España es un país hundido, sin una verdadera política exterior con mayúsculas

Margallo Exteriores
El ministro español de Exteriores.

La política exterior de su Gobierno se resume en: flamenco como marca España, sumisión ante Merkel como marca europea, y "Gibraltar español como marca" PP.

España es un país hundido, sin una verdadera política exterior con mayúsculas

Uno de los aspectos más importantes como desconocidos de la política general de un país es su marco exterior. Hay que entender que sobre las relaciones internacionales no existe tanta publicidad ni interés mediático como por los asuntos nacionales o la economía doméstica, cuando en la actualidad uno de los efectos de la llamada "globalización" es el marco supranacional europeo en el cual nos movemos los estados miembros de la UE, no digamos ya los de la Unión Monetaria.

Es ciero que siempre se ha buscado un consenso continuado sobre política exterior entre el gobierno de cada momento y el principal partido de la oposición, pues la acción externa de un país siempre debería de presentarse como una fuerza común de la mayoría política de dicho país, no solamente gubernamental. Pero podemos observar al respecto que a lo largo de nuestra democracia, desde la Transición misma, las políticas exteriores de los distintos gobiernos han variado considerablemente: la de Felipe no fue la misma que la de Suárez, aunque existieron nexos de continuidad; y, sobre todo, la política extrior de Aznar fue totalmente opuesta a cualquiera de los gobiernos del PSOE de antes o después. 

Ahora bien, ¿cómo podría calificarse la actual estrategia externa del Gobierno de Rajoy, nuevamente del PP? Para empezar de inexistente. Y, para seguir, de catastrófica, pues al no existir un relato coherente de objetivos internacionales y proyecciones externas, todo se deja al fruto de la improvisación y del nulo peso estatal que tiene en la actualidad nuestro país ya sea en Europa, en Iberoamérica o en el Magreb. Margallo es el peor ministro de Exteriores que hemos tenido en nuestra historia, y la actual proyección internacional de España solamente es comparable al papel que tuvimos en el Congreso de Viena, cuando se restauraron las fronteras europeas después de Napoleón y España solamente consiguió que nos dejaran en la corona al felón de Fernando VII, un rey absolutista y tiránico que no tuvo compasión de aquellos españoles que lucharon contra Francia para devolverle la corona que él y su padre habían regalado al emperador francés. 

Respecto a Europa, ¿qué papel juega España con Rajoy? El de presentarse como el vasallo alemán más aventajado de los llamados PIGS para que Merkel nunca hubiese pensando en la "solución Monti" para el gobierno de España. La prima de riesgo, en la actualidad, está controlada y a la baja, pero no podemos olvidar que cuando los mercados lo necesiten, o a ciertas fuerzas oscuras les convengan, volverá a subir sin que exista una manera lógica de controlarla. En este sentido tengo que reconocer que el único que se atrevió a llamar a la prima de riesgo por su nombre fue Berlusconi, ya que dijo que era una auténtica estafa. Estamos hablando, además, que tanto el BCE como el FMI están presionando a España de una manera más o menos pública para que siga aplicando esas "recetas" que tanto y tan bien están hundiendo a todos los españoles en un presente de miseria y un futuro lleno de pobreza. Los datos de la EPA y del paro en estos últimos meses son un espejismo condicionados por muchos factores, y la cuestión del superávit en la balanza de pagos admite muchas lecturas entre las cuales ninguna indice en la vida real de los 6 millones de parados en España.

Por si fuera poco ahora nos encontramos en un conflicto diplomático abierto en dos frentes: Gibraltar y Marruecos, aunque en el caso de los indultos marroquís, España solamente ha pecado de comparsa y de falta de reflejos, porque el fallo de la excarcelación del pederasta fue, según parece, íntegramente del palacio real de Mohamed VI. Pero el asunto de Gibraltar ya es otra cuestión mucho más grave y peligrosa que un pederasta suelto por un error burocrático que, gracias a Dios, ya está detenido.

Una vieja consigna 

Hay pocas cosas más rancias en el nacionalismo español de derecha que la vieja consigna "Gibraltar español". Es más, se podría decir que una gran mayoría de los españoles, incluso votantes de izquierdas, están totalmente de acuerdo con la consignan y sienten el asunto del Peñón como algo personal y patriótico. Somos así, aquí sólo somos españoles cuando juega la selección o nos nombran a Gibraltar. Ante esto yo me pregunto, ¿merece el Peñón una crisis diplomática con Reino Unido? Evidentemente, no. Pero es que el gobierno de España está utilizando la vieja bandera del Gibraltar español como un instrumento para distraer la crisis política que vive Rajoy y que podría tomar tintes aún más dramáticos ante futuras revelaciones de Bárcenas a través de Pedro J. Esto es lo que pasa cuando un presidente acude al congreso para mentir: que desconoce si la otra parte en cuestión tiene pruebas aún más evidentes para acabar de rematarle ante una opinión pública, de la cual el 72% ya desconfía de su presidente. 

El Peñón de Gibraltar siempre tuvo un gran valor en siglos anteriores por su posición estratégica y de defensa. Es decir, en un marco geopolítico. Y este valor ya lo ha perdido una vez que España se ha integrado a la estructura de defensa de la OTAN y de la PESC europea. ¿Qué valor tiene en la actualidad Gibraltar para nuestro país? A efectos prácticos ninguno. Es evidente que existen actuaciones por parte del gobierno de Gibraltar que pueden vulnerar el derecho internacional, pero incluso Aznar utilizó su amistad con Blair para encauzar la cuestión susodicha, y luego ya con Zapatero se intentó una triple soberanía entre Inglaterra, España y Gibraltar. ¿Cuál es la realidad? Que muchos españoles trabajano allí, y esto parece que no le preocupa a Margallo.

Es verdad que Gibraltar puede ser un paraíso fiscal, pero a mí lo que me preocupa es que se les haya regalado a los bancos 36 mil millones de euros de ese "préstamo en condiciones ventajosas" que los españoles "nunca acabaríamos pagando" y que los bancos "devolverían íntegramente". Esta es la cuestión  fiscal que a mí me preocupa, los miles de millones perdidos y regalados a la banca y que provocaron sacrificios económicos a todos los españoles y que pueden encerrar aún mayores contra partidas. 

Ideas de imponer una tasa para salir y entrar de Gibraltar son una idiotez tan profunda que solamente a un iletrado en derecho europeo se le podría ocurrir, porque dicha tasa, de aprobarse, sería fácilmente recurrible y anulada por la Unión Europea. Por no hablar de las amenazas de investigar fiscalmente a los residentes en Sotogrande. ¿Bajo qué justificación que no suponga una discriminación contraria a la ley? Estamos hablando de una amenaza pública por parte del ministerio de Exteriores. Y así sucesivamente...

Lo peor de todo esto lo encontramos en cierta prensa sin sentido alguno del ridículo que ilustra sus portadas con montajes propios de las proclamas nacionalistas de la época de entreguerra o los años previos a la I guerra mundial, cuando "la paz armada". Nos encontramos con diarios de prestigio y vida centenaria que no duda en señalar una supuesta congoja del primer ministro británico. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar el gobierno y sus medios afines con tal de ocultar o prevenir el estallido irreparable del caso Bárcenas?

En lo único que tendría la fuerza y el derecho de su parte el gobierno de España sería en exigir a Europa una sanción defintiva de las aguas que rodean al peñón de Gibraltar, pero parece que esta vía es algo que, por ahora, se dejará sin explorar. Mientras veremos como ponen a los pies de los caballos a la población de La Linea y a la Guardia Civil que son los que tienen que dar la cara ante el descontento y la tensión existente entre los ciudadanos. @marcial_enacion

Comentarios