Los demócratas quieren una ley para saber con quién se reúne Trump en Mar-a-Lago

Melania y Donald Trump en la mansión, Mar-a-Lago. Facebook
Melania y Donald Trump en la mansión, Mar-a-Lago. / Facebook

La iniciativa también abarcaría a la Torre Trump y a un campo de golf ubicado en Nueva Jersey. En estas otras instalaciones mencionadas el Presidente también sostiene encuentros con políticos y empresarios.

Los demócratas quieren una ley para saber con quién se reúne Trump en Mar-a-Lago

Senadores demócratas proponen una ley para hacer público los datos de las personas que ingresan a la mansión de Donald Trump ubicada en Florida y que se llama, Mar-a-Lago. Desde que asumió la presidencia el pasado 20 de enero, el presidente 45° de los EE UU recibe en su exclusivo club a políticos destacados e importantes empresarios. Según datos de El País, España, el proyecto de ley, oficialmente, se llama MAR-A-LAGO Act: Make Access Records Available to Lead American Government Openness Act. En español, se traduce como Hacer disponibles los registros de acceso para liderar la ley de gobierno estadounidense abierto.

Destaca el medio español que la iniciativa legislativa, que tiene escasas opciones de prosperar en un Congreso de mayoría republicana, quiere obligar al Gobierno a publicar el registro de visitantes a la Casa Blanca o “cualquier otra ubicación desde la que el presidente Trump lleve a cabo regularmente su actividad oficial”. Eso incluiría Mar-a-Lago, donde el republicano ha pasado cinco fines de semanas desde su investidura, incluida una visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe. De ser aprobada esta medida, también afectaría a la Torre Trump en Nueva York y a un club de golf de su propiedad en Nueva Jersey.

El Gobierno Obama solía publicar con unos tres meses de retraso esos datos, que, en un afán de transparencia, permitían saber con quién se veían el mandatario y sus asesores.

Señala el artículo de El País que el objetivo de los senadores y de un congresista con una propuesta de ley similar es que la Administración Trump siga con la práctica del expresidente Barack Obama de difundir el registro de visitantes a la Casa Blanca y que, además, la extienda a sus propiedades privadas. El Gobierno Obama solía publicar con unos tres meses de retraso esos datos, que, en un afán de transparencia, permitían saber con quién se veían el mandatario y sus asesores. En la sección de la página web de la Casa Blanca que publicaba esos datos, se informa de que está siendo “actualizada” y que “publicará los registros de los visitantes de la Casa Blanca de una forma regular una vez estén disponibles”.

“Al rechazar difundir los registros de visitas de la Casa Blanca, el presidente Trump solo está validando las preocupaciones rampantes sobre quién puede estar moviendo los hilos en su administración”, dijo en un comunicado el senador Tom Udall, en una posible alusión a los presuntos lazos con Rusia del entorno de Trump. Es habitual que haya transparencia en la política estadounidense. Por ejemplo, son públicos los datos de qué individuos y empresas hacen donaciones a congresistas o se registran como lobistas para tratar de influir en el debate de una propuesta de ley.

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