La deriva independentista catalana se alimenta de la 'gasolina' regalada por la derecha

José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno de España.
El ex presidente Zapatero.

Por mucho que errase Zapatero al proclamar que aceptaría cualquier estatuto que viniera de Cataluña, infinitamente peor fue la deslealtad de Rajoy que nos trajo a este difícil estado de cosas.

La deriva independentista catalana se alimenta de la 'gasolina' regalada por la derecha

Vaya por delante mi respeto y admiración por la labor de Zapatero al frente del Gobierno de España ya que durante sus dos mandatos se consiguieron avances sociales muy, muy relevantes. Estoy seguro que el paso del tiempo pondrá de relieve los muchos aspectos positivos de su gestión a pesar de los empeños de la derecha política, social y mediática. Pero en la obra de Zapatero, como toda obra humana, también hay posibles errores. Muchas veces, más fáciles de valorar con la perspectiva del tiempo. 

Yo coincido con la Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en valorar que no se acertó cuando se proclamó que se aceptaría cualquier estatuto que viniera de Cataluña. Y coincido también con ella en que fue un inmenso error y una gran irresponsabilidad de la derecha (o sea del PP con Rajoy a la cabeza), desatar por toda España una ola de anticatalanismo mediante una campaña de recogida de firmas contra el Estatut para captar el PP  votos a cualquier precio. 

Hoy, el encaje de Cataluña es un problema para España fundamentalmente por culpa de la “gasolina” que la derecha política española y en concreto, Rajoy al frente del PP, ha derramado en aquel territorio.

Gasolina compuesta de catalanofobia, de provocaciones como la de Wert diciendo que hay que españolizar Cataluña o de recortes sociales, empobrecimiento, destrucción de conquistas y ausencia de expectativas de mejora a los ciudadanos de Cataluña.

La deriva independentista del nacionalismo catalán se alimenta de esa “gasolina” regalada a toneladas por la derecha española. Y además, como bien señalaba Susana Díaz, hay que denunciar que el independentismo catalán se está aprovechando del sufrimiento de muchos ciudadanos. Sufrimiento causado por la crisis y por las recetas neoliberales, que CiU y ER quieren encauzar hacia una aspiración, la de la independencia, que hasta hace tan sólo unos años ha sido minoritaria.

Inteligencia política y generosidad

Llegados a este punto, el problema del encaje de Cataluña en España tiene que ser abordado con inteligencia política y con generosidad. El objetivo debe ser llegar a un acuerdo de gran alcance que se traslade a una modificación de la Constitución que, creo, no tiene otro camino que el señalado por el PSOE en su propuesta federal acordada en Granada en julio de este año.

Y en mi opinión, con todo el respeto al PSC (a su autonomía, a su derecho a proponer lo que mejor considere para Cataluña desde esa autonomía organizativa y al conocimiento de la realidad catalana), creo que si la dirección de los socialistas catalanes mantiene su posición de defender el derecho a decidir del pueblo catalán, se puede llegar a un punto de difícil retorno en la relación del PSC con el PSOE y en la relación entre los socialistas catalanes y los socialistas del resto de España.

Son muchísimos socialistas españoles los que ni entienden ni comparten la posición del PSC respecto a la cuestión del derecho a decidir. Al tiempo que son muchísimos socialistas españoles los que creen que esa posición genera un problema de enorme magnitud al PSOE para presentar a la ciudadanía un proyecto coherente y no contradictorio sobre el modelo territorial de España. Sobre cual es nuestro concepto de España.

Un problema que puede dificultar al PSOE seguir siendo una alternativa autónoma de Gobierno a la derecha. Merecería la pena no dejar el diálogo para, basandonos en la propuesta federal de los socialistas acordada en Granada, tratar de conseguir una rectificación del PSC en esa materia que haga innecesaria la opción de crear el PSOE de Cataluña.

Evitariamos así que el PSOE pague los platos rotos de la enorme deslealtad cometida por el PP con España y con Cataluña en el proceso de elaboración del nuevo Estatut y que tanto daño puede hacer al futuro de nuestra sociedad. Deslealtad que es el principal motivo por el que hoy España tiene este problema territorial de primera magnitud con Cataluña. Deslealtad que tiene un responsable principal: Mariano Rajoy.

Por mucho que hubiera errado Zapatero al proclamar que aceptaría cualquier estatuto que viniera de Cataluña, infinitamente peor fue la deslealtad de Rajoy que nos ha traído (con la inestimable ayuda del nacionalismo catalán) a este difícil estado de cosas.

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