Europa reconoce su preferencia por Macron para la segunda vuelta en Francia

Pierre Moscovici.
Pierre Moscovici.

El candidato neoliberal acapara apoyos desde Bruselas y Berlín, en tanto que los partidos tradicionales de su país cierran filas con él para derrotar a Marine Le Pen.

Europa reconoce su preferencia por Macron para la segunda vuelta en Francia

La victoria de Emmanuel Macron en la primera vuelta de las elecciones en Francia cayó como un bálsamo de alivio en los pasillos de la Unión Europea. Pierre Moscovici, comisario europeo, ha dicho que la segunda vuelta en el mismo país será prácticamente un "referéndum sobre Europa". El titular de Asuntos Económicos del Ejecutivo continental no ha dudado al momento de dar su bendición a Macron. "Hay un candidato proeuropeo, Macron, y una candidata que quiere salir del euro y romper la Unión Europea, Marine Le Pen", explicó ante medios de varios países del club comunitario. "Europa debería hacer todo lo que esté en su mano para conseguir que Le Pen tenga los menores apoyos posibles en la segunda vuelta". "Votaré por Macron, por Europa y contra el Frente Nacional", zanjó sin titubeos. Las palabras de Moscovici secundan las de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, quien también hizo público su apoyo deliberado a Macron.

Lo que resultara en Francia era cuestión de vida o muerte para la política europea, que en menos de un año ha tenido los terremotos del Brexit en el Reino Unido, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos y la primera derrota para el populismo antieuropeísta en los Países Bajos, con la contundente derrota de Geert Wilders. Los primeros estudios dan como ganador de la segunda vuelta al líder del partido En Marche! (¡En Marcha!). Si no lo logra, el triunfo de la candidata del Frente Nacional provocaría que Francia abandonara el euro, que a su vez desataría una ruptura total en la eurozona. El hundimiento y posterior derrota de François Fillon, quien para enero el gran favorito para hacerse con el despacho grande del Palacio del Elíseo, borró de la agenda de París las políticas neoliberales. Con la caída del socialista Jean-Luc Mélenchon se va también cualquier avistamiento de políticas izquierdistas. A eso se debe sumar también que el Partido Socialista Francés asestó su peor derrota electoral desde 1969, en tanto que la socialdemocracia tradicional continúa su lento periplo hacia el abismo ya no sólo en Francia, sino en Europa. "La mala noticia de las elecciones es que Le Pen obtiene un resultado históricamente elevado. El escenario catastrófico de una presidenta del Frente Nacional no va a producirse, pero el resultado de la primera vuelta da cuenta de un país muy fragmentado, fracturado, y la obligación de los franceses y de los europeos es estar vigilantes de cara a la segunda vuelta", ha dicho Moscovici.

La situación de Macron también ha levantado los ánimos en Alemania, cuya capital ha sido inusualmente expresiva al respecto. El éxtasis por el resultado de la primera ronda electoral ha llevado a las autoridades federales de Alemania a ignorar su política de no injerencia en procesos electorales. Berlín insiste en que para que Europa se mantenga fuerte, es necesario que Francia misma se fortalezca, algo que solo puede pasar con un triunfo de Macron, un candidato centrista y emergente, quien representa todo lo que Le Pen ataca. Las muestras de cariño y sincronía entre Berlín y París son vitales en tiempos en que Londres empieza a cantar su propio son y los galeones populistas toman velocidad en varios países del club continental. "Estamos contentos y aliviados de que los franceses hayan votado a favor de Europa”", dijo George Streiter, portavoz adjunto de Ángela Merkel. Previamente, Steffen Seibert, portavoz oficial de die Kanzlerin, había felicitado las acciones de Macron a favor de una "Europa fuerte y una economía de mercado social".

Pero mientras la UE y Alemania toman fuerzas nuevamente, las instituciones europeas se mantienen en entredicho. Macron es el favorito para la segunda vuelta del 7 de mayo. Los europeístas celebran el triunfo del candidato de 39 años como una gran victoria gracias a su 24% de votos recibidos, mas los candidatos de extrema derecha antieuropeístas suman en su conjunto el doble de votos. Este primer round no es suficiente para sacar conclusiones tajantes ni definitivas, si acaso que Francia se ha levantado contra el establishment con dos candidatos considerados outsiders y que en París, como en La Haya, se deberá lidiar con un panorama político partido en varios pedazos.

La xenófoba Le Pen no tiene las papeletas de ganar, ni siquiera en los sondeos. Macron, en cambio, tiene el apoyo de los inversores y de las instituciones continentales. En la UE se ve con muy buenos ojos su proyecto reformista. Dentro de sus propuestas estrella figuran la inversión de hasta 50.000 millones de euros, planes para motivar la demanda privada y el empleo con una rebaja de los impuestos a las empresas y una reforma de la Seguridad Social que beneficie la redistribución, es decir, menos protección para los contratos fijos, explica El País. Macron espera proponer un presupuesto común para la eurozona, así como estrechar lazos fiscales y políticos. Salvo Mariano Rajoy, nadie más tiene una visión tan clara y comprometida con Europa.

"Es una elección muy clara: una Francia en el corazón de Europa o una Francia sin Europa: dos visiones sobre la sociedad, dos visiones opuestas sobre la economía, valores y apertura frente a nacionalismo y hostilidad", agregó Moscovici. Los partidos tradicionales de Francia se han unido en un sólo sentir para alzar a Macron hasta el Elíseo, algo que en Alemania se ha tomado como una buena noticia y una bocanada de ánimo para los partidos del centro, que lidian con Alternativa para Alemania, la versión local del Frente Nacional. "El resultado para Macron demuestra que Francia y Europa pueden ganar juntas. El centro es más fuerte de lo que se creen los populistas. Yo votaré por Macron", zanjó Moscovici.

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