España apuesta por la Unesco

Andrés Petrello. / Mundiario
Andres Perello. / Mundiario
España se ha convertido en uno de los estados claves en el funcionamiento de la Unesco y las políticas culturales impulsadas desde esta agencia de Naciones Unidas han sido inspiradas por la representación española.
España apuesta por la Unesco

En 1945 se constituye la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura con la misión de contribuir a la "la consolidación de la Paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información".

La Unesco cuenta con dos órganos de gobierno principales la Conferencia General que se reúne cada dos años y aprueba el programa de trabajo y los presupuestos que se reúne bianualmente así como el Consejo Ejecutivo, integrado por 58 estados y que se reúne dos veces al año para evaluar la marcha de la organización.

La sede central de la Unesco se encuentra radicada en París y su directora general es la exministra de cultura francesa Audrey Azoulay electa para un mandato de cuatro años en la 39ª Conferencia General celebrada en noviembre de 2017. España forma parte de la Unesco desde 1953 y ha alcanzado en el último periodo, gracias a la acción del nuevo embajador delegado permanente español ante la Unesco el ex eurodiputado y escritor Andres Perello, un notable incremento de su influencia y representación en el seno de esta agencia especializada de las Naciones Unidas.

En la actualidad España es miembro del Consejo Ejecutivo, máxima instancia de la Unesco, además de ser miembro del Comité de Patrimonio Mundial, la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y del Consejo Internacional de Coordinación del Programa "Hombre y Biosfera". El embajador Andres Perello, con una amplia experiencia internacional desde su labor en el Parlamento europeo y como Vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana Eurolat, ha trabajado intensamente para reforzar el liderazgo de España en este organismo de Naciones Unidas. Destaca la aportación española al presupuesto general así como su participación en diversos programas e iniciativas, entre ellos algunos tan conocidos como el denominado "Patrimonio de la Humanidad" que es administrado por un comité de 21 estados miembros elegidos por plazos determinados.

Este programa "Patrimonio de la Humanidad" recoge desde localizaciones naturales, lagos, cuevas, bosques, etc, a edificaciones singulares o ciudades con características especiales. En la actualidad España con 48 sitios es el tercer país del mundo con mayor número de estas designaciones solo superada por Italia y China. Entre las ciudades españolas inscritas en la lista del "Patrimonio de la Humanidad" se encuentran en la actualidad Santiago de Compostela, Córdoba, Alcalá de Henares, Tarragona, Toledo, Segovia, Úbeda, Mérida, San Cristóbal de La Laguna, Cuenca, Ibiza, Cáceres y Salamanca. La designación de una ciudad como "Patrimonio de la Humanidad" conlleva un incremento de su visibilidad internacional así como una mayor afluencia de turistas nacionales e internacionales. Igualmente sucede en los otros lugares declarados "Patrimonio de la Humanidad" que son 33 en España además de las 15 ciudades.

El embajador Andres Perello ha dotado a su labor en París de un enfoque más amplio estableciendo alianzas no solo con nuestros socios de la Unión Europea sino también en América Latina, continente que conoce en profundidad tras sus anteriores responsabilidades internacionales , África y en las regiones de Asia y Oceanía.

España se ha convertido en uno de los estados claves en el funcionamiento de la Unesco y las políticas culturales impulsadas desde esta agencia de Naciones Unidas han sido inspiradas, como en materia de igualdad de género, defensa de los derechos humanos o alfabetización infantil, por la representación española. Actualmente la Unesco, que a lo largo de su historia ha sufrido el abandono de la Suráfrica del "Apartheid" (retornando con Nelson Mandela en 1996) así como de EEUU e Israel - se configura como un foco de la lucha por la educación, el diálogo intercultural y la lucha contra el racismo y la intolerancia. Esta nueva década debe suponer un salto adelante en las tareas de la Unesco extendiendo sus programas y actividades así como reforzando su compromiso con el cambio y el progreso social y educativo. En esta línea España esté desarrollando un papel de liderazgo cada vez mas fuerte en el seno de la Unesco. @mundiario

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