Europa se repliega: no hay orden, es más bien el caos

Niños sirios en el campamento de refugiados de la Media Luna turca.
Niños sirios en el campamento de refugiados de la Media Luna turca.

Europa y su grado de crecimiento y bienestar no es uniforme, las necesidades de determinada mano de obra, tampoco. Por eso deberían diseñarse políticas que permitan que los países escojan sus opciones de solidaridad.

Europa se repliega: no hay orden, es más bien el caos

Ahora no faltan, entre los poderosos, quienes reconocen que no se había pensado lo suficiente sobre una de las consecuencias de la guerra: los flujos de refugiados. Y Europa, entre los titubeos del euro ligados a la crisis griega, al tiempo que Schengen hace agua, no sabe muy bien si fortalecer sus cimientos o dejarse llevar por el repliegue nacionalista, festoneado de políticas para salir del paso. Por si eso no llegase, los británicos –al menos no pocos- quieren irse de la Unión. La amenaza terrorista adereza negativamente todo el cuadro.

Amenazar a Grecia y, al tiempo, ayudarle a ser más eficaz en el control es una simple cataplasma. Millares de islas y 13.000 kilómetros de costa no se vigilan eficazmente así como así. Desde el 1 de enero han llegado a Europa más de 60.000 personas, con un 90 por ciento de auténticos huidos de zonas en conflicto bélico. Los fallecidos se cuentan por centenares. ¿Qué hacer?

Desde la atalaya del déficit demográfico, habría que recibir esta avalancha con alguna esperanza, pero todo dependerá del nivel de formación de los que llegan, de la estructura de edades, de su capacidad o voluntad de integración.

Europa y su grado de crecimiento y bienestar no es uniforme, las necesidades de determinada mano de obra, tampoco. Por eso deberían diseñarse lo antes posible políticas que permitan que los países escojan dos opciones de solidaridad, acogiendo refugiados o financiando la acogida por otros, en donde la necesidad y la capacidad de integrarse son mayores. Pero la Unión anda empantanada, ni tan siquiera hizo cumplir un acuerdo de urgencia tomado hace meses, con cuotas asignadas. No hay orden, es más bien el caos. Ni facilidades logísticas para la acogida ni para el tránsito. No es trabajo para unas cuantas ONG, se trata de estrategia política y económica, que habrá de pasar también, más allá de tacticismos y falta palmaria de ánimo, por una pacificación inteligente de las zonas en guerra.

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