La derecha extremista española

Pedro Sánchez en el Congreso. / Mundiario
Congreso de los Diputados. / Twitter
Los tres pilares de esta derecha extrema comparten su falta de sensibilidad social, su unionismo negador de la pluralidad nacional española y su apego a una Corona que sólo descansa en sus apoyos.
La derecha extremista española

La actitud de los tres líderes del tripartito extremista de las derechas españolas ha demostrado su incapacidad para entender la convivencia democrática y su sentido patrimonialista del Estado. Los tres pilares de esta derecha extrema comparten su falta de sensibilidad social, su unionismo negador de la pluralidad nacional española y su apego a una Corona que sólo descansa en sus apoyos.

Vaya por delante mi falta de confianza a respeto de las izquierdas españolas, que mostraron su radical inutilidad a lo largo de este año. De ahí mi desconfianza de que cumplan sus compromisos con mi país, Galicia, a pesar de la buena gestión de los tiempos y de su estrecha ventana de oportunidad que ha verificado  el BNG. Pero la coalición extremista de las tres derechas (nucleadas alrededor de FAES y de la Corona) me obliga a darle la esta mayoría (que no a este gobierno) un voto temporal de confianza.

Por exclusión, ciertamente. Porque los discursos de los líderes de la derecha extremista (Casado, Abascal y Arrimadas) mostraron lo peor de esa coalición entre el capitalismo castizo de amiguetes (la del BOE,  la del palco del Bernabeu,. siempre refractario a la libre competencia) y lo que el profesor de la USC Antón Losada, siempre oportuno en sus definiciones, llamó "patriotismo de puticlub". Como dijo acertadamente Aitor Esteban (PNV) las derechas extremistas españolas son como aquel hombre WASP (anglosajón, blanco y protestante) que manifestaba frente a las minorías que USA era de los WASP y las minorías todas estaban de visita. Pues eso. Parece que el Estado es de ellos y los demás estamos de visita. Somos, pues, ciudadanos y diputadas de tercera categoría. Para la triple coalición de la plaza de Colón millones somos malos españoles y pertenecemos a la “cáscara amarga”.

Frente esta visión patrimonial, clasista y catastrofista de la vida pública, las izquierdas españolas habrán de decidir lo que quieren ser de mayores. Si siguen jugando a  atemorizados progres de "la puntita nada más" que le compran la idea de la España nación única a las derechas o se enteran de vez que sin el concurso del soberanismo gallego, catalán, vasco o canario no suman para afirmar  las libertades que este fin de semana  negó el tripartito de las derechas. Porque, a lo largo de la historia de las naciones y pueblos del Estado español, el progreso en cuanto al reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado y del derecho al autogobierno y a la la libre decisión de sus distintas naciones fue siempre unido al progreso de las libertades y de las políticas sociales.

Esta semana se abre una pequeña  oportunidad para que las izquierdas españolas, el progresismo territorial y  los soberanismos gallego, catalán y vasco puedan colaborar en un programa común para ahondar en las libertades y en la democratización del Estado, para poner la economía al servicio de las mayorías sociales y para devolverles a las naciones del Estado la capacidad real de autogobernarse y decidir su futuro. Desde el hondo escepticismo de este desconfiado gallego: viento en las velas... @mundiario

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