¿Existe una solución al conflicto del taxi y las VTC que sea satisfactoria?

Huelga de taxistas. RR SS.
Huelga de taxistas. / RRSS.

Ni el Gobierno, que ha trasladado el problema a las Comunidades, ni tampoco éstas, han seguido el viejo criterio de preguntarse si son necesarios más coches o no de servicio público para atender las necesidades de transporte.

¿Existe una solución al conflicto del taxi y las VTC que sea satisfactoria?

Hasta hace muy poco los ayuntamientos decidían cuántos taxis eran necesarios para atender las demandas de los ciudadanos permitiendo al taxista tener una vida digna y al usuario un buen servicio. En base a este cálculo sacaban las licencias para poder ejercer esa actividad de servicio público en la ciudad. Primero fueron inversionistas quienes compraban esas licencias y los coches contratando conductores asalariados para dar el servicio, pero poco a poco fue creciendo el colectivo que, gracias a las fórmulas modernas de crédito, se fueron haciendo autónomos logrando sumar a los ingresos como conductores las rentas como empresarios. Esta actividad pasó a representar un colectivo que podía vivir con cierto decoro si se dedicaba a ella un buen número de horas, pero con su día de descanso semanal y hasta vacaciones. La ley de la oferta y la demanda hizo que rápidamente el precio de la licencias en el mercado negro subiese a precios desorbitados de 100 o 120.000€.

Luego aparecen las VTC, algo que Uber o Cabify disfrazaron como vehículos compartidos pero que en realidad son grandes empresas multinacionales que invierten en coches y contratan conductores. Su atractivo es doble porque al ser una nueva actividad también son nuevos los vehículos, y porque además son algo más baratos ya que no han de pagar la costosa licencia ni los seguros y otras condiciones exigidas a los taxis. El menor precio viene de una explotación del conductor que debe trabajar extenuantes jornadas de 10 o 12 horas, y a veces hasta 14, para superar ligeramente los 1.000€ mensuales. Por otro lado, el "atractivo" de utilizar una aplicación para pedir el servicio desde el smartphone, es algo que también ofrece el servicio de taxi desde mytaxi.

En la búsqueda de soluciones a este conflicto el consumidor ha quedado totalmente al margen. Ni el Gobierno que ha trasladado el problema a las Comunidades ni tampoco éstas han seguido el viejo criterio de preguntarse si son necesarios más coches o no de servicio público para atender las necesidades de transporte, porque si fuese necesario habría sacado más licencias al mercado, sean taxis o VTC, que parece más moderno. En el caso de que una ciudad necesite más servicio publico sería cuando habría que plantearse cuál es la mejor forma de dar ese servicio. Desde luego habría que estudiar qué diferencia un taxi de un VTC, que ventajas tienen para el cliente, y que no haya explotación con más horas extras de las legales para alcanzar el salario mínimo. 

Lo que no es justificable es que los grupos violentos que siempre aparecen ataquen al rival con piedras, disparos de balines, vandalismo, o alterando el orden de la ciudad, o amenacen con volar la sede del partido que rige la Comunidad, como tampoco es razonable que no haya una legislación marco impuesta por el Gobierno central y que cada Autonomía dicte leyes según el grado de protesta que sufre. Se requiere un marco legal que debe fijar el Gobierno porque si se hacen 17 marcos legales vendrán las movilizaciones por la igualdad y estaremos igual o peor.

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