Donald Trump planeó días antes del 6 de enero la marcha de sus partidarios al Capitolio

Donald Trump, expresidente de Estados Unidos. / Mundiario
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos. / Mundiario
La comisión del Congreso que investiga el asalto prueba que el expresidente quería acompañar a los grupos radicales, pero los miembros del servicio secreto a cargo de su seguridad lo impidieron. 
Donald Trump planeó días antes del 6 de enero la marcha de sus partidarios al Capitolio

Donald Trump planeó días antes la marcha que derivó en el asalto al Capitolio. La comisión del Congreso que investiga el violento ataque ha presentado pruebas que constatan que el expresidente de Estados Unidos actuó deliberadamente para fomentar una reacción violenta por parte de sus seguidores bajo el falso pretexto de fraude electoral.

El comité legislativo ha concluido este martes, en una séptima audiencia pública, que el entonces mandatario tenía pensado antes del 6 de enero encabezar una manifestación de sus partidarios hacia el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso estadounidense, que en esa fecha debía certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020. 

La comisión ha corroborado que Trump quiso que esa decisión, la de animar a sus seguidores a llegar el Capitolio, pasara por espontánea, según demuestran varios testimonios y pruebas recogidas, entre ellas un tuit que el republicano no llegó a publicar, pero ha resultado crucial para entender cómo se gestó aquel “plan”. “Voy a dar un gran discurso a las 10 de la mañana el 6 de enero en la Elipse [situada al Sur de la Casa Blanca]. Por favor, llegad pronto, se esperan enormes muchedumbres. Marcharemos hacia el Capitolio. ¡¡¡Detengamos el robo!!!”, decía el mensaje nunca llegó a los miles de seguidores de Trump, pero quedó guardado en los Archivos Nacionales y ha ahora ha sido recuperado en el marco de la investigación. 

Un correo electrónico enviado por una de las portavoces de Trump a los organizadores del mitin es otra evidencia clave. En ese mensaje, la colaboradora indicaba que, tras hablar el 2 de enero con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, esperaba que el entonces presidente “llamara a todos a marchar al Capitolio”. Dos días después, otra organizadora añadió a la cadena de e-mails del evento que era importante “mantener el plan en secreto” para no encender las alertas del Servicio de Parques Nacionales, que otorga los permisos para manifestarse en el Mall de Washington.

Vínculos con grupos extremistas

La audiencia de este martes también ha permitido conocer, de acuerdo con los testigos, que Donald Trump quiso acompañar a los grupos extremistas en el asalto, pero los miembros del servicio secreto a cargo de su seguridad finalmente lograron convencerlo de lo contrario. Y para establecer los vínculos entre el republicano y su círculo con grupos como los Oath Keepers o los Proud Boys, dos organizaciones extremistas cuyos miembros han sido encausados por su participación en el ataque a la sede de la democracia estadounidense. 

Stephen Ayres, uno de los simpatizantes que formó parte de la turba que asaltó el Congreso (y que se enfrenta a una pena por conspiración sediciosa), ha declarado ante el comité que lamenta haberse “dejado engañar por las mentiras” de Trump. “Creía cualquier cosa que veía en Internet, así era básicamente. Ahora ya no, ahora me he quitado de todas las redes sociales, y saco mis propias conclusiones”, subrayó.
 
En paralelo, otras pruebas presentadas durante la audiencia han vuelto a demostrar que el círculo más cercano a Donald Trump, incluida su hija Ivanka o miembros del equipo legal de Rudy Giuliani, intentaron convencer al magnate de que las teorías del robo electoral carecían de base, especialmente después de que incluso el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, admitiera la derrota en las elecciones presidenciales. @mundiario 

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