España debe salir de esta

Pedro Sánchez. / Mundiario
Pedro Sánchez. / Mundiario

Con la segunda ola de la pandemia encima, el problema ahora es el del principio, el mismo que otros han resuelto o encauzado –incluso Italia– y España no. Tanto en el plano sanitario como económico. Pedro Sánchez hace bien pensar que si no hay salud, no hay economía, pero debe ir más allá. 

España debe salir de esta

La periodista Soledad Gallego-Díaz se lamenta en el diario El País de que en España parece imposible disponer de un ámbito democrático compartido, como ocurre en otros países europeos. Ni siquiera la Covid-19 lo ha hecho posible. Pero el problema de fondo no parece ser solo de España. En el mismo periódico, Joseph S. Nye, Jr., profesor en la Universidad de Harvard y autor de Do Morals Matter? Presidents and Foreign Policy from FDR to Trump, se plantea los futuros posibles tras la pandemia y concluye que son varios los escenarios a considerar: el fin del orden liberal globalizado, un desafío autoritario al estilo de los años treinta, el predominio de China, el triunfo de una agenda internacional verde o más de lo mismo.

“Si no hay salud, no hay economía”. Lo dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su paso por Galicia, que no es –afortunadamente– la comunidad más afectada por la pandemia. Tiene razón el Presidente, es cierto lo que dice. Si lo dijese cualquier ciudadano también tendría razón, pero entre que lo diga una persona de la calle y el Presidente del Gobierno hay una diferencia importante. Un hombre corriente no tendría que dar respuesta a la pregunta clave: ¿por qué no hay salud? El Presidente, sí.

Madrid en estado de alarma

Los datos sanitarios de España son de los peores de Europa, y dentro de España los datos de Madrid –ahora una comunidad en estado de alarma– son de los peores, con lo cual son también los peores de Europa. Los datos económicos de España también son de los peores de Europa. Sin embargo, España no era antes del coronavirus la peor economía europea, ni tenía el peor sistema sanitario. Es más, mucha gente creía que España tenía una de las mejores sanidades del mundo, lo cual –a la vista de los datos actuales– no era cierto.

Algo hemos hecho mal, probablemente entre todos. Pero sin una dirección clara no bastará con que todos intentemos hacerlo bien. El Presidente del Gobierno, una vez que sabe que “si no hay salud, no hay economía”, debe asumir ese liderazgo. La otra alternativa sería macharse para que lo haga otra persona. Con consenso –lo ideal– o sin consenso, España debe salir de esta. Y desde el realismo que supone no tener ni el mejor sistema sanitario ni la mejor economía, también cabe pensar que hay recursos suficientes para salir a flote. 

Recursos sanitarios y disciplina social

Resumir un problema tan complejo como el derivado de la Covid-19 entraña riesgos de imprecisión pero hay un mínimo común denominador en el que coincide todo el mundo: es clave la atención primaria y no lo es menos el cumplimiento estricto de las normas. Dicho de otro modo, afrontar la pandemia requiere recursos sanitarios y disciplina social. Y eso será así sea cual sea el tamaño del iceberg que constituye el coronavirus, algo que nadie conoce.

Las medidas pendientes en atención primaria, rastreadores, legislación, políticas socioeconómicas, etcétera pueden implementarlas distintas administraciones pero alguien tiene que dirigirlas con visión de conjunto. El liderazgo exige en este caso diálogo con criterio. También firmeza y determinación.

Si hay países del entorno europeo que han conseguido superar prácticamente la pandemia o mantenerla en niveles tolerables, eso quiere decir que es posible; incluso sin esperar a que lleguen las vacunas, que cuando vengan tampoco van a cubrir a toda la humanidad de un día para otro.

El fracaso general de las instituciones 

España ha perdido mucho tiempo pero en algún momento debe reaccionar. Se hicieron tarde las cosas al principio, después se extremaron las restricciones, luego se abrió la mano y ahora volvemos atrás. No da igual quien se haya equivocado en todos estos meses de pandemia pero el problema ahora no es ése. Además, como sostiene el profesor y politólogo Fernando Vallespín, asuntos como la Monarquía o qué sea o deje de ser España pueden esperar, pero cómo salimos del agujero en el que estamos, no. Lo ha resumido bien en MUNDIARIO el exsecretario de Estado José Luis Méndez Romeu al señalar que el esperpento de Madrid culmina el fracaso general de las instituciones españolas, mientras Oposición y Gobierno son incapaces de acordar literalmente nada. Por si fuese poco, asuntos que deberían solventarse mediante la política, son endosados a los tribunales, cuya misión –evidentemente– es otra.

El problema ahora es el del principio, el mismo que otros han resuelto o encauzado –incluso Italia– y España no. Tanto en el plano sanitario como económico. Pedro Sánchez hace bien pensar que si no hay salud, no hay economía, pero debe ir más allá. Aunque se queme políticamente. Porque si no hay Presidente –con mayúsculas– tampoco habrá salud ni economía. Es su hora, le ha tocado a él. A otros les tocó gestionar guerras, que aún fue peor. @J_L_Gomez

Angela Merkel, canciller de Alemania. / The National.

Angela Merkel, canciller de Alemania. / The National.

Alemania como referente y la Bolsa como termómetro

Por su población y su PIB, Alemania viene a ser prácticamente el doble que España. Conscientes de la crisis sanitaria han tomado medidas, poniendo sobre la mesa cien mil millones de euros. España tendría que poner la mitad. El problema es que no puede y que si lo hace se ahogará. Puntos de partida distintos, modelos económicos diferentes y gestiones de la crisis sin apenas parecidos marcan las distancias. Por eso España tiene que poner la mano, a ver si le dan algo. Una desgracia.

En un país con empresas muy pequeñas, donde escasean las compañías cotizadas, es más difícil que la Bolsa refleje fielmente lo que pasa en la economía. Es el caso de España. Pero aún con esa cautela no puede perderse de vista que lo que sucede en España no es normal. Todas las bolsas del mundo cayeron en picado con la llegada del coronavirus, pero la mayoría de las occidentales ya se recuperaron del todo (EE UU) o en gran parte (Alemania, Francia); sin embargo, en España no. 

––––––– PROTAGONISTAS –––––––

> Angela Merkel, canciller de Alemania.- La economía de Alemania se ha repuesto antes de lo esperado y su contracción podría reducirse al 5,5% este año, debido a la pandemia de coronavirus, lo cual supondría una caída del PIB menos drástica que en la crisis financiera de 2009.

> Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.- Satisfecho con la colaboración mostrada por los empresarios y los sindicatos, le gustaría ver lo mismo con los partidos y las autonomías, pero no es el caso. Es posible atribuir errores a la oposición pero también a su estrategia de alianzas. No acertó.

> Pablo Casado, presidente del PP.- Si su objetivo –desde Madrid– era poner al socialista Pedro Sánchez contra las cuerdas, lo ha conseguido. El problema es si, de paso, se la ido la mano con la propia estabilidad de España. Se supone que PSOE y PP no solo deben tener actuaciones partidarias.

> Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta.- “Funcionan mejor las comunidades autónomas que el Gobierno”, dice. Si la lucha entre el Ejecutivo y las autonomías fuese por el sobresaliente y la matrícula de honor no pasaría nada. El problema es que se disputan el mejor suspenso. @mundiario

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