El extraño caso del Dr. Noriega: analogía compostelana de Dr. Jekill y Mr. Hyde

Martiño Noriega, a la izquierda.
Martiño Noriega, a la izquierda.

Sinceramente desconozco, y mira que he buscado, una entrevista con propuestas determinadas y argumentos convincentes; lo único que he encontrado son escenificaciones desde que se inició la campaña.

El extraño caso del Dr. Noriega: analogía compostelana de Dr. Jekill y Mr. Hyde

Sinceramente desconozco, y mira que he buscado, una entrevista con propuestas determinadas y argumentos convincentes; lo único que he encontrado son escenificaciones desde que se inició la campaña.

He sido informada por una confidente, de un extraño caso que está ocurriendo en Santiago de Compostela, con motivo de las elecciones municipales; y aprovechando mis pesquisas anteriores sobre el caso, he procedido, cual  Mr. Utterson en  la obra,  Dr. Jekill y Mr. Hyde. La verdad, me he encontrado con la misma particularidad, dos versiones del mismo personaje.

En el citado ayuntamiento, se presenta a la alcaldía, un candidato 'tocado'; es decir, me refiero de esta manera al susodicho,  en referencia la prenda que lleva en la cabeza, no penséis mal. Y lo hago, ya que el mismo alardea de su toca, incluso lo celebra, a través de algo así llamado, The Martinho's ghorro mitin chou.

Este pasado martes, se celebraba este, cuando menos, grotesco evento lúdico-festivo-electoral. Lo capitaneaba el Dr. Noriega, y en donde parece ser, se entremezclaba la música, el buen rollo y los espaldarazos, (además del que les dan las últimas encuestas) protagonizados por sus amigos actores, músicos y demás miembros de la farándula; además, claro está, de sus compañeros de candidatura que ya habían iniciado la campaña con una escenografía, en la misma línea caricaturesca, simulando su entrada en la ciudad a través de una puerta, creada a tal efecto, en el arco de Mazarelos.

Ese acto lleno de buenrollismo  distaba mucho de ser un mitin, como me dijo una amiga, ya que en el aire flotaban más intenciones que propuestas; por ejemplo, o tal y como lo resumió (palabras textuales del Dr. Noriega), “temos que facer de Compostela un lugar de convivencia. Unha cidade galega para exercer a universalidade”, "Santiago debe ser unha cidade amable, con todos os servizos para as persoas, soberanía cultural e salarios xustos". Hasta aquí todo bien, pero ¿cómo?. Eso no lo explicó.

Finalizaba el jolgorio, y de nuevo las palabras del doctor; el cual emulando a Ana Belén y Víctor Manuel, incitaba a sus entregados fans a corearle “abre la muralla”, mientras canturreaba estrofas como: "Tun, tun, ¿quen é? Os que rescatan o bencomún... (coros: “abre la muralla” ) Tun, tun, ¿quen é? Os que queren a economía ao servizo das persoas ... (coro: “abre la muralla”); Tun, tun, ¿quen é? Os que procuran unha educación de calidade... (coros: “abre la muralla”). Dicen que la curiosidad mató al gato. A mí la mía, no; pero ojiplática al menos, si me ha dejado.

Bien, llegado este punto, y finalizando mis escudriñamientos sobre el extraño caso del desdoblamiento de personalidad del Dr. Noriega; decirles que yo no le puedo definir como algunos me habían contado que era.

Yo no le veo por ningún lado, como un político absolutamente entregado a la causa de sus vecinos, porque, que yo sepa, sigue siendo alcalde de Teo, mientras hace campaña para ser alcalde en otro ayuntamiento distinto; y ¡casi nada!, ¡el gran salto a la capital de Galicia!

En el arte de la política, siempre queda algo por inventar

 

La formación política por la que se presenta a la alcaldía, es la tercera a la que pertenece en menos de cuatro años. Menos mal, si llega a estar en primera línea de la cosa pública por más tiempo, no le llegarían las opciones partidistas existentes. Aunque eso es lo de menos, en el arte de la política, siempre queda algo por inventar.

Sinceramente desconozco, y mira que he buscado, una entrevista con propuestas determinadas y argumentos convincentes; lo único que he encontrado, son escenificaciones y pantomimas desde que se inició la campaña, eso sí, sin determinar iniciativas concretas y proyectos determinados.

Y, lo que me parece más grave de todo, es que este señor (y coreado por sus fans), no se tome en serio su papel de posible concejal en el ayuntamiento de Santiago (según los pronósticos demoscópicos, así será), si se tiene que quedar en la oposición. Bonita manera de defender a los vecinos que le votan, y de pelear por el programa, ¿con el que se presenta?.

Y no lo digo yo,  eso es lo que él mismo alimenta. Sin ir más lejos, antes de ayer mismo, en el transcurso de un desayuno con la prensa, dejaba en el aire su futuro político, en el caso de que los resultados que obtenga su coalición el próximo domingo, no le garanticen la investidura como alcalde de la ciudad. Pues no me da la sensación de que sea el mismo que algunos dicen que existe. Más que por el Dr. Noriega, me decanto hacia la figura de Mister… a ver qué nombre le podría encajar… Pontoneer, sí, Mr. Pontoneer. Vocablo éste que en español significa pontonero, es decir, profesional que se dedica a construir puentes provisionales, para agilizar y facilitar, el paso de un lugar a otro, o de una formación política a otra, o de un ayuntamiento a otro; y en tan breve período de tiempo, que de seguir así, adelantaría en menos de 80 días a la vuelta al mundo de Willy Fog.

Vaya mi respeto por delante a todo tipo de actos, dentro de las reglas del juego democráticas y de convivencia electoral, como han sido estas representaciones, o como la puesta en escena de otras opciones políticas. Pero por encima de todo, está mi respeto, a  los vecinos y vecinas de cualquier ayuntamiento que se merecen otro tipo de actuaciones.

Necesitamos alcaldes libres de ataduras partidarias
No seré yo, quien le diga a la gente a quien tiene que votar, no es mi cometido. Pero, sí me veo en la obligación de manifestar, que en un momento crucial, en donde desde el ayuntamiento más pequeño al más grande, y sobre todo en este momento, todos nos jugamos todo;  lo que necesitamos,  son alcaldes serios, que antepongan lo colectivo a lo personal, con las ideas claras, con propuestas definidas, y con una trayectoria de hechos consumados en el trabajo y dedicación a sus vecinos, antes, ahora y en el futuro. Necesitamos alcaldes libres de ataduras partidarias, y con mayorías amplias y estables. Desde el mayor de los respetos para todos, lo único que pido, y empezando por mí misma; es, que seamos consecuentes con lo único que nos pertenece y nos hace libres. Nuestro voto.

 

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