La amenaza nuclear de Corea del Norte, uno de los principales problemas en política exterior que deberá enfrentar Joe Biden

El líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, durante el Congreso del partido único. / Infobae
El líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, durante el Congreso del partido único. / Infobae

Kim Jong-Un, líder de Corea del Norte, reiteró lo que ya había expresado durante los diez días de sesiones del Congreso de su partido: un llamado a reforzar “la disuasión nuclear” y desarrollar “la mayor capacidad militar”.

La amenaza nuclear de Corea del Norte, uno de los principales problemas en política exterior que deberá enfrentar Joe Biden

¿Se tambalea el orden mundial? Uno de los líderes autoritarios más peligrosos del mundo se frota las manos ante el cambio de gobierno en Estados Unidos. Quien fuera durante cuatro años un ‘amigo’ del ahora presidente saliente Donald Trump, tras reuniones que fracasaron en su objetivo de contener una amenaza nuclear global, hoy le guiña un ojo al presidente entrante de la mayor potencia mundial. 

El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-Un, quien gobierna y controla esa nación asiática en el marco de su dinastía familiar bajo un régimen comunista, insiste en la “necesidad” de que su país gane una mayor fuerza armamentística en cuanto a su programa nuclear. 


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La capacidad de Pyongyang para crear una bomba atómica enciende las alarmas en Estados Unidos, que deberá evitar a toda costa una nueva ola de ensayos de misiles nucleares por parte del régimen norcoreano bajo la Administración de Biden.

Con una economía ahogada por las sanciones que el propio Trump ha impuesto sobre Corea del Norte en un mensaje de advertencia contra cualquier proliferación nuclear, este miércoles se realizó el octavo Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea, la reunión del partido único de esa amenazante autocracia, y que consolidará el poder de Kim Jong-Un en un país donde todas las decisiones en todos los ámbitos de la vida nacional pasan por su escritorio sin posibilidad de rebatirlas. 

Una corta pero reveladora declaración del dictador norcoreano bastó para entender que la amenaza nuclear de ese país será uno de los principales problemas en política exterior que deberá enfrentar Joe Biden desde su primer día en la Casa Blanca. 

Kim reiteró lo que ya había expresado durante los diez días de sesiones del Congreso: un llamado a reforzar “la disuasión nuclear” y desarrollar “la mayor capacidad militar”.

Claramente, Pyongyang juega a la provocación y a la expansión militar para ampliar su radio de acción e influencia mucho más allá de la Península Coreana. Cualquier misil que Kim ordene lanzar sobre Corea del Sur o incluso cerca del Océano Atlántico, aguas vigiladas y controladas por EE UU, podría ser interpretado como una acción de hostilidad, aunque Biden es mucho menos volátil que Trump.

Las reuniones que sostuvo Trump con Kim Jong-Un en 2018 y 2019 con el objetivo de intentar la desnuclearización de Corea del Norte, solo sirvieron para que el presidente estadounidense se congraciara diplomáticamente, y por supuesto, para la popularidad mediática que tanto le gusta a Trump, pero en términos prácticos, no dio ningún resultado. Pyongyang se hace cada vez más poderoso a nivel nuclear. Y eso es un peligro para el mundo.

El riesgo es tan alto, que Corea ha ampliado su arsenal de misiles de múltiples cabezas, también llamadas ojivas nucleares, compuestas de uranio enriquecido, el mismo que busca Irán, pero este es mucho más potente y tiene la capacidad de generar una onda expansiva que acabaría con EE UU si Kim decide atacar, en una evidente misión suicida, el país norteamericano o alguna nación de Asia.

De hecho, los norcoreanos ya evalúan la aplicación de armamento cuántico, es decir, con átomos fácilmente explotables para las bombas y misiles. Biden tendrá que contener esa amenaza y negociar con Kim antes de que las sanciones impuestas por Trump sigan enfureciendo al dictador de Corea por el extremo ahogo que induce sobre su mermada economía. Washington tendrá el reto de volver a sentar a Kim en una mesa de negociación, si fracasa y no logra que este ceda terreno, el planeta podría estar ante una inminente amenaza nuclear latente. @mundiario

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