Donald Trump se endurece en casa pero se acobarda afuera

Donald Trump y Xi Jinping. / RRSS
Donald Trump y Xi Jinping. / RRSS

Luego de volver renovado de un viaje a Asia donde mostró una deferencia inusual hacia varios dictadores, Trump parece listo para comenzar un nuevo ataque contra los críticos en casa.

Donald Trump se endurece en casa pero se acobarda afuera

Como candidato, Donald Trump reunió a los votantes contra una variedad de enemigos: vilipendió a los mexicanos, estereotipó a los musulmanes, condeno a la economía china, se burló del cambio climático, y un largo etc. Todo de puertas para adentro. El presidente Trump todavía quiere construir ese muro a lo largo de la frontera con México, todavía está tratando de mantener fuera a los inmigrantes musulmanes., y en lo que respecta a China, todos los indicios apuntan a más conflictos.

De hecho, en la víspera del reciente viaje de 12 días de Trump a Asia, los expertos pronosticaban un fuerte viraje contra China en la política administrativa. Pero aterrizando en Pekín, Donald Trump se mostró sonriente cuando se reunió con Xi Jinping. Su llegada fue recibida con toda la pompa de un rey visitante. Y el presidente estadounidense correspondió al hablar de una relación económica especial con China. Fue un enfoque notable para un presidente que con tanta frecuencia ha hablado duro sobre China.

En Filipinas, Trump no hizo ningún esfuerzo para cuestionar al presidente Rodrigo Duterte. Tal vez sea porque Duterte se jactó de la máxima "actividad masculina" que puede haber: asesinar gente personalmente. Duterte también está acusado de ordenar el asesinato de un periodista, y por si fuera poco el líder filipino ha menospreciado al expresidente Obama en términos aún más gráficos que Trump. Si Trump planteó alguna preocupación sobre los derechos humanos lo hizo tan breve y silenciosamente que nunca quedó registrado ante los testigos.

Ante tal evidencia la sensata conclusión que puede extraerse es que el presidente está comenzando a cambiar la narrativa en el exterior. Pero a nivel doméstico y en los meses previos a las elecciones de mitad de período, Trump agudizará sus críticas en contra de los jueces liberales, de un Congreso que lo cuestiona, y en contra de los "miembros traidores de la sociedad civil de los Estados Unidos", para seguir pareciendo ese bravucón que no tiene miedo de nada, excepto cuando viaja. @mundiario 

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