El Estado pagó 59.000 euros al mes a un arzobispo del Ejército en 2016
El Ministerio de Defensa ha reconocido que el año pasado desembolsó tres millones de euros para cubrir los gastos de la Iglesia en servicios a las Fuerzas Armadas.
Hasta tres millones de euros desembolsó el Estado el año pasado para cubrir los gastos de la asistencia que dio la Iglesia Católica a las Fuerzas Armadas. La mayor parte de ese dinero cubrió los salarios de los 83 sacerdotes de distinto rasgo que integran el Arzobispado del Ejército. Es decir, 2.75 millones de euros.
Por mandato legal, España debe proporcionar asistencia religiosa a las unidades castrenses desde el Concordato con el Vaticano de 1953. Por ello se han usado fondos públicos, ya no sólo para los sacerdotes sino también para sostener el Arzobispado, la iglesia catedral y el seminario castrense así como los templos católicos erigidos para este servicio y que obligaron al Estado a pagar unos 231.000 de euros en conceptos de mantenimiento, según informó el Ministerio de Defensa. Los gastos de asistencia en misiones en el extranjero fueron de 40.800 euros.
Cuando el Estado actualizó estos tratados con la Iglesia en 1979, en el que se volvió a ratificar el apoyo religioso a la institución castrense, el país ha ido añadiendo crónicamente nuevas normas para darle todo tipo de protección a la religión en los campamentos militares, especialmente a la fe católica.
Esta presencia, de hecho, también está recogida en la ley de libertad religiosa mas su brevedad forzó la creación de una serie de normativas que terminarían por garantizarla. La ley de la carrera militar fuerza a crear un Servicio de Asistencia Religiosa, haciendo énfasis especial en la fe católica y los tratados con la Santa Sede, y ya anticipó un régimen retributivo del personal.
El decreto en cuestión tiene 17 incisos: cuatro genéricos y 13 puntuales para "los miembros católicos". En esos 13 se leen las especificaciones para las retribuciones básicas y los complementos económicos para los capellanes que suben hasta los 30.000 euros al inicio de su carrera, o ministerio como le gusta llamarlo al Vaticano, y llegan hasta los 59.800 euros, como en el caso de Juan del Río, un arzobispo militar que ganó mensualmente esa cantidad durante el último ejercicio.
Después de completar esta estructura legal, el Estado ha pagado partidas presupuestarias que, de acuerdo a la oficina de Defensa, alimentan la confesión católica, que encima recibe un tratamiento especial y diferenciado en el ordenamiento jurídico.
El Arzobispado castrense se encarga de unas 766.000 personas entre soldados, guardias civiles, policías y funcionarios civiles de Defensa y las familias de los mismos. De acuerdo a estadísticas del año pasado, son un total de 284.984 efectivos.
Las otras corrientes religiosas
El Ejército de Tierra cuenta con ocho iglesias en sus regiones militares. Los gastos que permite el presupuesto van desde las facturas de servicios básicos, como agua y luz y en algunos casos el gas y la limpieza, hasta trabajos denominados "correctivos". Del otro lado, la Armada reporta que se encarga de cuatro templos por hasta 25.400 euros tan solo el año pasado, suma destinada al mantenimiento "preventivo y correctivo".
De igual forma, el mismo Arzobispado, con cuartel general en Madrid y que cuenta con un seminario bautizado como Colegio Juan Pablo II, se embolsó 95.915 euros en los que se incluye el mantenimiento de la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas.
La atención religiosa es un derecho al que tienen acceso todos los efectivos del Ejército. Más que eso, es un compromiso que ha adquirido el Estado gracias a una amplia batería de normas. El decreto abarca otras corrientes de fe, pero con mucho menos detalle que la católica.
De esta forma, los tratados entre España y las autoridades oficiales del Islam, el judaísmo y el protestantismo tan solo tiene un par de enunciados en referencia a los militares. En cualquiera de los casos se admite el derecho a gozar de la asistencia respectiva y de participar en los cultos y ritos de cada una. La asistencia "será dispensada por los ministros" de cada corriente "en iguales condiciones que los ministros de culto de otras Iglesias, Confesiones y Comunidades que tengan concertados Acuerdos de Cooperación con el Estado". Pero hasta ahí. Apenas se hace mención a los gastos y sueldos que con tanto detalle se redactan en el caso de la Iglesia Católica.