Donald Trump le dará la delicada Embajada de Israel a David Friedman, un abogado de 57 años con fuertes nexos con la derecha más radical de aquel país. El nombramiento de este experto en bancarrotas es también un reto a la estrategia que Estados Unidos ha mantenido para con el país europeo: es partícipe de cuestionamientos a la solución de dos Estados al contencioso entre isralíes y palestinos, defensor de la legalidad de los asentamientos de israelitas en Cisjordania, los cuales Estados Unidos ha considerado ilegítimos desde 1967, y promueve que la Embajada estadounidense se mude de Jerusalén a Tel Aviv.
El traslado de la oficina fue una de las promesas de Trump durante su campaña, siguiendo los consejos de Friedman. Desde hace 20 años, cada residente de la Casa Blanca ha optado por posponer la aplicación de una ley de 1995 en la que se establece que la Embajada debe tener su sede en Jerusalén. La mudanza podría avivar las tensiones políticas y religiosas debido al status de Jerusalén, uno de los núcleos del conflicto entre Israel y Palestina. Ambos bandos la consideran su capital.
El Departamento de Estado ha decidido que el status de Jerusalén se debe decidir en un proceso de paz. La última oferta emitida por Washington, que vagó en 2013, fue que la frontera con Cisjordania no fuera igual, como demandan los palestinos, a la que había previo a la guerra de 1967 sino que se aceptaría que algunos asentamientos israelíes no pueden desaparecer.
El mismo Friedman ya aclaró su apoyo a la mudanza de la sede diplomática. "Tengo intención de trabajar sin descanso para fortalecer el vínculo irrompible entre nuestros dos países y avanzar la causa de la paz en la región, y espero hacerlo desde la Embajada de EE UU en la capital eterna de Israel, Jerusalén", rezaba un comunicado emitido por el nuevo funcionario.
La candidatura de Friedman, que primero deberá ser ratificada por el Senado, fue celebrada por judíos conservadores en Estados Unidos y fuertemente criticada por grupos progresistas.
En el Gobierno de Trump, que inicia el 20 de enero, "la relación entre EE UU e Israel será un modelo de cooperación y respeto", dijo el equipo de transición en un comunicado. "Su firme relación con Israel permitirá sentar las bases de su misión diplomática y será una herramienta fundamental de nuestro país mientras estrechamos lazos con nuestros aliados y buscamos la paz en Oriente Próximo", agregó el equipo.
En una entrevista el viernes pasado al periódico israelí Haaretz, Friedman, quien fue abogado de Trump durante las bancarrotas de sus casinos en Atlantic City, dijo que el republicano apoyaría que Israel uniera partes de Cisjordania a su territorio. Los asentamientos israelíes se han expandido en los últimos años durante la administración de Benjamin Netanyahu, primer ministro, algo que ha levantado críticas en la Administración Obama, con el que su relación es bastante tensa.
Como era de esperarse, Friedman también es un hombre muy suelto para las polémicas. Ha declarado que los judíos progresistas que apoyan la solución de dos Estados son peores que los kapos, una alusión a los judíos que trabajaban como supervisores de los campos de concentración de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. @hmorales_gt