Elecciones oportunas en Castilla-León

Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla-León. / Mundiario
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla-León. / Mundiario

El PSOE ganó las pasadas elecciones autonómicas pero fue superado por la coalición de las formaciones de la derecha. Ahora el PP aspira a absorber totalmente a Ciudadanos.

Elecciones oportunas en Castilla-León

La decisión del Presidente de Castilla-León, convocando elecciones anticipadas para el próximo mes de febrero, se adapta perfectamente a las necesidades de Pablo Casado por lo que, salvadas las formas y la autonomía de Mañueco, la voluntad de su jefe de filas estatal ha debido pesar decisivamente.

Castilla-León es la Comunidad donde más tiempo ha gobernado el PP. Ha tenido algunos éxitos reseñables, por ejemplo las políticas de turismo, cultura, patrimonio o educación. Sin embargo arrastra problemas difíciles como la despoblación progresiva y una estructura administrativa obsoleta. Cuenta con más de dos mil municipios, la cuarta parte del total español aunque sólo suma dos millones y medio de habitantes.

Casado necesitaba esas elecciones por tres motivos al menos. El primero y más evidente, acelerar la absorción de Ciudadanos paso previo para, de acuerdo con la Ley d´Hondt, maximizar en escaños sus votos electorales. El segundo, lograr un triunfo ante Sánchez que refuerce su propio liderazgo, tan cuestionado últimamente. Finalmente, poner sordina al conflicto con Ayuso, cuyas malas consecuencias electorales ya se reflejan en las últimas encuestas. Con las elecciones convocadas que obligan a mantener prietas las filas internas, con las encuestas a favor, Casado espera disfrutar de dos meses de calma y de un resultado en las urnas que afiance su posición.

La convocatoria no es mala para Sánchez. El PSOE ganó las pasadas elecciones en esa Comunidad aunque la coalición de sus rivales le impidió gobernar. Si mantiene resultados aceptables los comicios no influirán en la política nacional. En cambio Yolanda Díaz se juega mucho pues un descalabro electoral pincharía el globo mediático en el que se ha instalado.

Tras las elecciones castellano-leonesas llegará el turno a las andaluzas. Aquí el PP podría ensayar la integración de los dirigentes de Ciudadanos en sus listas pues el objetivo sigue siendo el mismo, eliminar a un competidor del mismo espacio electoral. De esa forma Casado conseguiría mantener un cierto nivel de iniciativa hasta el verano, momento a partir del cual todos los escenarios están abiertos. Por otra parte ni Castilla-León ni Andalucía tienen la significación política que tuvieron las pasadas elecciones madrileñas que supusieron la consolidación de un liderazgo rival directo de Casado. Ahora serán leídas en clave de tendencia más que en clave de alternativa.

PRESUPUESTOS APROBADOS

Paralelamente el Gobierno ha conseguido aprobar los Presupuestos Generales gracias a los mayores recursos financieros que han permitido integrar todas las demandas de sus socios. En el proceso se ha incrementado la desconfianza del PNV que contempla el valor menguante de sus votos mientras da pellizcos de monja para exhibir el malestar. ERC está exultante. Se ha transformado en el aliado privilegiado del Gobierno nacional mientras asiste al desmoronamiento político del frente soberanista, lo que lejos de perjudicar, mejora sus propias expectativas. JxCat y CUP pierden terreno en beneficio de Esquerra, de En Comú y sobre todo del PSC, que es ya el árbitro de la política catalana: manda poco pero influye en el campo de juego.

La destitución del jefe de la Policía autonómica de Cataluña es el símbolo del entierro del proceso soberanista del que fue uno de sus héroes. Ahora se va como traidor, un juguete roto que sólo estorba cuando se necesitan gestores con menos dependencia del pasado.

Por debajo de la alta política la vida real fluye y se enfrenta a problemas que los Gobiernos no consiguen controlar. La pandemia, de nuevo fuera de control y el precio de la energía, rebelde a las medidas de contención, nos recuerdan que la capacidad real de los Gobiernos es mucho más limitada de lo que parece. El voluntarismo de los discursos y de algunas iniciativas choca con una realidad más dinámica, en la que intervienen fuerzas ajenas al control político. Son lecciones de humildad que conviene asumir. @mundiario

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