Estados Unidos pierde la paciencia con Rusia y les exige que elijan bando

Rex Tillerson (primer plano), durante un acto oficial con Donald Trump (fondo). / Twitter
Rex Tillerson (primer plano), durante un acto oficial con Donald Trump (fondo). / Twitter

Rex Tillerson ha comunicado a Moscú que eligan entre aliarse con Estados Unidos o, por el contrario, posicionarse con Siria e Irán. Tillerson visitará el Kremlin en las próximas horas.

Estados Unidos pierde la paciencia con Rusia y les exige que elijan bando

El que no está conmigo, está contra mí. Rex Tillerson ha lanzado un claro mensaje a Rusia en el que advierte a los gobernantes rusos que Estados Unidos no está para soportar ambigüedades. O se alinean de form definitiva con Washington o terminan de hacerlo deliberadamente con Siria e Irán. El titular del Departamento de Estado estadounidense ha confirmado que en su país todos están a la "espera" de la caída definitiva de Bachar El Asad, presidente de Siria. Se trata de un nuevo paso al frente de Tillerson en este tema, en el que va respaldado por otras figuras importantes de la diplomacia estadonidense, como Nikki Haley, representante del gigante del norte ante la ONU. Las palabras de Tillerson agitan la marea pues se espera que en las próximas horas emprenda un periplo hacia Moscú, donde se reunirá con representantes del Kremlin.

Pero sus palabras han provocado una reacción un tanto desentendida de parte de Vladimir Putin. De acuerdo al gobernante, los rebeldes sirios estarían preparando un nuevo ataque químico como el hecho la semana pasada y que fue atribuido directamente al régimen de El Asad. El presidente italiano, Sergio Mattarella, ha asegurado que en Moscú se cuenta con "información de diferentes fuentes de que similares provocaciones se preparan en otras regiones de Siria, incluso en la periferia de Damasco". "Se proponen colocar algún tipo de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias", adelantó el jefe de Estado previo al viaje de Tillerson. "Tenemos intención de dirigirnos oficialmente a las correspondientes estructuras de la ONU en La Haya y llamar a la comunidad internacional a investigar detenidamente esos casos", complementó Putin.

El encargado de las relaciones internacionales de Estados Unidos se encuentra celebrando la cumbre del G7 junto a representantes de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá, y todos han coincidido que el conflicto en Siria requiere de un serio escudo diplomático para su resolución y el establecimiento de la paz duradera en un país partido en dos, en el más literal de los sentidos. "Nuestra esperanza es que El Asad no sea parte de ese futuro", reveló de forma tajante Tillerson, quien es considerado un amigo personal y socio importante de Vladimir Putin.

Pero pese a la urgencia que dan todos los países del grupo al tema, lo cierto es que no han logrado llegar a ningún acuerdo para poder sancionar a Rusia y a Siria tras el ataque químico de la semana pasada (puntualmente el 4 de abril) en el que 80 personas perdieron la vida. La posibilidad de una condena la había planteado el Reino Unido, pero su empresa fracasó.

No obstante, en lo que sí coincidieron todos los cancilleres y jefes de Relaciones Exteriores de los siete países, más Federica Mogherini, representante de la Unión Europea, es que el conflicto no terminará hasta que El Asad abandone el cargo, según adelantó Jean-Marc Ayrault, jefe de Exteriores de Francia.

A la cumbre celebrada en Lucca, Italia, se unieron de forma extraordinaria Qatar, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, con la intención de intentar acordar con ellos una solución alterna a la guerra civil en el país asiático, que se libra desde hace siete años. No obstante, la conclusión fue la misma: con El Asad no hay espacio para la paz. "No es una posición agresiva respecto a los rusos, sino más bien una mano tendida", dijo Ayrault. "Queremos que Rusia respalde el proceso político para una resolución pacífica del conflicto sirio", dijo por su parte Sigmar Gabriel, titular de Relaciones Exteriores de Alemania.

El tema en de Siria ha sacudido la agenda internacional de Estados Unidos. El Gabinete de Donald Trump ha cambiado radicalmente su postura respecto a este conflicto en comparación a lo que prometía en su campaña electoral. La Casa Blanca ha convertido al mandatario asiático en su nuevo blanco político y ha advertido mediante varias voces que no descarta nuevas intervenciones en la región, las cuales justifica ante el proceder de El Asad.

Rusia, entretanto, se ha encargado de velar porque el régimen de El Asad sufra el menor daño posible. Ya la semana pasada bloqueó una condena internacional en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual desató la indignación de las principales potencias del mundo. La visita de Tillerson a Moscú podría traer el primer gran quiebre en este episodio, toda vez la suya es una voz muy apreciada por Putin y sus huestes.

Comentarios