El empleo, un reto para la izquierda en Uruguay

Montevideo, capital de Uruguay.
Montevideo, capital de Uruguay.

En los gobiernos del Frente Amplio se han concretado avances significativos en la distribución del ingreso a través de aumentos en los salarios reales y del gasto público social. La continuidad de este proceso pasa por atender especialmente el tema del empleo y de la continuidad de la reforma tributaria.

El empleo, un reto para la izquierda en Uruguay

El Frente Amplio del Uruguay está en plena tarea de elaboración programática, en búsqueda de alcanzar en las próximas elecciones nacionales su cuarto gobierno consecutivo. La Oficina de Planeamiento y Presupuesto viene elaborando una estrategia y aquí intentamos colaborar con dicha tarea. Los objetivos centrales, como en todo gobierno de izquierda, pasan por avanzar hacia el desarrollo humano, la igualdad, la justicia social, la solidaridad enfrentando todo tipo de discriminación por etnia, género, generacional y de sexo. La estrategia debe avanzar hacia una estructura productiva que permita avances significativos en la inserción económica internacional y en la resolución de los problemas del empleo. La inserción requiere aumentar el valor agregado de los recursos naturales exportables e iniciar procesos de  integración regional, para colocar a través de cadenas de valor rubros de alta y media tecnología. Los acuerdos comerciales con los países desarrollados profundizan la primarización de las exportaciones. Importa señalar que es central para avanzar en competitividad que la política cambiaria priorice este objetivo frente al de atender la inflación. Hoy se mantiene un fuerte atraso cambiario, agudizado por las elevadas devaluaciones de Argentina y Brasil.

El tema del empleo es vital para un gobierno de izquierda. En la actualidad, el 42% de las personas que se ofrecen en el mercado de trabajo tienen algún problema de empleo. 25% están en la informalidad y no reciben los beneficios de la seguridad social. 9% están subempleados  y desearían trabajar mas horas y 8% se encuentran desempleados. Uno de los grandes temas a analizar es el del progreso técnico y las innovaciones que generan nuevos puestos de trabajo calificados pero dejan a otros trabajadores con dificultades de empleo. La estrategia de desarrollo debe analizar los sectores y rubros de mayor generación de empleo directo e indirecto para sus promociones correspondientes. Junto a las empresas  pequeñas y medianas, estos sectores y rubros deberán ser atendidas por los diversos instrumentos de política económica. El libre juego del mercado no me resuelve ni la problemática de la inserción económica internacional y, mucho menos, los problemas del empleo. Normalmente las políticas macroeconómicas de corto plazo no atienden esta problemática y están más centradas en priorizar objetivos financieros. La estrategia de desarrollo y la conformación de una nueva estructura productiva ayuda claramente a que las políticas de corto plazo puedan también estimular el desarrollo productivo.

La estrategia de desarrollo debe contemplar los objetivos de la igualdad a través de la distribución de la riqueza y el ingreso.  La distribución de la riqueza tiene dificultades porque requiere cambios en la propiedad de los medios de producción. En la medida que en el programa no se contemplan procesos de nacionalizaciones ni de estatizaciones, el mecanismo central para dicha distribución pasa por propuestas impositivas. Se requieren cambios en el impuesto al patrimonio y a las altas herencias, así como también a las ganancias de las empresas con el IRAE, a las rentas de capital y a las exoneraciones impositivas a la inversión. La distribución del ingreso pasa por la concentración de la propiedad, el empleo, el gasto público social, los salarios reales y la propia reforma tributaria. En los gobiernos del Frente Amplio se han concretado avances significativos en la distribución del ingreso a través de aumentos en los salarios reales, del gasto público social, las mejoras de empleo en la etapa de fuerte crecimiento con la ayuda de los altos precios internacionales de los productos de exportación y de la propia reforma tributaria, con la creación del impuesto a la renta a las personas físicas. La continuidad de este proceso pasa por atender especialmente el tema del empleo y de la continuidad de la reforma tributaria.

Los gobiernos del Frente Amplio consiguieron un extraordinario descenso de la pobreza y la indigencia por los elevados aumentos de los salarios reales y del gasto público social. Sin embargo, estas mejoras no se ven reflejadas en mejores resultados en el sistema educativo. Ello nos lleva a la necesidad de atender conjunta y simultáneamente los problemas del empleo, la educación, la salud, la vivienda y ordenamiento territorial. Este es un cambio cualitativo muy relevante debiendo adecuarse las instituciones para efectivizarla y enfrentar la fragmentación social.

La nueva estrategia de desarrollo debe complementarse por cambios en la política económica de corto plazo, donde a la prioridad de lo financiero, del grado inversor, del déficit fiscal y de la inflación también se contemplen el desarrollo productivo, el crecimiento y el empleo, como por ejemplo lo hace la Reserva Federal en los EE UU.  La prioridad a lo financiero generalmente significa recortes en los salarios reales y en el gasto público lo que afecta negativamente a la demanda interna, el crecimiento, el empleo y la distribución del ingreso. Hay que encontrar un nuevo equilibrio entre los objetivos. Ello significa enfrentar gradualmente el atraso cambiario para el empleo y el desarrollo productivo, que la política monetaria atienda, además de la estabilización de precios el crecimiento económico y, sobre todo, que la política fiscal (tributaria y gasto público) atienda nítidamente los objetivos de la distribución de la riqueza y el ingreso. @mundiario

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