Una extraña campaña electoral en Galicia

Alberto Núñez Feijóo. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo. / Mundiario
Las fuerzas llamadas a protagonizar un cambio político han dejado cada vez más espacio electoral a Feijóo. Si tradicionalmente le regalaron el centro político, hoy el PP gallego, en su discurso que no en sus actos, comienza a ocupar el espacio tradicional de la socialdemocracia, arrinconando a los demás partidos en un espacio más polarizado y radical.
Una extraña campaña electoral en Galicia

A cinco semanas de las elecciones del 5-A en Galicia, los discursos y mensajes de las diferentes fuerzas políticas parecen ya definidos, en un clima de notable frialdad, como si el resultado estuviese descontado o fuese secundario. Para comprenderlo bien es necesario atender a su reflejo en los medios de Madrid, donde la campaña gallega es vista en el marco de la lucha entre los dos principales partidos. Solo así se entiende la unanimidad mediática en torno al candidato del PP, actual Presidente de la Xunta, del que subrayan su firme oposición a Vox, en contraposición a su propio partido que cogobierna con dicha organización en varias comunidades y municipios. O interpretando su posición, autodefinida como galleguista, que en Madrid produce delirios.

La última semana, pródiga en entrevistas en medios nacionales, en general más que amables, muestra el enfoque que veremos en los próximos meses, siempre que Alberto Núñez Feijóo mantenga la presidencia. Feijóo será alabado como una opción liberal y moderada dentro del PP para contraponerlo a Pablo Casado, de momento el auténtico rival para el Gobierno de España.

No será extraño que el propio Ejecutivo depare un tratamiento ceremonioso al líder gallego, como hizo en su día con Fraga para debilitar a los dirigentes populares de la época. Divide y vencerás es la estrategia de guerra más antigua. Lo cual es letal para el PSdeG-PSOE, muy dependiente de Madrid, acusado por ello de sucursalista.

Si ya en tiempos de relativa fuerza, con los presidentes Laxe (28 escaños) y Touriño (25 escaños), el PSdeG fue ninguneado por los dirigentes estatales de su partido, que anteponían el enfoque de la política estatal a la confrontación gallega, con los 14 escaños actuales y en la oposición, todo es posible. Ayer mismo, un funcionario secundario de Adif, explicaba lo que el ministro del ramo y la presidenta de esa empresa pública venían diluyendo en discursos amables: el AVE sufrirá otro retraso, hasta el verano de 2021. Es cierto que la propia organización colabora, aprobando unas listas en contra de los criterios de varios de los más relevantes dirigentes locales y provinciales, sobre todo en la provincia coruñesa. Y provocando el pase a la reserva de otra hornada de cargos públicos, lo mismo que hicieron los anteriores directivos hace cuatro años.

Las Mareas, ahora subordinadas a Podemos, están enfrascadas en las batallas internas para confeccionar las listas, sin tiempo, y, siguiendo la tendencia de los últimos cuatro años, sin demasiado interés por las cosas del país. Confían en que los ministros de su organización les hagan la campaña, lo cual podría no coincidir con los intereses ya citados del Ejecutivo estatal, para el que un Gobierno popular en Galicia no es la peor noticia. Por el momento están desaparecidos.

Solo el BNG intenta mantener un perfil propio, más moderado que nunca, atento a sacar provecho de su único escaño en Madrid, más valioso que nunca en términos de negociación. Todas las encuestas les otorgan un notable incremento que podría situarlos con mejores resultados que las Mareas.

Tras un mes de precampaña, lo más sorprendente es que las citadas fuerzas llamadas a protagonizar un cambio político, han dejado cada vez más espacio electoral a Feijóo. Si tradicionalmente le regalaron el centro político, hoy el PP gallego, en su discurso que no en sus actos, comienza a ocupar el espacio tradicional de la socialdemocracia, arrinconando a los demás partidos en un espacio más polarizado y radical, de menos interés para los electores. Una estrategia inteligente por parte del PP, pero una falta de estrategia preocupante en quienes se están dejando arrinconar sin motivo alguno. Nada está decidido pero de momento unos están en todo y a los otros hay que buscarlos. @mundiario

Comentarios