Donald Trump arremete contra todos sus enemigos en su discurso ante la ONU

Donald Trump. / Twitter
Donald Trump en su discurso en la ONU. / Twitter
El presidente de los Estados Unidos defiende el aislamiento al que está sometiendo a su país en medio de serios pleitos internacionales.
Donald Trump arremete contra todos sus enemigos en su discurso ante la ONU

"El futuro no pertenece a los globalistas, sino a los patriotas". La última joya de Donald Trump fue pronunciada nada menos que en la Asamblea General de la ONU, una auténtica defensa de las políticas proteccionistas con que está arrinconando cada vez más a Estados Unidos y abriendo frentes con las principales potencias políticas y económicas de todo el mundo. Cuando menos ha bajado un poco el tono vehemente que le caracterizó en los primeros años de su Gobierno, incluso en temas como Irán y Venezuela, asegurando que la Casa Blanca no busca "enemigos permanentes" y que tampoco pretende hacer las cosas a la fuerza. "Somos la potencia más poderosa del mundo, pero confío en no tener que utilizar nunca ese poder”, expresó.

“Tengo el inmenso privilegio de dirigirme a ustedes hoy como el líder electo de una nación que valora la libertad, la independencia y el autogobierno por encima de todo”, dijo Trump para iniciar su comparecencia en la sede del organismo mundial. "Si quieren libertad, sientan orgullo de su país. Si quieren democracia, agárrense a su soberanía. Si quieren paz, amen a su nación. El mundo libre debe abrazar sus cimientos nacionales”, continuó.

Trump aprovechó para leer la cartilla de sus conflictos diplomáticos y políticos con otras potencias. Ha aprovechado para criticar a diestra y siniestra, mas no ha hecho ninguna amenaza beligerante. El primer blanco de sus cañones fue Irán, país al que criticó de ser "el primer patrocinador mundial del terrorismo". Luego ha remachado la necesidad de evitar a toda costa que el país asiático se haga con armamento nuclear y también defendió la retirada de su país del acuerdo nuclear firmado en 2015, al igual que los buenos resultados que han dado sus sanciones económicas. No obstante, ha dicho que este conflicto no es obligación suya solamente y que "todas las naciones tienen el deber de actuar".

Eso sí, en cuanto a los ataques a instalaciones petroleras de Arabia Saudí el 14 de septiembre, Trump apenas ha hecho referencia, diciendo incluso de que busca siempre alianzas y no conflictos. "Algunos de nuestros mejores amigos ahora, eran nuestros peores enemigos", se aventuró a decir.

Justo un día antes, los gobernantes de Alemania, Francia y el Reino Unido cerraron filas con Trump para acusar a Irán de los ataques a instalaciones petroleras del reino del desierto. Estas potencias difundieron un comunicado en el que solicitaban un acuerdo nuclear más detallado, un giro en relación a la postura siempre tan tolerante que Europa había tenido con Irán. "Ha llegado la hora de que Irán acepte un marco negociador a largo plazo para su programa nuclear, así como asuntos de seguridad en la región, incluido su programa de misiles", rezaba dicho texto.

Posteriormente, Trump dedicó su diatriba a Nicolás Maduro y a Venezuela. El presidente estadounidense considera que el heredero de Hugo Chávez es "una marioneta cubana que se esconde de su pueblo mientras Cuba se aprovecha de la riqueza petrolífera de Venezuela para proteger su régimen". “A los venezolanos atrapados en esta pesadilla, todo Estados Unidos está con ustedes", siguió. Prometió también que en Washington D.C. hay ayuda humanitaria esperando a ser despachada al país caribeño.

La situación en la república bolivariana, prosiguió, es un recordatorio de que "el socialismo y el comunismo no tratan de sacar a la gente de la pobreza, sino poder para la clase dirigente". "Estados Unidos no será nunca un país socialista", sostuvo.

El empresario también tuvo palabras de crítica para quienes se aprovechan de la migración masiva, según su criterio. "Los activistas que promueven una política de fronteras abiertas tienen intresas por encima de las personas inocentes y socaban los derechos humanos", declaró. Luego, defendió de que todos los países del mundo cuentan con un "derecho absoluto a proteger sus fronteras" y Estados Unidos no es la excepción, explicó.

Luego, abrió fuego contra uno de sus blancos favoritos: China, potencia a la que acusó de burlar el sistema y robar la propiedad intelectual. "Para confrontar esas malas prácticas hemos puesto unos aranceles tremendos", rememoró. No dejó ver ningún signo de algún cese en el conflicto, incluso cuando ambos países enviarán emisarios para negociar el mismo en octubre. Luego repitió a Pekín que es importante respetar los derechos humanos en Hong Kong, que desde hace meses está envuelta en protestas contra el Gobierno central de China.

Durante la primera jornada de la Asamblea General, el mandatario se rodeó de líderes que siguen su línea ya sea deliberada o discretamente. Justo antes de él compareció Jair Bolsonaro, un calco de Trump que gobierna acualmente Brasil. Posteriormente le tocó el turno al gobernante egipcio Abdel Fatah al Sisi, la versión miniatura de Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.

Así, mientras Trump daba todo de sí ante sus homólogos mundiales, en los medios se difundía la noticia de que en julio pidió a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, que investigara a Joe Biden, ex vicepresidente de Estados Unidos en la Administración Obama, y al hijo de éste. Dentro del Partido Demócrata se aviva cada vez más la opción de iniciar un proceso de impeachmente contra Trump, aunque el proyecto se queda en una tentativa pues se estrellaría en el Senado, donde el mandatario tiene mayoría absoluta. @mundiario

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