Europa acusa a China de ataques cibernéticos y de desinformación mientras negocian relaciones comerciales

Bandera de la UE y China./RR.SS
Bandera de la UE y China.
Por su parte, el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, regaña a Europa por seguir caminando hacia China, optando así por la “tiranía frente a la libertad”.
Europa acusa a China de ataques cibernéticos y de desinformación mientras negocian relaciones comerciales

Esta semana arrancaba con una cumbre digital entre los veintisiete países de la Unión Europea (UE) y China. Se trató del encuentro número 22 entre ambas potencias y los representantes que se vieron las caras fueron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell; el primer ministro Li Keqiang y el presidente Xi Jinping.

El resumen de la cumbre tiene su perfecta síntesis en las declaraciones de un diplomático recogidas por el diario El Mundo: "No es que sirva demasiado. Nosotros les decimos lo que nos preocupa, pero tratando de no ofender, y ellos lo ignoran todo pero tratando de no ofendernos demasiado con su indiferencia. […] Negociar con China es un infierno, porque nunca sabes si sirve de algo, no te acabas de creer el resultado, sea el que sea, y sabes que por muy buenas palabras que se usen, la verdad es que no son tus amigos y jamás lo van a ser".

La tensión entre la UE y China se aprecia en una claras declaraciones de Ursula von der Leyen: “Hemos visto ataques cibernéticos y sabemos el origen. Igualmente en desinformación”. Con esta acusación en la mesa se ha intentado poner blanco sobre negro en cuestiones como la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un organismo que se ha convertido en punto de disputa entre EEUU y China. Tanto es así que los norteamericanos han asegurado que si alguno de los candidatos a presidir la OMC, cuya nominación debe presentarse antes del próximo 8 de julio, ha registrado alguna "pizca de antiamericanismo" en el pasado, EE UU vetará su acceso al cargo. En las quinielas para sustituir a Roberto Azêvedo se encuentra, entre otros, la ministra española de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, aunque con limitadas opciones. Lo cierto es que ambas potencias, China y EE UU, ya tienen a sus candidatos favoritos. Estados Unidos apuesta por el candidato neozelandés, país con el que los norteamericanos forman la alianza Five Eyes (Los 5 ojos); por su parte China apuesta por la candidata keniata, país donde los asiáticos tiene fuertes inversiones en el transporte y a donde ya manda a sus compatriotas de turismo en masa. Solo queda saber qué hará el resto, si apoyar a EE UU o a China.

Dumping chino en mercados europeos resentidos

Pero no solo eso, con la crisis económica que ya tenemos sobre nuestras cabezas fruto del parón al que muchos gobiernos en Europa, sobre todo el español, han sometido a sus países por la pandemia de coronavirus, ha provocado que China saque a relucir una de sus peores estrategias comerciales, el dumping. De echo, en 2019, la UE tuvo que aumentar el total de medidas 'antidumping' que impone a importaciones "desleales", la mayoría de las cuales tienen su origen en China (66,5%), según los datos ofrecidos este lunes por la Comisión Europea.

Con la situación actual, desde Bruselas ya observan con temor los “ataques” chinos. Europa ha sido demasiado ingenua y eso debe cambiar si quiere competir en un mundo de gigantes sin escrúpulos, destacaban desde el diario Nius resumiendo la estrategia que quiere poner en marcha la Unión Europea. Bruselas quiere aprobar una nueva directiva europea que permita que tanto la Comisión Europea como los Estados miembros sometan a las empresas de terceros países a normas comparables a las que deben cumplir sus homólogas europeas en materia de ayudas de Estado. Por ejemplo, actualmente una empresa china ayudada por su Gobierno puede participar en un concurso público en Europa. Su homóloga europea no puede hacerlo en China. No parecen reglas muy recíprocas.

La UE quiere evitar que las subvenciones extranjeras se usen para comprar empresas europeas y para ganar concursos públicos. En esta línea, en octubre entrará en vigor el mecanismo europeo para filtrar inversiones directas de terceros países. Cada Estado miembro tendrá los medios para rechazar la compra de las empresas de su país que considere estratégicas para sus intereses o para el interés de sus socios europeos.

Se podría resumir en un Europe first, al estilo del American first de Donald Trump. Lo que menos gusta a China.

A pesar de todo ello, los medios propagandísticos chinos han publicado sus enfoques particulares tras la cumbre: "Xi Jinping  ve lazos más estables y maduros entre China y UE en era posterior a pandemia". No es cierto, pero tampoco totalmente incorrecto. A decir verdad, la UE no va a romper relaciones con China, como exige EE UU, aunque intentará ponerles las cosas más difíciles para frenar, en la medida de los posible, las ansias expansionistas del país comunistas. Como declaró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel: "debemos reconocer que no compartimos los mismos valores, sistemas políticos o enfoques del multilateralismo". Tampoco podemos olvidar que Human Rights Watch (HRW), el Observatorio de Derechos Humanos, ha calificado a China de "amenaza global para los derechos humanos"; si bien HRW está bajo el poder de influencia estadounidense... pero eso da para otro artículo. @opinionadas en @mundiario

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