Las desavenencias en Podemos se hacen públicas mediante agitadas discusiones en el Congreso

Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. / Cuatro
Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. / Cuatro

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón discuten en sus escaños del Congreso de los Diputados ante la pronta celebración de un Vistalegre II cargado de incertidumbres.

Las desavenencias en Podemos se hacen públicas mediante agitadas discusiones en el Congreso

El tiro le ha salido por la culata. Cuando Pablo Iglesias decidió que Vistalegre II se celebrara a la vez que el Congreso del PP para que los españoles pudieran comparar lo que debaten los unos y los otros no esperaba que su formación, Podemos, estuviera a dos semanas de su congreso enzarzado en conspiraciones propias de la vieja política. El debate son ellos mismos.

Recientemente, hemos sabido que todo empezó antes de la destitución de Sergio Pascual, hombre de plena confianza de Íñigo Errejón y hasta entonces Secretario de organización de los morados. En realidad, ahí empezó el cisma porque antes Pascual se hallaba inmerso en una operación conspiratoria contra Iglesias, la denominada “jaque pastor”. Según ésta, Pascual estaba moviendo piezas para provocar un cambio en la dirección del partido en la comunidad de Madrid. Sin el apoyo de Madrid, Iglesias podía ser hombre muerto en el futuro congreso de Podemos. Así llegó el cese fulminante. Pascual, jaque mate.

Y es que los próximos a Iglesias concluyeron que Errejón estaba creando un partido dentro del partido al estilo PSOE mientras que el círculo de Errejón recelaba de las maneras de los principales colaboradores de Iglesias, formados muchos de ellos en las juventudes comunistas.

Que durante el largo tiempo de interinidad política en el país la cosa no fuera a más se interpreta como fruto de la buena relación que hasta entonces habían mantenido ambos políticos pero, mientras se iban acercando las fechas de Vistalegre II, la cosa no ha hecho más que empeorar.

La idea de Pablo era llegar al día 11 presentándose como el antagonista del PP, la verdadera izquierda, el sorpasso mediático al PSOE pero, a diez días de su congreso, lo que está en los medios es un Podemos a garrotazos, en pleno lanzamiento de pullas, de insidias, de descalificaciones. La guinda la vivimos ayer en el primer pleno del año, Iglesias y Errejón discutiendo, enfadados, enfrascados en su disputa orgánica mientras que a su alrededor la vida continúa, los diputados discuten y votan.

La evidencia es que existe un enfrentamiento serio entre las dos corrientes del partido y que la tensión ha ido a más desde la convocatoria del congreso. En realidad ambos se acusan mediante filtraciones de exactamente lo mismo: que son los otros los que están obsesionados con el poder interno, con poner el partido a su servicio.

Lástima que ayer los morados estuvieran a otra cosa mientras se conocía que Arsenio Fernández de Mesa, ex director general de la Guardia Civil, encontraba plácido acomodo en Red Eléctrica de España, cuyo accionista principal es la SEPI, es decir, el gobierno.

El discurso de las puertas giratorias relegado del relato de Podemos, enfrascado en conocer el tamaño de su propio ombligo. @EgeaPilar

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