Esquerra no ofrece negociar, sino un pacto cerrado "sine qua non"

Algunas de las interpretaciones que se vienen haciendo de la decisión de las bases de Esquerra Republicana de Cataluña, con respecto al “acuerdo” con Pedro Sánchez para iniciar una negociación de la que se desprenda la abstención de sus trece diputados para que el pre candidato del PSOE se instale de nuevo en la Moncloa, son sorprendentes.

Lo que se la ha ofrecido al presidente en funciones se parece más a un chantaje que a otra cosa: es un pacto cerrado, con dos condiciones previas excluyentes: Primero, aceptar una “negociación” entre iguales, por un lado, el Gobierno y funciones y por otro la Generalitat, con la misma visualización que ya se exhibió hace meses en Pedralbes, pero sin límite alguno. Segundo: conceder la amnistía a los condenados por sedición y otros delitos, derivados del “procés” (esto es, reconocer que no delinquieron) y, sobre todo, convocar un referéndum por la autodeterminación de Cataluña.

Luego, es inexacto que ofrezca negociar nada, si se parte de esas condiciones “sine qua no”. Esta expresión latina significa 'sin la cual no' y se aplica a una condición que necesariamente ha de cumplirse o es indispensable para que suceda o se cumpla algo. Está bien claro. Ante la debilidad del PSOE, los independentistas están embalados. Frente al inicial optimismo del PSOE, tras la consulta en la que participaron casi seis mil afiliados a ERC, el mensaje a Sánchez no deja dudas. Lo que han votado en masa es que se permita que Pedro Sánchez sea elegido presidente “si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación". ¿Cómo es posible que ante tan inequívoco mensaje leamos que las bases del ERC facultan a su dirección para negociar con Sánchez sin la apostilla de la condición imprescindible?

¿Es que no lo ha subrayado, tras conocer los resultados de la votación, la portavoz Malta Vilalta: "en las condiciones actuales no hay pacto posible si el PSOE no se apresta a una negociación directa de Cataluña con el Estado"? Lo de la mesa de partidos que ofrece el PSOE no vale. Y le den más vueltas. Es más, ERC exige evidencias constatables, un gesto claro del PSOE, incluso un documento por escrito. Y todo ello acompañado de la necesaria teatralización que demuestra que Cataluña se trata de tú a tú con el Estado del que quiere salirse.

Los más optimistas del PSOE apuntan a recuperar la comisión bilateral Generalitat-Estado, recogida en el Estatut que se activó en agosto de 2018 y acabó en fracaso, por las 21 medidas que Torra puso sobre la mesa. Pero al menos lograron una foto de los emisarios de los dos gobiernos juntos, que el PSOE quiso rebajar a un encuentro protocolario. Según esta versión, lo que se reunieron fueron dos comisiones técnicas, a las que al final se unieron los respectivos presidentes para saludar. Y no parece que los independentistas se conformen ahora con una reforma del Estatuto de 2006, y volver a someterlo a votación. La que quieren es un referéndum de autodeterminación.

Tras la consulta a sus bases, el lunes 25 de noviembre, hoy mismo, martes, 26, Gabriel Rufrián ha remachado lo que ya se sabía. Luego de acreditarse en el Congreso como diputado electo, Rufián ha subrayado que esta semana se verá la foto de dos equipos de trabajo, uno del PSOE y otro de ERC, que intentarán llegar a un compromiso de calendario para una futura mesa de resolución del conflicto político, pero esa mesa tendrá que ser “entre gobiernos”. Caso contrario, se votará en contra de la investidura de Pedro Sánchez. Y ya puestos a poner condiciones al PSOE, la consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha dicho que esa mesa de “Gobiernos”, debe ser un espacio de negociación, en el que se sienten Sánchez y Torra, una vez constituido el nuevo Gobierno. Y ya puestos, JxCAT ha vuelto a proponer que las negociaciones entre iguales Gobierno-Gerenalitat la tutele “relator” que pudiera ser un “mediador internacional”. @mundiario