Una euroorden se tramita por formulario y cuesta creer que el Supremo no sepa rellenar formularios

La justicia de Bélgica rechazó la entrega de los exconsejeros catalanes Antoni Comin, Lluís Puig y Meritxell Serret por defectos en la euroorden del Tribunal Supremo español. El juez atiende la consideración de la fiscalía sobre el incumplimiento de los requisitos para su tramitación. Concretamente, se ha rechazado su entrega porque no se habría emitido previamente una orden nacional de detención contra ellos, un paso previo necesario.

Entre otras cosas, sorprende que los jueces belgas sepan que un auto de procesamiento no tiene el mismo valor que uno de detención, pero ignoren que tiene mucho más valor. Es lo habitual en el mundo del derecho.

Puede ser –o no, claro– que la Justicia belga, con escasa jurisprudencia, sea de la misma calidad que su gastronomía, pero el varapalo resulta bochornoso para la Justicia española y para España como Estado de la Unión Europea que comparte con Bélgica.

Una euroorden se tramita mediante un formulario y cuesta creer que en el Tribunal Supremo no sepan rellenar un formulario. De momento, el Supremo se muestra “escéptico” sobre la posibilidad de corregir la decisión de la Justicia belga de no entregar a los exconsellers, ante las causas alegadas para no cursar las órdenes europeas de detención que existía contra ellos por los delitos de rebelión, malversación de caudales públicos y desobediencia, según filtraron fuentes del alto tribunal. Pero la Fiscalía va a solicitar, cuanto antes, al juez Pablo Llarena que corrija los errores formales en los que se basa el tribunal belga para no entregar a los tres procesados. @mundiario