Díaz Trillo: ‘El cambio climático va más rápido que la política’

José Juan Díaz Trillo, miembro del Comité Director del PSOE-A y Presidente de la Comisión para el Estudio del Cambio Climático. / Junta de Andalucía
José Juan Díaz Trillo, presidente de la Comisión para el Estudio del Cambio Climático. / Junta de Andalucía

Entrevista con José Juan Díaz Trillo, presidente de la Comisión para el Estudio del Cambio Climático del Congreso de los Diputados. Es también miembro del Comité Director del PSOE en Andalucía.

Díaz Trillo: ‘El cambio climático va más rápido que la política’
El pasado 6 de octubre el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que el Acuerdo de París sobre Cambio Climático entrará en vigor el próximo 4 de noviembre. Este Acuerdo está destinado a sustituir en 2020 al Protocolo de Kioto y tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 grados centígrados con respecto de los niveles preindustriales. Un "hito importante para nuestro planeta y todos los pueblos" tal y como manifestó en su momento el propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon quien dejará el cargo a finales de este año 2016, puesto que será ocupado por el ya nombrado nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres.
 
Los efectos del cambio climático ya se están sintiendo en todo el mundo, poca discusión cabe ante un hecho no futuro sino presente, actual. El calentamiento global se deja sentir año tras año y el 2016 va camino de convertirse en el año más caluroso del que se tiene registro. Según la Organización Meteorológica Mundial: "Hemos sido testigos de un largo periodo de un calor extraordinario que está destinado a convertirse en la norma". Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés), advierte de las consecuencias que el incremento global de la temperatura está teniendo para el planeta y que, según ha indicado, ya muestra sus efectos: "El calor en las latitudes altas está siendo especialmente destructivo para la masa de hielo ártico y la capa de hielo de Groenlandia", ha explicado. "Las altas temperaturas en los océanos están agravando la destrucción de los arrecifes de coral", añade.
 
España es uno de los países que se ha comprometido ha cumplir el Acuerdo de París, aunque aún no lo ha ratificado individualmente, y en el Congreso de los Diputados se ha creado recientemente la Comisión Permanente no legislativa para el Cambio Climático. Todas las medidas que deban tomarse para atajar el calentamiento global al que estamos sometidos pasan por iniciativas políticas y por ello hablamos con José Juan Díaz Trillo, Presidente de dicha Comisión.

Nacido en Huelva en 1958, Díaz Trillo es un político miembro del Comité Director del PSOE en Andalucía. Ha encabezado la candidatura del PSOE por la provincia de Huelva en las dos últimas elecciones generales. En el Congreso de los Diputados, por segunda vez, es Presidente de la Comisión para el Estudio del Cambio Climático.

Licenciado en Filología Hispánica, hizo estudios de postgrado en Sevilla y Princeton (1976-1982) en la especialidad en Literatura Hispanoamericana. Profesor de Literatura y funcionario de la Junta de Andalucía desde 1984. Desde 1989 es Coordinador del Servicio de Publicaciones en la Delegación Provincial de Educación en Huelva. Ha sido Director de distintas revistas literarias y colaborador habitual en medios de comunicación. Autor de una decena de libros de creación literaria, fundamentalmente poesía, ha ganado diversos premios poéticos. También ha colaborado en distintas antologías literarias, publicado reseñas sobre arte y literatura y ha sido comisario de varias exposiciones.

— Cómo un hombre de letras y poesía como usted llega a involucrarse en cuestiones medioambientales.

— De un modo natural, pues en Huelva, y por extensión Andalucía, el patrimonio medioambiental y cultural se entrelazan para formar un paisaje, una identidad muy rica. Desde un punto de vista de responsabilidad pública, ambos ejes transversales impregnan la misma acción de protección, conservación y difusión, no sólo de monumentos culturales o naturales, sino de valores y compromisos con las generaciones futuras. Y la poesía, en este caso y como quería Juan Ramón Jiménez, debe impregnarlo todo. Defendía el Nobel que a la mayor exigencia y preparación de los políticos debía acompañarla un sentido profundo, poético, que era el de la paz y bienestar de los pueblos.

— El pasado 28 de septiembre del presente año se constituyó la Comisión Permanente no legislativa para el Cambio Climático, ¿qué importancia tiene?

— Ya en la anterior y tan breve Legislatura, esta Comisión -de la que también fui presidente- pasó a ser permanente. Antes fue una comisión mixta de estudio y con carácter eventual. Este paso dado por unanimidad de todos los grupos pone de manifiesto el compromiso del Congreso con un reto, quizás el más importante que tiene la Humanidad a largo plazo, que merece un tratamiento específico y constante.

— Usted es el presidente de esta Comisión, ¿cómo es el proceso que se sigue para seleccionar al presidente de una Comisión de estas características? y ¿cuál es su función?

El proceso es por votación de sus miembros, y en ambas ocasiones la elección del conjunto de la Mesa que dirige las sesiones ha sido por unanimidad. Esto, si cabe, nos compromete aún más en la tarea de conseguir un amplio consenso en materia tan trascendente y que necesariamente incidirá en el resto de políticas que lleve a cabo el Gobierno. El Cambio Climático, o Global, sólo puede abordarse desde un compromiso integral y compartido por todos los departamentos.

— La Oficina Española de Cambio Climático, ¿qué relación tiene con esta recién creada comisión?

Fluida y constante, por lo que he podido saber. En nuestro caso, además de la labor básica de control e impulso de las políticas del Gobierno, la Comisión desempeña una tarea fundamental de estudio y elaboración de informes y propuestas, que nacen de la participación en ella de los actores más destacados de la sociedad en esta materia. Se trata por tanto de un espacio muy útil de implicación ciudadana en las tareas legislativas y de gobierno. Por otra parte, la Oficina determina, asimismo, la pertinencia de participar en reuniones nacionales e internacionales, al objeto de facilitar la relación del legislativo español con otros estados y organismos en una cuestión de vocación global.

Tanto el acuerdo de París del año pasado como esta fecha del 4 de noviembre marcan un hito en la toma de conciencia de los países sobre una amenaza cuyos efectos evidentes ya están aquí. Que China y EE UU hayan entendido la trascendencia del fenómeno nos hace abrigar esperanzas ciertas sobre un trabajo conjunto y coordinado.


— El pasado jueves día 6 de octubre la ONU confirmó que el Acuerdo de París entrará en vigor el próximo 4 de noviembre. Este Acuerdo ha sido ratificado por la UE pero no ha sido ratificado individualmente por 21 de los 28 países miembros, entre ellos España. ¿A qué se espera? y ¿tiene importancia esta confirmación a modo particular?

Creo que tanto el acuerdo de París del año pasado como esta fecha del 4 de noviembre marcan un hito en la toma de conciencia de los países sobre una amenaza cuyos efectos evidentes ya están aquí. Que China y EE UU hayan entendido la trascendencia del fenómeno nos hace abrigar esperanzas ciertas sobre un trabajo conjunto y coordinado. En la próxima cumbre de Marrakech serán 196 países los comprometidos y espero que España sea uno de ellos. Al estar en funciones el Gobierno, necesita de un acuerdo del Pleno del Congreso que ya ha sido solicitado por varios grupos políticos, entre ellos el PSOE, y que estoy convencido que podrá suscitar la unanimidad de la Cámara dentro de este mes de octubre.
 
— El Acuerdo de París es vinculante pero no obligatorio ni sancionador. ¿Qué opinión le merece este Acuerdo?

Como le manifesté anteriormente, tengo la impresión (que no es sólo fruto de mi optimismo, sino una necesidad acuciante) de que dicho Acuerdo supone una toma clara de conciencia sobre la gravedad del problema y la trascendencia del compromiso. En Andalucía promovimos una Estrategia de Lucha contra el Cambio Climático que ha dado importantes resultados en el ámbito de la mitigación y adaptación a sus efectos. Y ahora está a punto de aprobarse una Ley autonómica de Cambio Climático. Se trata, no tanto de amonestar o multar, como de iniciar el camino y establecer políticas que redundarán también en un nuevo y más eficiente modelo social y económico.

— Javier García Breva publicó recientemente el informe ‘Acuerdo de París 2015: repercusión en la política energética española’ que dice textualmente: "En España no se ha desconectado el crecimiento económico de las emisiones. Cuando el PIB empezó a bajar en 2008, las emisiones bajaron. Pero en los dos últimos años, PIB y emisiones han crecido. Las políticas desde 2008 han ignorado el CO2". Entiendo que urge en España cambiar la política energética.

Sin duda. El modelo energético está en la base de las consecuencias nefastas que ha tenido para nuestra calidad de vida. Por una parte, en España hemos echado el freno durante la crisis a un modelo energético más sostenible. Las renovables no sólo son una necesidad del nuevo modelo productivo, sino una oportunidad para una economía basada en la innovación y la calidad de vida. Por otra parte, el reto hay que asumirlo en el ámbito de las emisiones difusas, sobre todo en entornos urbanos, y ahí la clave es establecer modos y modelos más sostenibles. En el transporte, el consumo energético y tratamiento de agua o en la gestión de nuestros residuos. También una oportunidad de vida más amable y solidaria con los demás y con "lo" demás.
 
— Y el sector del carbón va a tener que disminuir... (Es la fuente de generación de energía más sucia. En 2015, el uso de carbón para producir electricidad en las centrales españolas creció un 23% respecto a 2014, según datos de la Red Eléctrica de España).

— Aún tenemos rémoras de energías poco sostenibles pero que tenían un fuerte impacto social y laboral en comarcas enteras. Paulatinamente hay que ir adaptándolas a una nueva realidad, propiciando un empleo alternativo e igualmente estable y de calidad. Se trata de una transformación industrial que el Gobierno ha de encarar.

En España hemos echado el freno durante la crisis a un modelo energético más sostenible. Las renovables no sólo son una necesidad del nuevo modelo productivo, sino una oportunidad para una economía basada en la innovación y la calidad de vida. Aún tenemos rémoras de energías poco sostenibles pero que tenían un fuerte impacto social y laboral en comarcas enteras. Paulatinamente hay que ir adaptándolas a una nueva realidad. Se trata de una transformación industrial que el Gobierno ha de encarar.


 — El 12 de septiembre del presente año Esquerra Republicana presentó en el Congreso una proposición no de ley en la que instaba a elaborar una Ley de Cambio Climático y un Plan Interdepartamental de Transición Energética. Esta proposición no de ley está en la mesa de la Comisión que usted preside, ¿en qué punto se encuentra?

En la anterior Legislatura, ya manifestaron todos los grupos, con distintas iniciativas, la voluntad de llevar a cabo la elaboración de esa Ley. Sin duda será una de las tareas inminentes de ésta o de la próxima Legislatura. Lo sabremos en pocos días.

— ¿El cambio climático va más rápido que la política?

Rotundamente, sí. El negacionismo de algunos y la miopía de tantos nos han hecho perder mucho tiempo. Volviendo a las declaraciones del principio de esta entrevista, la primera obligación de un responsable público es advertir la realidad en toda su dimensión para mejorarla. Y si se trata de un problema a largo plazo, no sirve eludir los retos de hoy por una cuestión puramente electoral o de comodidad. El coste de vivir unos pocos a 22ºC durante todo el año no puede soportarlo un planeta que se deshiela y calienta. Hay que convertir aquella "verdad incómoda" de Al Gore en una razón de estado amable y compartida. Es de justicia...universal.

 

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