La estrategia de desarrollo en el programa del Frente Amplio

Montevideo, la capital de Uruguay. / RR SS
Montevideo, la capital de Uruguay. / RR SS

Un elemento clave para la igualdad es resolver los temas del empleo. Hoy se están promocionando mediante exenciones fiscales, pero es indispensable que la futura estructura productiva contemple sectores y rubros claves para aumentar los puestos de trabajo.

La estrategia de desarrollo en el programa del Frente Amplio

El sábado 10 de noviembre culminó con total éxito el Plenario Nacional del FA donde se aprobaron reglamentos para el próximo Congreso, las bases programáticas que se debatirán en el mismo y las precandidaturas para las elecciones internas de junio del año próximo.  Los acuerdos previos al Plenario funcionaron muy bien y  se vivió una especie de festejos, con una  actitud muy unitaria, con los precandidatos.

Quedan pocos días para el debate programático y nos parece de interés reiterar algunos temas que no han sido laudados adecuadamente. Nos parece fundamental la necesidad de construcción de una estrategia de desarrollo. No se trata de la elaboración de un plan de desarrollo como realizó la CIDE, bajo la conducción de Enrique Iglesias, en la década del 60 en el marco de la Alianza para  el Progreso.

Después de 14 años de gobiernos frentistas no se ha concretado dicha estrategia. Probablemente porque al inicio del primer gobierno de Tabaré Vázquez, el equipo económico se manifestó públicamente contrario a elegir los rubros y sectores productivos a promover, porque consideraban que ello era una tarea que debía realizar el mercado. En este gobierno la OPP viene haciendo esfuerzos para la elaboración de una estrategia de desarrollo, para el mediano y largo plazo.

A la luz de los acontecimientos mundiales dicha estrategia debe incorporar los avances tecnológicos y las innovaciones existentes, y en algunos casos, las que se van generando para el futuro. Debe explicitar los sectores productivos y los rubros a promover de acuerdo a los distintos objetivos.

El crecimiento económico es muy importante, pero también el contenido del mismo, y para ello es central la conformación de la futura estructura productiva. Ésta tiene que ser muy flexible para contemplar la velocidad de los cambios tecnológicos y las innovaciones, por la incertidumbre que genera las declaraciones del presidente de los EE UU Donald Trump, por la guerra comercial entre EE UU y China, por las dificultades de Europa sobre el mantenimiento o no de la Unión Europea, por la competencia sobre América Latina, y especialmente sobre la América del Sur, entre China y EE UU. La propia situación regional obliga a la flexibilidad de la estrategia de desarrollo, por la nueva situación de Brasil y las diversas interrogantes que se abren sobre el Mercosur.

La futura estructura productiva debe contemplar dos objetivos centrales: la inserción económica internacional y la generación de empleo digno y productivo

La futura estructura productiva debe contemplar dos objetivos centrales: la inserción económica internacional y la generación de empleo digno y productivo. En la actualidad el mundo exporta contenido tecnológico donde también está presente la competencia entre China y EE UU. Importa destacar los avances de China en la tecnología de los tic, de la automatización, inteligencia artificial y robotización.

Para un país pequeño como Uruguay la inserción económica internacional es vital. Exportamos básicamente recursos naturales y vamos a seguir haciéndolo durante los próximos años. Salvo excepciones como la trazabilidad de la carne, exportamos productos primarios. Lo relevante es colocarlos en el exterior con el mayor valor agregado posible y con los avances tecnológicos correspondientes. Se trata de participar en cadenas de valor en etapas superiores a la producción primaria. Ello también significa participar en cadenas de valor regionales donde se puedan exportar rubros de alta y media tecnología. Estamos contemplando una estrategia de desarrollo para el mediano y largo plazo, porque en la actual coyuntura, dadas las características de los gobiernos de Argentina y Brasil, ello no será sencillo de concretar. Pero tiene que quedar claro que la integración económica regional es un factor clave para el futuro desarrollo de un pequeño país como el Uruguay.

Hemos sido críticos de algunos acuerdos comerciales. No estamos en contra por razones ideológicas, como muchas veces se especula, ni mucho menos. Los consideramos indispensables, pero tienen que ser acordes con esta estrategia de desarrollo. Si dichos acuerdos sólo me favorecen productos primarios y me pueden afectar rubros industriales que potencialmente puedan integrar futuras cadenas de valor regionales, sin duda vamos a estar en contra.

Un elemento clave para la igualdad es resolver los temas del empleo. Hoy se están promocionando mediante exenciones fiscales, pero es indispensable que la futura estructura productiva contemple sectores y rubros claves para aumentar los puestos de trabajo. Ello requiere de la educación y de la capacitación para atender las nuevas ocupaciones provenientes de los avances tecnológicos y la necesaria formación de los desplazados por los mismos.

Difícil resolver los problemas de la inserción económica internacional y del empleo sin una adecuada estrategia de desarrollo. Sin ésta es muy difícil concretar acuerdos comerciales que sean realmente beneficiosos para el país. @mundiario

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