España no es Alemania, pactos fuera

Pinturas en la escuela. / Pixabay
Pinturas en la escuela. / Pixabay

La educación es uno de los pocos asuntos de la esfera pública que todavía suscita debate ideológico encendido. Después de un año de debates y 80 comparecencias en el Congreso, el PSOE abandona pretextando "financiación insuficiente" y le sigue Podemos.

España no es Alemania, pactos fuera

Cuando se iniciaron los trabajos parlamentarios  para un posible Pacto por la Educación entre las distintas fuerzas políticas, desde MUNDIARIO mostramos el máximo escepticismo, avalados por la larga e infructuosa experiencia de ese intento. Se trata de un leitmotiv de la política española desde hace muchos años aunque sólo el último ministro de Educación del Gobierno Zapatero, Ángel Gabilondo lo intentó seriamente. En aquella ocasión y después de meses de conversaciones, el PP abandonó los trabajos cuando ya estaban muy avanzados, pretextando desacuerdo "con el modelo educativo". En realidad las elecciones estaban a la vista y el PP acariciaba ya la victoria.

Ahora después de un año de debates y 80 comparecencias en el Congreso, el PSOE abandona pretextando "financiación insuficiente" y le sigue Podemos, como es norma en esa formación con pretextos peregrinos. Lo cierto es que ambos entienden que es más rentable evitar pactos ya que las elecciones anticipadas no son descartables. El cortoplacismo de la política española se manifiesta una vez más. Puede añadirse que el formato del acuerdo que se pretendía era muy limitado pues la política educativa depende en gran medida de las comunidades autónomas, ausentes del marco parlamentario.

El problema de fondo es otro. Por sorprendente y anacrónico que parezca, la educación es uno de los pocos asuntos de la esfera pública que todavía suscita debate ideológico encendido. No sobre los aspectos nucleares de la política educativa: calidad, curriculum, igualdad de oportunidades, sino sobre otros asuntos de larga tradición que inmediatamente asociamos a uno u otro partido: centros concertados, enseñanza religiosa, contenidos ideológicos (Ética, Convivencia), etc. Un Pacto Educativo reduciría esa carga de confrontación ideológica, una de las pocas señas de identidad que quedan y por ello no es posible. El resto es una puesta en escena parlamentaria. Las conclusiones de estos meses, como las del Gobierno anterior, engrosarán los archivos del Congreso.

Los partidos aceleran el desgaste gubernamental aunque las encuestas señalan como único beneficiado a Ciudadanos que, sin arriesgar, está viendo crecer sus expectativas

La inestabilidad del actual Gobierno, totalmente condicionado por un Congreso adverso no facilita los acuerdos. Los partidos aceleran el desgaste gubernamental aunque las encuestas señalan como único beneficiado a Ciudadanos que, sin arriesgar prácticamente ningún compromiso, está viendo crecer sus expectativas electorales de forma vertiginosa. Para Podemos y el PSOE las elecciones anticipadas serían una mala noticia, a tenor de esas mismas encuestas. Les convendría más consolidar sus posiciones en las elecciones municipales y autonómicas del próximo año, para desde esa posición mejorar sus opciones en las generales. Para Ciudadanos ocurre lo contrario: careciendo de implantación territorial necesitan el aval de las generales para aprovechar el tirón en las elecciones territoriales. Modelo Macron, aunque las comparaciones en este caso sean más que forzadas.

No ha habido Pacto educativo y es muy probable que tampoco se produzca en torno a las pensiones. La legislatura fallida en la que nos encontramos sólo permite la labor de control y desgaste del Gobierno, pero no legislar. Un bloqueo permanente que corre peligro de incrementarse.

Interesa más captar las inquietudes coyunturales y  amplificarlas que abordar programas de gobierno alternativos

Cabe resaltar que ante esa situación los grupos que aspiran a gobernar no estén explicando una política alternativa, probablemente porque todavía no la tienen. O tal vez porque las democracias occidentales están evolucionando hacia democracias emocionales, por lo que interesa más captar las inquietudes coyunturales y  amplificarlas que abordar programas de gobierno alternativos. Pero en ese terreno ganan los más emocionales, llámense Trump o la coalición italiana de la Liga y Berlusconi.

Alemania, el primer país de Europa, sigue una senda política diferente con la Gran Coalición que, en un ejercicio de pragmatismo, trata de mantener el liderazgo de su país en la Unión Europea al tiempo que sostiene un elevado nivel económico y de desarrollo interno. Ese modelo de alianza es inviable por estos pagos pero algo podríamos aprender de su capacidad para lograr acuerdos. @mundiario

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