Las diferencias sobre Irlanda del Norte colocan al Brexit en la cuerda floja

Theresa May, primera ministra de Reino Unido. / TN.com
Theresa May, primera ministra de Reino Unido. / TN.com

Reino Unido ha rechazado el borrador del tratado de salida presentado por la Unión Europea, el cual propone mantener a Irlanda del Norte en el mercado único y evitar una frontera estricta con la República de Irlanda tras el divorcio.

Las diferencias sobre Irlanda del Norte colocan al Brexit en la cuerda floja

El Brexit vuelve a estar estancado debido a la falta de acuerdo. La mayor piedra en el camino: Irlanda del Norte. Reino Unido ha rechazado de plano el borrador del tratado de salida presentado por la Unión Europea (UE), el cual propone mantener a Irlanda del Norte en el mercado único y evitar una frontera estricta con la República de Irlanda tras el divorcio.

El borrador, cuya primera versión tiene 120 páginas y ha sido presentado por la Comisión Europea (CE), traslada a lenguaje jurídico los compromisos alcanzados en diciembre entre Reino Unido y la UE sobre tres cuestiones claves: los derechos de los ciudadanos, el acuerdo financiero y el futuro de la frontera irlandesa. Pero el último punto ha sido el detonante de una nueva crisis en el proceso.

La propuesta europea deja a la nación irlandesa dentro de la unión aduanera, con total alineación regulatoria y bajo el control del Tribunal de Justicia del grupo comunitario, una opción que, al parecer, Londres no está dispuesto a aceptar. En esa línea, la primera ministra británica Theresa May, ha subrayado en el Parlamento que no aceptará el borrador del acuerdo del Brexit, ya que con el mismo "se crearía una frontera aduanera y regulatoria en el mar de Irlanda, que constituye una amenaza la integridad constitucional del Reino Unido".

La medida figura como una cachetada para los partidarios de un Brexit duro. En la práctica, significaría que Irlanda del Norte —territorio británico fronterizo con la República de Irlanda— permanecería bajo el paraguas de los tribunales europeos, y por ende debería cumplir toda la normativa de la UE. La cuestión es sencilla: no habría mayores cambios. La nación, pese al divorcio, estaría obligada a respetar toda la regulación europea fitosanitaria, medioambiental, pesquera, eléctrica, de ayudas de Estado y otros ámbitos clave, tal como apunta el diario español El País.

El Brexit sufrirá modificaciones. / RR SS

El Brexit sufrirá modificaciones. / RR SS

Por su parte, el negociador comunitario, Michel Barnier, ha explicado que esa opción protege "ahora o en el futuro" la cooperación entre el norte y el sur, la economía irlandesa y el acuerdo de paz del Viernes Santo, que puso fin en 1998 al conflicto norirlandés. "No quiero provocar a nadie. Conozco el orden institucional o constitucional de Reino Unido, y todos debemos respetarlo", afirmó. "Intentamos encontrar soluciones de manera práctica y pragmática en el marco legal", agregó.

El asunto continúa complicándose. El escenario que propone Bruselas resulta incompatible con las líneas rojas de Londres, que votó salir del mercado único y de la unión aduanera y evitar cualquier "barrera reglamentaria" entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido. May ha dicho que dejará claro al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que nunca hará la mencionada concesión. 

Lo cierto es que el borrador se debatirá con el Parlamento Europeo y los 27 países que permanecerán en la UE tras el Brexit antes de su presentación al Reino Unido. Asimismo, Barnier, ha recalcado que la versión definitiva del documento debería aprobarse en otoño, con el fin de dejar tiempo para su ratificación en el Consejo de la UE, la Eurocámara y el Parlamento británico. El tiempo comienza a apretar. @mundiario

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