¿Por qué se derrumba el PSOE en las encuestas? La herencia de Zapatero

Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE. / Mundiario
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. / Mundiario

El Partido Socialista está pagando las consecuencias de una ideología difusa que viró hacia el nacionalismo y hacia políticas sociales que no repercutieron económicamente en los ciudadanos.

¿Por qué se derrumba el PSOE en las encuestas? La herencia de Zapatero

Desde la salida de González, el PSOE entró en un proceso inexorable de quijotización. ¿Por qué? Porque, desde hace más de una década, su entidad nacional de partido de Estado pasó a una fragmentación regionalista que en muy poco tiempo absorbieron otros grupos como Esquerra o Compromís. Se añade que el lastre de sus casos de corrupción le ha quitado la autoridad moral para lanzarse contra el PP durante la última legislatura. Ese espacio lo ha ocupado, de forma inteligente, Podemos.

 Yo creo en la herencia de ZP, en su sombra de ciprés. Porque Zapatero creyó que la palabra cambiaba el mundo y un lenguaje vacuo, lleno de eufemismos en clave habermasiana, poblaron su discurso. El pueblo pasó a ser ciudadanía, los sindicatos pasaron a ser denominados agentes sociales. Quiso que la Alianza de civilizaciones fuese una nueva OTAN en su país de Nunca Jamás y que una asignatura de Filosofía desapareciera para crear el catecismo de Educación para la ciudadanía. Zapatero y sus acólitos no se daban cuenta de que los límites de su lenguaje eran los límites de su mundo y, mientras estaban en la quijotada, la derecha en este país privatizaba, concertaba y seguía abogando por un fuerte participación de la Iglesia en sus políticas. En el PSOE también había católicos, algunos con un gran respaldo en votos, como Paco Vázquez, al que se le dio puerta enviándolo al Vaticano.

Todo esto es tan sólo la punta del iceberg de una descomposición ideológica en el Partido Socialista, cuyas leyes sobre la Memoria Histórica o el matrimonio homosexual ocuparon infinitos debates mediáticos, pero ni llenaban las neveras de los españoles, ni otorgaban igualdad de oportunidades laborales a una sociedad que experimentaba los primeros envites de la crisis y asistía a un proceso de independentismo en muchas comunidades, donde los socialistas eran copartícipes.

No hubo acciones relevantes en los últimos gobiernos del PSOE que transformaran la sociedad desde la lucha sindical, desde la reivindicación de una educación pública competitiva y adaptada a la de los mejores países, desde una reforma laboral que modernizara a las empresas en la que debían formarse muchos jóvenes que ahora ni estudian, ni trabajan.

No. Lo que hubo fue mucho control mediático, mucha LOGSE, un Ministerio de la Igualdad y una foto con Obama para tomar aire en las elecciones. ¿Dónde estaban las verdaderas transformaciones industriales, empresariales y educativas? Lo que hubo también fueron puertas giratorias y una ruptura con los preceptos socialdemócratas de la España de la Transición. Pero, bueno, no soy quien para opinar sobre algo que solamente conozco como votante  defraudado.

Comentarios