El 68 y la década del 60

Protestas en el 68 uruguayo. / Hemisferio Izquierdo
Protestas en el 68 uruguayo. / Hemisferio Izquierdo

En esta nota intentaré mostrar algunos rasgos de la década del 60 que influyeron en América Latina y, especialmente, los principales acontecimientos en el Uruguay.

El 68 y la década del 60

Se están cumpliendo 50 años de las manifestaciones, protestas, propuestas del año 1968 en diversos países del mundo. Parecía que se iniciaba un proceso de grandes cambios, que la revolución estaba a la vuelta de la esquina, que nos acercábamos a las utopías, que habría transformaciones culturales. En esta nota intentaré mostrar algunos rasgos de la década del 60 que influyeron en América Latina y, especialmente, los principales acontecimientos en el Uruguay. En lo personal, la década del 60 comienza con la revolución cubana, de muy fuerte presencia en la región, y sobre todo para los sectores de la izquierda. Visité Cuba en diciembre de 1960 y pude constatar el extraordinario entusiasmo de la gente junto al discurso de Fidel Castro. Me emocionaron muchas cosas, pero sobre todo ver al Che Guevara en la televisión, llegando de una reunión internacional en Argelia. Me impresionó mucho y especialmente sus críticas a la Unión Soviética y al socialismo real. Esta intervención televisiva se publicó en el Granma y la leí varias veces.

EE UU, preocupado por la revolución cubana, invadió Cuba y fracasó. Pero también generó la Alianza para el Progreso, donde aportaría 20.000 millones de dólares de la época, exigiendo una serie de transformaciones económicas, cercanas al pensamiento de la Cepal, incluyendo procesos de planificación. A la reunión de creación de la Alianza para el Progreso en Punta del Este en 1961 participó el Che. Nos fuimos con otros amigos estudiantes a ver al Che y tuvimos la suerte de verlo y hablar con él en el Hotel Playa. Son de esos recuerdos que te quedan para toda la vida.

La Alianza para el Progreso generó la CIDE, que dirigió Enrique Iglesias, donde participé desde su fundación y luego en la OPP, bajo la dirección de Luis Faroppa. Fueron años muy privilegiados para mi formación como economista. Luego trabajé en el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas donde escribimos “El FMI y la crisis económica nacional” y el “Proceso Económico del Uruguay” dos libros de influencia en la izquierda uruguaya.

Desde estas tres instituciones analizamos el Uruguay de la década del 60. Crisis económica con estancamiento económico, elevada inflación, importantes devaluaciones, caída de bancos privados, alto endeudamiento externo y enfrentamientos sociales. El estancamiento económico provenía desde 1955. La inflación en 1967 alcanzó los tres dígitos. La explicábamos como un enfrentamiento entre clases sociales. La elevada suba de precios era la consecuencia de una puja de ingresos. Los productores rurales y los exportadores, especialmente de lana, retenían su producción y solicitaban devaluaciones para tener mayores ganancias. Cuando el Estado concretaba la devaluación, que en noviembre de 1967 fue de 100%, se   generaba aumentos de precios de los rubros de exportación que eran también de consumo interno, como la carne, el trigo y la leche. Junto a la devaluación subían los precios de los rubros importados, entre ellos el petróleo. Frente a estos incrementos de precios internos los trabajadores urbanos organizados, ya unidos en una sola Central, la CNT, solicitaban negociaciones más veces por año y aumentos salariales. Posteriormente, los  sectores de la industria manufacturera aumentaban sus precios, porque habían aumentado sus costos de las materias primas agropecuarias, los salarios y los insumos importados. Luego acciones especulativas de los bancos incrementaban sustancialmente los precios. En 1968 la inflación se corta con una congelación de precios y salarios, combinada con una fuerte represión de trabajadores y dirigentes sindicales presos. Se había intensificado la lucha de clases y en octubre de 1967 ingresan al gabinete ministerial empresarios relevantes y figuras importantes de la derecha, como Peirano Facio, Eduardo Jiménez de Aréchaga, César Charlone y Frick Davies.

A la crisis económica y los enfrentamientos sociales se agrega una profunda crisis política, con debilitamientos de los partidos tradicionales. Con este contexto económico,  social y políticos se generan las movilizaciones estudiantiles y de trabajadores del 68. Tengo muy claro la muerte de Líber Arce el 14 de agosto de 1968, su velorio donde llegaron de todos los sectores sociales y políticos, donde recuerdo la presencia de Monseñor Partelli. En su entierro, me paré en una esquina para contar cuantas personas habían concurrido. Según mis cálculos eran 170.000 personas. Un pueblo conmovido porque el valor de la vida era un principio central de la democracia y se iniciaba una etapa de violencia. A mediados de los sesenta se da la unidad del movimiento sindical, pero también surge el Movimiento de Liberación Nacional, como guerrilla urbana. Son todos antecedentes de la creación del Frente Amplio, que como expresaba Seregni, nació para salvar la democracia. @mundiario

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