operando desde hace un año; desde la campaña de las elecciones de diciembre. Ese marco mental en el que ambos han integrado como primer elemento su propia supervivencia y los intereses de su partido dejando atrás los intereses nacionales, debería ser superado. Ni Rajoy ni Sánchez valen lo que el conjunto de los españoles. Les hemos elegido para representarnos y resolver problemas, no para ser el problema. Así que uno y otro deberían hacer honor a su condición de simples delegados de los ciudadanos. Que Rajoy siga al frente del PP y Sánchez del PSOE importa, únicamente, a Rajoy y a Sánchez. Conviene recordarles que son prescindibles. Ambos. A ver si así Sánchez desbloquea la situación y Rajoy admite que el precio que tendrá que pagar por la abstención del PSOE es rectificar algunas de las leyes que en la anterior legislatura impuso apoyándose en su mayoría absoluta y sin contar con la oposición.

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