Donald Trump desafía a las autoridades y firma un nuevo veto migratorio

Donald Trump. / Facebook
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La suspensión de su veto previo no parece haber intimidado al presidente, quien hoy ha vuelto a la carga y ha prohibido el ingreso a seís países de mayoría musulmana.

Donald Trump desafía a las autoridades y firma un nuevo veto migratorio

Donald Trump ha emitido una nueva orden ejecutiva con la que prohíbe darle visa a ciudadanos de siete países con mayoría de población musulmana. Con todo y el caos y el clamor tanto nacional como internacional, el presidente de los Estados Unidos ha vetado las concesiones a Irán, Libia, Somalia, Siria, Sudán y Yemen a partir del 16 de marzo. Son prácticamente los mismos países que su polémica orden del 27 de enero a excepción de Irak, que esta vez fue excluido con la intención de eludir un nuevo bloqueo judicial. No obstante, sus intenciones siguen siendo perversas, pues incluso prohíbe durante 120 días (prácticamente cuatro meses) el programa de refugiados y bloquea el paso a viajeros de países musulmanes bajo el pretexto de proteger a su país.

La medida es un reto más del republicano a los tribunales, algo a lo que ya se está acostumbrando y que parece gustarle cada día más. Sus peleas ante las autoridades ensalsan su ego y lo ha venido haciendo desde su faceta como empresario. "El decreto protege a la nación frente a la entrada de terroristas extranjeros. Es una medida vital para reforzar las seguridad nacional”, defendió Rex Tillerson, su secretario de Estado. El orgullo de Trump todavía estará dolido por la derrota federal que sufrió tras su primer veto migratorio y ahora va por la revancha.

Pese a que la Casa Blanca se esfuerza en negarlo, este movimiento es un eminente guiño a la comunidad blanca y obrera de las pequeñas ciudades del país, esas a las que el ruido de Washington no les llega ni por asomo. Una seña de repudio hacia el islam y un refuerzo a su política migratoria. Su insistencia en que lo hace por el bien de los estadounidenses, los jueces federales no lo creen y ya en febrero se dieron el lujo de bloquear su primer controvertido veto aunque sea cautelarmente.

Aquella firmada en enero, cuando tenía apenas un mes en el poder, prohibía el ingreso durante 90 días a cualquier persona que llegara a Estados Unidos con pasaporte de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. De igual forma, detenía la admisión de refugiados por un lapso de cuatro meses, aunque en el caso de los sirios el veto era por tiempo indefinido.

Aquello desató un caos en los aeropuertos y en prácticamente todo el país. Inicialmente, se especuló que la Casa Blanca anularía su decreto antes de que la situación se descontrolara -más-. No obstante, la Administración del republicano ha optado por insistir en prácticamente lo mismo solo que ahora manipulada para pasar los filtros judiciales. Para ello, ha eliminado la restricción indefinida a los refugiados sirios, evita dar protección a cualquier minoría religiosa y autoriza el ingreso a quienes tengan ya sus documentos en orden -válido para quienes los hayan obtenido desde antes del 20 de enero-, permiso de residencia o bien doble nacionalidad.


 

Sin embargo, la suspensión del programa de refugiados, de los cuales un 46% son musulmanes, sino que también lo recorda en más de la mitad, pasando de 110.000 a 50.000. Aparte de eso, veta el ingreso a cualquier ciudadano de los seis países mencionados si los mismos no cuentan con visa a estas alturas.

Rápidamente, el Ejecutivo de Trump ha tenido que salir a justificarse, conscientes de que se viene una nueva tempestad. "El sistema migratorio de EEUU ha sido repetidamente explotado por los terroristas y otros actores maliciosos", dijo el Departamento de Prensa de la residencia presidencial. "Ahora mismo, más de 300 personas que vinieron como refugiadas están siendo investigadas por el FBI por actividades potencialmente relacionadas con el terrorismo. Muchas personas que defienden o cometen actos terroristas quieren entran a través del programa de refugiados", aclaró por su parte Jeff Sessions, fiscal general.

Los grupos defensore de inmigrantes respondieron a las declaraciones del Gobierno. "Claramente, volvemos a estar ante un veto a los musulmanes. Y además no se explica por qué esos países son más peligrosos que otros", comunicó la Asociación Americana de Abogados de Inmigración.

John Kelly, jefe de Seguridad Nacional, explicó que la decisión está basada en base a datos que reflejan que los seis países afectados no pasan los filtros de ley para descalificarlos como amenazas para Estados Unidos. No obstante, sus informes desmienten su versión, pues ese peligro que acusan no tiene ninguna justificación y, aun si lo fuera, la lista debería ser de hasta 26 naciones, entre las que van incluidas algunas tan poderosas y ricas como Arabia Saudí.

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