Los factores clave que pueden decidir el 5-A en Galicia

Vistas de A Coruña. / Xurxo Lobato
Vistas de A Coruña. / Xurxo Lobato
La provincia de A Coruña es la circunscripción más determinante a la hora decidir si hay continuidad o cambio en la Xunta. Eso es algo que se hará notar en el desarrollo de la campaña electoral.
Los factores clave que pueden decidir el 5-A en Galicia

Nadie lo discute: que Feijóo revalide la mayoría absoluta o deje paso a una coalición progresista lo decidirá fundamentalmente la Galicia urbana. En la Galicia rural casi todo el pescado está vendido. Los que saben de esto llevan semanas haciendo números a partir de las encuestas que ha ido publicando la prensa y de los sondeos de que disponen los partidos para su  consumo interno y lo tienen claro. Si, como es previsible, el PP se mantiene en las provincias de Lugo y Ourense, puede permitirse el lujo de perder hasta tres escaños entre Pontevedra y A Coruña sin que el retroceso tenga graves consecuencias. De cuarenta y un diputados pasaría a treinta y ocho, pero conservaría el gobierno aunque fuera por la mínima. Ese es el escenario menos propicio que contemplan a día de hoy en la sede regional de los populares (y que por cierto también comparten en los cuarteles generales de algunos de los partidos de la oposición).

Hay un dato histórico contrastado que juega en contra de las expectativas de la izquierda y del nacionalismo para el 5-A: los gallegos urbanitas suelen participar menos en las elecciones autonómicas que en las generales o las municipales. Tanto el PSOE como el Bloque y el rupturismo tienen sus principales graneros de voto en las ciudades y en las áreas metropolitanas, sobre todo del eje atlántico. Sin embargo, una porción significativa de sus votantes, no acude a las urnas cuando se trata de decidir quién gobierna la Xunta. Ese descenso en la participación también afecta al PP, pero parece que en menor medida. Su electorado le es más fiel en ese ámbito.

Desde que hace cuatro años su provincia ganó un escaño, los coruñeses eligen ellos solos un tercio del Parlamento gallego. La de A Coruña es, pues, la circunscripción más determinante a la hora decidir si hay continuidad o cambio en la Xunta. Eso es algo que se hará notar en el desarrollo de la campaña electoral, porque todos lo tienen claro, incluidos los partidos que, como Vox o Ciudadanos, aspiran a tener presencia por primera vez en el Pazo de O Hórreo. Claro que Coruñas hay varias: la urbana, la semiurbana y la netamente rural, la marítima y la interior, etc. Los socialistas más veteranos saben, por su propia experiencia, que muchos de quienes les confían la gestión de las ciudades les niegan su apoyo en las autonómicas. La mayoría no están dispuestos a votar al PP, pero se quedan en casa a sabiendas de que esa abstención beneficia a los conservadores.

Y es que hay un sector, el menos radical, de la clientela electoral del PSOE gallego que considera un mal menor que Feijóo siga gobernando cuatro años más, si la alternativa es un inestable tripartito de socialistas, nacionalistas y rupturistas, bajo un liderazgo débil y precario. Otra cosa sería un gobierno socialista monocolor, presidido por Gonzalo Caballero, con apoyos externos, para el que las cuentas no dan ni de lejos. Al menos por ahora. A que ese sector progresista moderado no sienta remordimiento por su dejadez contribuye lo suyo que Don Alberto marque distancias con la ultraderecha. Y viceversa. Y es que esa gente no dudaría en movilizarse –y en votar a los suyos, claro– si se percibiese un cierto riesgo de derechización del PP porque la irrupción de Vox le dejase en minoría. Bromas las justas. @mundiario

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