¿Qué mensaje manda Sánchez a España con Batet, Cruz y Pisarello?

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Meritxell Batet, Cruz y Pisarello, la sorpresa.

¿En qué dirección se espera que remen un federalista que reclama que se reconozca la singularidad de Cataluña y una partidaria reformada de reconocer "el derecho a decidir" a sus paisanos?

¿Qué mensaje manda Sánchez a España con Batet, Cruz y Pisarello?

¿Cuál es el mensaje que Pedro Sánchez quiere enviar a los separatistas catalanes y al conjunto de los españoles con las personas designada para ocupar, el tercer y cuarto puesto en relevancia del Estado, amén del personaje sobre quien ha recaído la primera secretaría de la mesa del Congreso de los Diputados?

¿Es o no es asombroso que se haya aceptado la imposición de Podemos de que un puesto de la relevancia del primer secretario de la mesa del Congreso de los Diputados, donde reside la soberanía nacional y se hacen las leyes, lo vaya a ocupar el italo-argentino Pisarello, quien hace nada llamaba a la rebelión contra el Estado que lo acogió, y se un decidido partidario de la independencia de Cataluña?

Desde su puesto de primer teniente de alcalde de Cataluña, Pisarello respaldó la desobediencia de las leyes españolas, de las que ahora será fedatario, y se alineó a favor de la ruptura con España por la vía unilateral y la proclamación de la República Catalana. Pero con todo eso, su imagen está vinculada a la foto en la que de modo notable trata de evitar que un concejal del PP despegue la bandera de España frente a la presencia de una estelada. La Mesa del Congreso, de la que ahora será secretario ejerce una serie de funciones esenciales en el procedimiento parlamentario. Es sin duda, un elemento esencial del aparato de las Cortes y del Estado.

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Pisarello en un forcejeo por el despliegue de una bandera española.

En cuanto a Meritxell Batet fue una de los trece diputados del PSC que en febrero de 2013 rompió la disciplina de voto al respaldar dos propuestas de resolución presentadas por los grupos de CiU e ICV (La Izquierda Plural) a favor del llamado derecho a decidir del pueblo catalán. Carme Chacón fue entonces la única que no secundó a sus compañeros catalanes, y se limitó a no participar en la votación. Pero entre el grupo de los 13 estaba la actual delegada del Gobierno en Cataluña, Cunillera, primera en manifestarse a favor del indulto a los presos independentistas. Del mismo modo, la Batet se manifestó en contra de que en Cataluña hubiera políticos presos.

Más de una vez, en el pasado, ha habido tensiones entre el PSOE y el PSC, hasta el extremo que, se llegó a considerar romper el llamado “pacto de hermandad” y organizar en Cataluña la propia presencia del PSOE como tal y con sus siglas. De suyo, en su día un sector del PSOE consideró que, frente a la postura de los catalanes, convendría pensar en recuperar el PSOE, con identidad como tal, tras los acuerdos de 1978. El PSC ha pasado por diversas fases, pero, su acercamiento a las tesis nacionalistas preocupó en otras federaciones del partido en el resto de España.

La confianza de Sánchez

Ahora Sánchez, les otorga toda su confianza. Pero conviene recordar que, aunque participen los órganos del PSOE y ser, en la práctica, la federación socialista en Cataluña, el PSC es jurídicamente un partido distinto. Este caso único dentro del mapa del socialismo en España tiene su origen en la Transición: la Federación Socialista Catalana (del PSOE) decidió unirse con otras formaciones independientes como el Partit Socialista de Catalunya-Congrés y el Partit Socialista de Catalunya-Reagrupament para constituir el actual PSC.

Por ello, esa independencia ha sido causa de repetidos roces, sobre todo en etapas de acercamiento, como en 2013, a las tesis nacionalistas. La indisciplina de febrero de 2013, saldada sin medidas adecuadas correctoras, fue premiada al contrario por Sánchez, elevando sucesivamente a la Batet a ministra y ahora presidenta del Parlamento, y a la Cunillera con el cargo de delegada del Gobierno en Cataluña, quien dio la adecuada respuesta en el sentido de mostrarse partidaria del indulto a los políticos ahora juzgados en el Supremo, luego secundada por Iceta y por la propia Batet, quien dijo que no quería ver políticos catalanes presos.

Y conviene fijarse que en el propio Parlament de Cataluña, los socialistas se han pronunciado a favor de la reforma de la Constitución para que Cataluña sea reconocida a todos los efectos como “nación”, más allá de lo que pone como límite el PSOE en Madrid. Pero el discurso es suficientemente ambiguo y equivoco. Iceta, con cuyas tesis se sitúa ahora a la Batet, ha dicho cosas contradictorias: un lado, se propone avanzar hacia un modelo federal no definido, lo que requiere la reforma de la Constitución, y más autogobierno para Cataluña (o sea, menos presencia del Estado y más dinero); pero por otro se ha dicho que si una determinada mayoría lo pide habrá que admitir un referéndum de autodeterminación. ¿En qué quedamos?

Más federalismo asimétrico

En este sentido, la propuesta para designar presidente del Senado, frustrada la operación Iceta, al filósofo Manuel Cruz, es también altamente significativa por las inequívocas posiciones de éste y el modo en las que las ha expuesto, como el hecho de que la pertenencia de Cataluña dentro España, no necesariamente tiene que ser un hecho permanente, sino una mera circunstancia histórica, aleatoria, y que puede cambiar de modo natural.

Filósofo de densa obra es un comprometido federalista, partidario de una profunda reforma constitucional para eso que se ha dado en llamar el encaje de Cataluña en España, equívoca forma de organizar la salida.

La lectura de sus escritos ofrece una nítida visión de sus posiciones en cuestiones esenciales que afectan al conjunto de la nación española. Desde su puesto de impulsor de la Federalistes d’Esquerres, y su presidente entre 2013 y 2016, siempre ha defendido la singularidad de Cataluña y en 2012, al asumir el ‘Llamamiento a la Cataluña Federalista y de Izquierdas” hizo suyo, con otros intelectuales que "No creemos que pertenecer a España sea una obligación perpetua, pero no compartimos tampoco las razones de los que sostienen la necesidad histórica de la ruptura"; es decir, un matiz que los separa del separatismo duro sin más. Es decir, federalista sí, pero defensor de un estatus diferente para Cataluña; es decir, del viejo federalismo asimétrico que quería Maragall y Zapatero estaba dispuesto a otorgar. @mundiario

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