En el deporte prima el mérito y están los mejores, en la política, no

Javier Imbroda en su papel en la política de la manos de Ciudadanos. / Foto: @AndaluciaJunta
Javier Imbroda en su papel en la política de la manos de Ciudadanos. / Foto: @AndaluciaJunta
Los partidos políticos se han convertido en estructuras opacas que temen el talento, prefieren seguidores mediocres y adictos a gente con ideas. 
En el deporte prima el mérito y están los mejores, en la política, no

A principios de abril moría Javier Imbroda y más allá de que “los españoles somos gente que enterramos muy bien”, como dijo un Rubalcaba socarrón al recibir tantas alabanzas cuando dejó la política, el Consejero de Educación de la Junta de Andalucía concitó grandes elogios. Todos los obituarios resaltaron su figura como una persona extraordinaria, inteligente, luchadora y honrada. Quienes trabajaron con él en su larga y exitosa carrera deportiva o en su corta carrera política, le definen como un gran compañero y amigo.

Todos estos rasgos de su personalidad aparecen en una entrevista que concedió a Silvia Moreno (El Mundo, 18.08.2018) cuando desembarcó en la política en las listas de Ciudadanos por Málaga. En esa conversación Imbroda dejó algunas reflexiones tan interesantes que merecen ser dadas a conocer.

La política, servicio civil 

“La vida –decía–, me ha dado una segunda oportunidad –creía haber superado el cáncer– y en vez de dedicarme a la contemplación decidí aportar lo que pueda a la sociedad... sin crispación”. Así explicaba su entrada en la política.

Le preguntó la periodista sobre los políticos que “han echado los dientes en la sede del partido” y nunca trabajaron en el sector privado, lo que contrasta con su carrera profesional, e Imbroda no se cortó: “Han hecho de la política una profesión. La política debe ser como un servicio civil y en una o dos legislaturas, a casa. Si no es así, el sistema se pervierte”.

La composición del Congreso, de las autonomías y de concellos constata esta realidad. Desde hace unos años asistimos a la aparición de políticos que, amamantados en los pechos de los partidos, andando el tiempo se convierten en políticos profesionales y su capacidad de sobrevivir en la política no está ligada a su formación y capacidad para las tareas legislativas y de gestión, sino a la lealtad al líder del partido.

deporte y política

Tampoco se cortó en la comparación entre el deporte y la política. Se parecen “en la exposición pública, pero con una diferencia: un entrenador que firma un contrato de cuatro años puede estar en la calle a los seis meses, un político no. En el deporte prima el mérito y están los mejores, en la política, no”.

Los partidos, tan importantes en nuestra historia, se han convertido en estructuras opacas que temen el talento y la mediocridad se va implantando a cambio de favores y clientelismo. Prefieren seguidores adictos a gente con ideas, apostilló.

Rubalcaba regresó a su puesto docente en la Facultad de Químicas cundo dejó la política y Javier Imbroda seguro que regresaría a su profesión de toda la vida. Pero muchos políticos actuales no tienen a donde volver y se aferran al puesto. Esta puede ser la clave de que no se rompa la coalición de Gobierno. @mundiario 

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