Alberto Núñez Feijóo, de charla con Pedro Sánchez, sin contenido político

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. / El Periódico
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. / El Periódico

Por enésima vez, Alberto Núñez Feijóo ha insistido en el vuelo bajo de la autonomía, comunidad histórica porque lo dice la Constitución, pero incapaz con los gobiernos del  PP de aportar ideas o propuestas que justifiquen tal título. Nada relevante, nada interesante.

Alberto Núñez Feijóo, de charla con Pedro Sánchez, sin contenido político

El Presidente del Gobierno de  Galicia ha visitado al Presidente del Gobierno de España y ha confesado, al término de la visita, que había sido mejor de lo que esperaba.  No ha detallado logros ni cifras, sólo un estado de ánimo. Su interlocutor no se ha molestado en dar su impresión. Ambos han hecho de la necesidad, virtud. Sánchez ha iniciado una ronda de entrevistas con los presidentes autonómicos, por riguroso orden de antigüedad de los respectivos Estatutos de Autonomía y Feijóo no quiere adelantar posiciones antes del cónclave popular para elegir a su máximo dirigente que, sea el que sea, deberá de incluir la correspondiente cuota gallega. Tras las entrevistas de intenso contenido político con los presidentes del País Vasco y de Cataluña, y antes de recibir a la Presidenta de Andalucía, quien al tamaño de su autonomía, la mayor de España, suma la condición de rival político en el seno del PSOE, ha encajado la reunión con Feijóo que se ha comportado como se esperaba, presentando un catálogo de asuntos donde los estratégico como la financiación autonómica, se mezclaba con lo coyuntural, como las indemnizaciones por el reciente accidente pirotécnico de Tui o las deudas por los incendios forestales del pasado año.

Sánchez, incluso ha tratado de minusvalorar la entrevista, realizándola el mismo día en el que presentaba un programa de gobierno, tan anunciado previamente que ha cosechado una discreta atención. Feijóo ha aceptado porque la explotación de la entrevista se hacía en Galicia, intentando demostrar un talante conciliador con el Estado, paso previo a reclamaciones futuras desde una posición de confianza declarada en el buen estilo del reciente Presidente del Gobierno.

Por enésima vez, Feijóo ha insistido en el vuelo bajo de la autonomía, comunidad histórica porque lo dice la Constitución, pero incapaz con los gobiernos del  PP de aportar ideas o propuestas que justifiquen tal título. Así se ha pasado por alto cualquier consideración práctica sobre el sistema de financiación autonómica, aplazado sine die, sobre  la sanidad pública, gravísimamente deteriorada bajo los gobiernos de Feijóo y de Rajoy o sobre la necesidad de replantear la política comercial de los Puertos del Estado, por poner algunos ejemplos. Mientras se insiste en la reclamación de la autopista del Atlántico, obviando que los peajes no variarían y sobre todo que el problema global del Ministerio de Fomento es harto complicado pues existen reclamaciones similares en el País Vasco y Cataluña que podrían colapsar, en caso de conflicto, el tráfico con Europa, como se ha visto el pasado octubre.

Naturalmente, nada se ha acordado. Los compromisos del Gobierno anterior se cumplirán o no, dependiendo del grado de ejecución real de presupuestos y contratos. Los asuntos administrativos, seguirán su curso cansino por los vericuetos de la burocracia. Los de mayor fuste político, se han aplazado. La posición del Presidente gallego parece ser la de aceptación tácita a cambio de mantener la capacidad crítica hacia el Ejecutivo. Nada relevante, nada interesante.

O dicho de otra forma. Feijóo guarda sus bazas por si las necesita tras el previsible fracaso de los nuevos dirigentes del PP en las elecciones generales. Nada arriesga porque nada puede ganar. Sánchez le corresponde. Todavía no es un personaje para él como lo  fue Fraga para Felipe González, que lo utilizó contra su propio partido, aunque pueda llegar a serlo en un tiempo posterior.  Por el momento ni es un rival preocupante ni es una voz interesante. 

En medio del circo que los socios del Gobierno están montando, en Cataluña pero también en el Congreso, la entrevista de Feijóo con Sánchez ha discurrido con la placidez habitual cuando no hay nada que resolver. El uno sabe que basta con hacerse una foto y recibir el dossier autonómico y el otro sabe que ese foro no le beneficia. Lo que haya que decir se dirá en otro foro, gallego y lo que haya que resolver, lo decidirán otros actores, por desgracia. @mundiario

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