La falta de transparencia y ejemplaridad de Juan Carlos lo ha condenado al ostracismo

Felipe VI junto a su padre, Juan Carlos, en la Pascua Militar. / Twitter
Felipe VI junto a su padre, Juan Carlos, en una Pascua Militar. / Twitter

Juan Carlos de Borbón, Felipe de Borbón y Pedro Sánchez coinciden en su falta de respeto a la ciudadanía, insultando nuestra inteligencia con el triste apaño del exilio del emérito.

La falta de transparencia y ejemplaridad de Juan Carlos lo ha condenado al ostracismo

En este asunto del rey emérito, de los Borbones y de la Corona convendrán conmigo que todo está muy mal organizado. Porque el jefe del Estado y el presidente del Gobierno central sabían desde marzo de 2019 lo de la comisión de los 100 millones de euros del rey saudí y nadie reaccionó hasta la pandemia, cuando Borbón y Grecia le quitó a su padre su participación en el presupuesto de la Casa Real y renunció a una herencia jurídicamente irrenunciable. Después, el 18 de marzo último, el jefe del estado declamó un discurso difuso, confuso y vacío, donde nada decía de la conducta de su padre.

 Pasó lo peor de la pandemia y Pedro Sánchez le pidió una señal a la Casa Real sin hacer, por su parte, lo que le correspondía, que era modificar el Real Decreto 368/1987 suprimiendo el tratamiento vitalicio de Rey (no rey emérito) del Borbón y Borbón. Borbón y Grecia ejecutó después una tournèe territorial diseñada por su peor enemigo y, finalizada ésta, Borbón y Borbón le escribió diciendo, en síntesis “Majestad, Felipe, me voy porque quiero marcharme".

Ni pagó lo que debía al fisco, ni nos escribió a los ciudadanos ni a los representantes parlamentarios. Después –parece ser– escapó a Abu Dhabi (Emiratos Arabes Unidos), famoso por su respeto a la democracia y al Estado de Derecho y perteneciente al ámbito territorial de donde, por lo visto, vinieron buena parte de las aportaciones a la fortuna presuntamente ilegal del Emérito. Le pregunto a los que saben de política si todo este revuelo no será un gravísimo error de los que dirigen la Casa Real y la Moncloa y un referente galleguista y moderado, con muy importantes responsabilidades pasadas en la Xunta, me responde: “Xoán, la huida del Borbón, más que un error político de la Corona es la prueba real de la incapacidad del Estado español para evolucionar a fórmulas más democráticas. Es la mafia madrileña. Si el emérito quisiera salvar a la Monarquía permitiría que su hijo lo matase políticamente con honra. Pero dice que no, convencido de que sus tropelías eran conocidas por todos. Por eso le dejan marchar con todos los honores,  mientras el propio Pedro Sánchez dice que no sabe dónde está”.

De este modo se resuelven, en el cortísimo y falsísimo plazo, las diferencias entre el jefe del estado, el jefe de la Casa Real y el presidente del Gobierno del estado. Mientras, el Tribunal Supremo paraliza la investigación judicial respecto a Borbón y Borbón y usurpa las funciones de los juzgados de vigiliancia penitenciaria de Catalunya, dejando sin efecto permisos, trabajos exteriores y terceros grados de los presos políticos soberanistas catalanes.

Es evidente la falta absoluta de transparencia y ejemplaridad de la Corona y de las instituciones centrales del Estado español. Una falta de transparencia y ejemplaridad que condenarán a la Monarquía, más temprano que tarde, al ostracismo. Pero, por ahora, el Gobierno central debe sufrir la condena. Por lo menos, la condena de la falta de transparencia. @mundiario

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