El equipo de campaña de Trump habría contactado con Rusia desde el 2015

Sede del diario The New York Times. / RR SS
Sede del The New York Times.

El prestigioso The New York Times ha publicado nuevos rumores que disparan más la poca credibilidad que le queda a la Casa Blanca respecto a su relación con el Kremlin.

El equipo de campaña de Trump habría contactado con Rusia desde el 2015

El prestigioso diario neoyorquino The New York Times se ha valido de fuentes anónimas de la Administración de Donald Trump para lanzar una nueva serie de acusaciones contra el equipo de aquél por mantener contactos con agentes de los servicios de inteligencia de Rusia en 2015, justo un año antes de que se celebraran las elecciones en Estados Unidos. Previamente el citado medio había sido uno de los principales valedores de la teoría de que Michael Flynn se habría sentado a dialogar y negociar con importantes miembros de la diplomacia de Moscú, lo cual le costó su puesto como consejero de Seguridad Nacional del magnate.

De acuerdo a El País, citando al periódico estadounidense, fuerzas de seguridad y de inteligencia estadounidenses "interceptaron las comunicaciones en el marco de la investigación sobre el ciberespionaje durante las elecciones americanas". Posteriormente los responsables extrajeron la conclusión de que las huestes de Vladimir Putin habían trabajado para desprestigiar a Hillary Clinton, quien competía contra Trump por la jefatura de Estado.

Desde hacía meses los agentes de inteligencia estaban ensimismados en comprobar si fue el propio equipo de campaña del magnate el que incitó, o incluso ayudó deliberadamante, a los rusos en los ataques virtuales a los servidores demócratadas, algo que desde Moscú se ha negado rotundamente. Aquella trama habría propiciado los primeros contactos, hechos inicialmente entre cuatro personas, prosigue el medio citado. No obstante, el periódico de la Gran Manzana anticipa que sus fuentes no detectaron pruebas deliberadas de colaboración para manipular las elecciones. Aparte, las conversaciones distan de las que sostuvo Flynn.

Dentro de los involucrados en esos supuestos acercamientos está nada menos que Paul Manafort, jefe de campaña del republicano, quien ya en el verano del año pasado renunció tras admitir que había trabajado como asesor de Víktor Yanukovich, presidente de Ucrania. Manafort ya ha salido al paso de las acusaciones y las ha negado con total certeza. Del lado moscovita, los contactos fueron hechos por miembros del mismo Gobierno.

La renuncia de Flynn y estos nuevos rumores catalizan un tema que envolvió de polémica las últimas semanas de la campaña electoral de Trump y Clinton, así como las posteriores maniobras y sanciones hechas por Barack Obama en el ocaso de su mandato. Las oficinas de espionaje de Estados Unidos acusaron al unísono a Vladimir Putin de injerencia en sus elecciones.

En diciembre del año pasado, Obama sancionó a Rusia con la expulsión de 35 diplomáticos asentados en territorio estadounidense. La acción llegó cuando las conclusiones de la Inteligencia estadounidense se hicieron públicas. En ese momento, Flynn, que ya había sido elegido pero no nombrado como consejero de Seguridad Nacional, se reunió en secreto con Sergei Kislyak, embajador de Rusia en Washington, e intercedió para evitar que el Kremlin respondiera con sanciones similares. Todo eso a tres semanas de convertirse en funcionario público.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) interrogó minuciosamente a Flynn, un militar muy conocido por sus vínculos con Moscú, por aquellos acercamientos. Inicialmente, el exconsejero negó que su diálogo con Kislyak haya tenido que ver algo con las sanciones, pero posteriormente rectificó. Ese paso en falso fue lo que lo terminó mandando a la guillotina, comunicó el Despacho Oval, con todo y que Trump estaba al tanto de ello desde hacía semanas.

Los coqueteos entre Trump y el régimen de Putin no son nuevos. Las agencias de Inteligencia y el mismo Obama han advertido en repetidas ocasiones al empresario que no se fíe de Moscú, especialmente tras haber manipulado las elecciones del 8 de noviembre. Su mismo partido, el Republicano, con el recuerdo de la Guerra Fría fresco en su mente y latente en sus corazones, desconfía fuertemente de las intenciones de la Casa Blanca.

Comentarios