España no debe tener miedo al cambio: debe temer en manos de quien estamos

Militantes de Podemos.
Militantes de Podemos.

Han gobernado España como si fuera su ranchito particular. Se ha gobernado al servicio de la banca, de la Iglesia católica y de las grandes empresas. Son ellos los que deberían tener miedo. ¿O no?

España no debe tener miedo al cambio: debe temer en manos de quien estamos

Han gobernado España como si fuera su ranchito particular. Se ha gobernado al servicio de la banca, de la Iglesia católica y de las grandes empresas. Son ellos los que deberían tener miedo. ¿O no?

Hoy me gustaría hablar de un tema que preocupa a mi hija de cuatro años, el miedo. Bueno, a mi hija de cuatro años y al Gobierno de España. Últimamente solo oímos hablar de paro, corrupción, blanqueo de capitales, tarjetas negras….y miedo. De un tiempo a esta parte me hace gracia ver y escuchar declaraciones de ministros del Gobierno, cargos públicos del PP (y alguno del PSOE) y periodistas al servicio del Gobierno, que haberlos haylos, hablar a los ciudadanos del miedo:

- ¡Ojo! que mira que si votáis a un partido que se llama Podemos peligra la democracia en España, es la debacle, la vuelta a la Dictadura...

¿Miedo? A vosotros es a los que hay que tener miedo.

Miedo da vuestra política económica, y lo que da más miedo es que no la tenéis, y no la tenéis, porque nos habéis vendido a Europa, subordinándoos a unas condiciones a cumplir absolutamente leoninas, que ni siquiera habéis negociado, solo acatado sumisamente, y cuyas consecuencias han sido ya no perversas, que también, sino nefastas para la economía de los ciudadanos, cada vez más empobrecidos y a los que solo os falta robar la dignidad, aunque lo habéis intentado.

Miedo dan los recortes en sanidad que habéis llevado a acabo, y cuyas consecuencias estamos viendo, con personas muriendo en los pasillos de los hospitales esperando por unas pruebas, o una cama disponible; quien más y quien menos, lo sufrimos o conocemos casos de personas que no pueden pagarse tratamientos, que dejan de tomar la medicación porque o pagan medicamentos, o no comen en su casa. El personal sanitario de los hospitales no da más de sí, tenemos a magníficos profesionales que van de un lado al otro, duplicando guardias, trabajando sin material, sin recursos, vemos como las plazas de médicos, que obligan a jubilar, no están siendo cubiertas sus vacantes. Y lo peor, es que la nefasta gestión de la Sanidad pública en favor de la privada, os la estáis cargando deliberadamente, no es casual, sabíais bien a lo que veníais, a hacer negocio, y cuando se hace negocio con la sanidad no hablamos de pacientes, sino de clientes. Y la derecha quiere clientes.

Miedo de los recortes en Educación. La educación pública, que siempre ha estado falta de recursos, siempre, ahora ya no es que tenga carencias, es que simple y llanamente está siendo desmantelada, y de nuevo, intencionadamente. La “defensa” de la educación pública de nuestro Gobierno se traduce en subidas de tasas universitarias, reducción de becas, recorte en los presupuestos para Educación, disminución del número de profesores, recortes salariales y laborales contra los docentes. La intencionalidad es clara, con una educación pública deficiente, los padres y madres se verán obligados a pagar una educación privada, y la pública será una especie de educación de beneficencia, ¿verdad? Y es que cuando hacemos de la educación un negocio, no hablamos de alumnos, sino de clientes, y ¡efectivamente!, mis queridos y sufridos compatriotas, donde estén clientes, se quiten alumnos.

Miedo a vuestra represión, la llamada “Ley de seguridad ciudadana” que se aprobará por la gracia no de Dios sino de la mayoría absoluta del PP en el Parlamento. La han sacado de la manga cuando intuyeron que la población comenzaba a protestar: su genuina y única motivación es la represión, limitar el derecho de reunión y manifestación democrática. Esta indigna ley “mordaza” restringe derechos fundamentales, y sancionará comportamientos que pueden limitar el ejercicio de la libertad de información, expresión y reunión pacífica. a la vez que aumenta el número de infracciones, y supone menos garantías de defensa para la ciudadanía frente a la administración. Deberían cambiarle el nombre por la “ley de vagos y maleantes II” de la dictadura miliar franquista. Los nostálgicos del régimen lo agradecerían. (Detallazo).

Miedo a la reforma laboral, esa reforma laboral (de la ministra que no ha trabajado en nada fuera de la política) que no ha servido en absoluto para crear empleo, sino para simplemente allanar el camino a los empresarios para despedir más y mejor, porque si una empresa decide despedir, sea colectiva o individualmente, pues lo hace fácil, rápido y barato. Reducen la cuantía de la indemnización que han de pagar las empresas para la extinción contractual, y del derecho de huelga ya ni hablamos, ¿verdad? Un trabajador se cuidará mucho de hacer huelga porque al día siguiente lo echan a la calle. Lo que viene siendo una restricción más o menos encubierta de derechos ciudadanos. Pero no pasa nada…

Miedo a que nos obliguéis a pagar por acudir a un Tribunal de Justicia, porque la implantación de las tasas judiciales impide diariamente el derecho de los ciudadanos a una tutela judicial que está reconocida en la CE. Da miedo que tengas que pagar al Estado por tener problemas y acudir a los Tribunales a buscar una solución. Da miedo que para recurrir multas, para divorciarte, para presentar demandas contra la Administración…tengas que pagar. Y es que aquí se castiga al que tiene problemas, si eres enfermo, si tienes problemas judiciales... pagas. Hemos llegado juntos a la misma conclusión de nuevo? Sí, donde esté un cliente se quite un ciudadano.

Miedo a la corrupción, porque estamos en manos de ¿presuntos? delincuentes. Cada mañana nos despertamos con más casos de corrupción, la lista de acusaciones parece interminable: prevaricación, falsedad documental, tráfico de influencias, presunta financiación irregular y Caja B en el Partido Popular, malversación, blanqueo de capitales, delitos contra la ordenación del territorio y la inquietante sospecha de que no se trata de casos aislados, sino de que podemos estar ante un entramado delictivo piramidal, del que solo vamos conociendo simples pinceladas, y con cargos públicos, que una de dos, o son tan ineptos que no se enteran de nada de lo que ocurre a su alrededor mirando para otro lado, o forman parte del entramado de corrupción.

Y todo eso, mis sufridos compatriotas, eso sí que da miedo.

Así que no temáis al pueblo, porque somos todos, un pueblo que está actualmente empobrecido, machacado y absolutamente ignorado por los órganos de poder que han gobernado España como si fuera su ranchito particular. En este país se ha gobernado al servicio de la banca, la Iglesia católica y las grandes empresas. Son ellos los que deberían tener miedo. ¿O no? A lo mejor es que ya empiezan a darse cuenta de que ya no se protegen unos a otros como antes, que las pirañas cuando ya no tienen que comer se acaban comiendo unas a las otras, que unos y otros amenazan con tirar de la manta, que todos son rehenes de todos, porque saben de sus miserias y tropelías; que en este país unos que se creen élite han vivido por encima de nuestras posibilidades y todo a costa de los ciudadanos, y que un buen día surgió un 15-M que fue un estallido social y que, afortunadamente, ese malestar ciudadano, esa reclamación de limpieza en todos los estamentos del Estado, de la clase política, de la reivindicación de una mayor presencia de los ciudadanos en el Poder, se está canalizando a través de un partido político al que empiezan a atacar ferozmente, y no solo desde la derecha, sino también de algún sector de la izquierda, lo cual a título personal me entristece profundamente.

Dejadme recordaros aquello que dejó escrito Quevedo: “El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.”

- ¡Que viene el lobo, que viene el lobo!

Los lobos ya están aquí hace mucho tiempo, solo que ahora ha terminado el silencio de los corderos, y eso, no nos debe dar miedo. ¿A quién le debe dar miedo? Esa es la pregunta…

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