Lo que las encuestas dicen y el Partido Popular no escucha

Albert Rivera e Inés Arrimadas en la manifestación de Barcelona a favor de la Constitución y la unidad de España. / Twitter
Albert Rivera e Inés Arrimadas en la manifestación de Barcelona a favor de la Constitución y la unidad de España. / Twitter

Ciudadanos está seduciendo al electorado de centro derecha. El partido naranja ha sabido conectar con la sociedad mientras que en el PP siguen preguntándose por qué pierden apoyos.

Lo que las encuestas dicen y el Partido Popular no escucha

A poco más de un año de las elecciones europeas, autonómicas y municipales, las encuestas, todas, confirman el ascenso continuo de Ciudadanos. Las diferencias que presentan los sondeos de Metroscopia, Gad3 o Sigma Dos, no son más que de matiz. El partido de Albert Rivera parece ser hoy por hoy el preferido por los españoles, disputando la primera posición al Partido Popular.

No es Ciudadanos el mayor problema del Partido Popular sino ellos mismos. El distanciamiento del electorado resulta de la incomprensible repetición de errores a lo largo del tiempo

Cierto es que son fotografías fijas de un momento concreto y hay mucha volatilidad electoral pero hay nerviosismo en el PP. Mariano Rajoy trata de tranquilizar a los suyos recordando que no es la primera vez que fallan las encuestas, de las que, insiste, solo son eso: encuestas. Una obviedad que no oculta el toque de atención que dan los sondeos: Ciudadanos está seduciendo al electorado del centro derecha. El partido naranja ha sabido conectar con los votantes mientras que en el Partido Popular siguen preguntándose por qué pierden apoyos.

Llama la atención su desconcierto e inacción durante meses para terminar decidiéndose por empezar una ofensiva contra el partido de Albert Rivera en lugar de aprovechar la oportunidad para rectificar sus errores, potenciar sus fortalezas y minimizar sus propias debilidades. Lejos de esto, los populares asisten sorprendidos a la fuga de sus votantes. Hay quien sugiere que es algo pasajero, quien lo justifica por unos medios de comunicación subyugados y, lo que es peor, quien minusvalora al rival. Los mismos errores de apreciación que tuvo hace no tanto con Podemos o con el secesionismo catalán.

Sin embargo, no es Ciudadanos el mayor problema del Partido Popular sino ellos mismos. El distanciamiento del electorado resulta de la incomprensible repetición de errores a lo largo del tiempo, algo que los naranjas han sabido corregir y capitalizar, convirtiéndose en una opción posible para los votantes que tradicionalmente daban su confianza al PP.

Así las cosas, y sin caer en la esclavitud de los sondeos, los populares parecen no darse cuenta que, si quieren evitar la pérdida de votantes, es inevitable que la solución pase por reconectar con el electorado, reorganizarse internamente y retomar la iniciativa política.

Porque no han sido únicamente los desaciertos en materia de comunicación, algo reconocido por ellos mismos, los que provocan la desafección de sus simpatizantes sino fundamentalmente su alejamiento de la realidad social, lo que les ha llevado a perder capacidad para captar la opinión pública y la sintonía con el electorado.

Este distanciamiento con la sociedad fue patente en dos multitudinarias manifestaciones. Pensionistas y mujeres hicieron visible que ambos colectivos perciben poca sensibilidad del gobierno del Partido Popular hacia ellos. Dos segmentos del cuerpo electoral nada despreciables si tenemos en cuenta que se contabilizaban casi nueve millones de pensionistas en 2017 y que la población femenina supone más del 50% del total.

Parece pues necesario que retomen el contacto con los electores, les escuchen y recojan sus aportaciones, algo que ha descuidado en los últimos años. Como imprescindible es  que reivindiquen las señas de identidad que le son propias si no quieren seguir viendo cómo se deteriora su base electoral por el centro y por la derecha.

Además, frente a los titubeos y la tibieza en la que se ha situado el PP, los votantes aprecian las tomas de posición ideológicas firmes y sin ambages. Por eso la clara defensa de la unidad de España y del orden constitucional que hizo Ciudadanos en Cataluña se premió en las urnas.

El Partido Popular no ha dejado de ir por detrás de los acontecimientos, siendo Ciudadanos, el PSOE e incluso los medios de comunicación quienes marcaron la iniciativa

De igual modo, dejar que sean los adversarios quienes marquen la agenda política no propicia condiciones para un óptimo posicionamiento electoral. Durante demasiado tiempo el Partido Popular no ha dejado de ir por detrás de los acontecimientos, siendo Ciudadanos, el PSOE e incluso los medios de comunicación quienes marcaron la iniciativa y hasta los tiempos en la agenda política. Y es en este punto en donde los populares parecen haber reaccionado. En poco tiempo hemos visto cómo tomaban la iniciativa en la defensa de la prisión permanente revisable, acordaban la equiparación salarial de policía nacional y guardia civil con los cuerpos autonómicos o contemplaban subidas en las pensiones en los presupuestos generales del estado.

La reorganización interna, por último, hace referencia a la cohesión, movilización y renovación interna, lo que no implica necesariamente el cambio de líder como sugieren una y otra vez sus adversarios políticos. Porque sabido es que “del enemigo, el consejo”. @mundiario

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