En España no se habla claro y se intensifica el manejo de eufemismos en medio de la crisis

Mapa de España.
España, un país diverso.
Se han acomodado de tal manera, merced a la sumisión mayoritaria del carácter español, que de diez de cada vocablos que escupen, nueve son pringosos y evasivos, denuncia esta analista política.
En España no se habla claro y se intensifica el manejo de eufemismos en medio de la crisis

Recogemos lo que sembramos. Y no hay zanja española que desde la Corona, pasando por la Oposición, Gobierno, prensa y ciudadanos, hayamos labrado la mayor cosecha de circunloquios y ambigüedades para evadirnos o escapar de la cruda realidad. Así, y sin que se les moviera la tiara, nos hemos tragado la frase "mítica" y cursi del por aquel entonces "cese temporal de la convivencia entre la Infanta Elena y Maricharlar" cuando de lo que se trataba era de un divorcio "contante y sonante".

En pasteleo, la clase política no se queda atrás, tratando de edulcorar la palabra aborto, llamándola algo así como "interrupción voluntaria del embarazo". O cuando les entró el "yuyu" y en vez de pronunciar atentado terrorista intentaron amortiguar "sus sillones" y nos dijeron que se trataba de una "accidente mortal".

Si entramos en los "productos light "en economía es como para echarse a correr y no parar hasta llegar a la Patagonia. Para empezar nos cuenta el cuento de Caperucita pero sin el lobo y en vez de pronunciar la palabra crisis, alto y claro, le denominan recesión. Un poco más tarde mastican su propio producto edulcorado y lo transforman con la conjunción de los jugos gástricos en una cosa que viene diciendo algo así como "pero estamos creando un patrón de crecimiento... bla, bla, bla...".

Se han acomodado de tal manera, merced a la sumisión mayoritaria del carácter español, que diez de cada vocablos que escupen, nueve son pringosos y evasivos. Hablan de amor cuando quieren decir sexo, de diálogo cuando quieren decir "negociación económica", es decir, o me das con cargo a las espaldas y cinturón de "los tuyos" o te avasallo y "te paso la apisonadora". Y ahora viene esa palabra "in" de escrache.

Pues bien, escrachar en Argentina es "vapulear" , "acorralar"... y otros tantos significados, pero desde luego de todo, menos bonito. Y en ella andamos encantados de habernos conocido. Podemos estar o no de acuerdo con los programas o con los políticos, pero al menos que nos den la opción de elegir la verdad "a pelo", sin colorearla.

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