La democracia está camino de la quiebra y requiere un rescate urgente

Democracia. / Manel Vizoso
Democracia. / Manel Vizoso

Si hacemos caso a lo que decía Lenin, que solo los necios discuten los hechos, estos evidencian hoy que estamos ante una grave crisis donde ejemplos del declive no faltan.

La democracia está camino de la quiebra y requiere un rescate urgente

Aunque tampoco es cosa de hacer mucho caso a Lenin, la verdad es que salvo breves intentos en 1812 y en el de la I República,  la democracia se instauró en España con la II República que aunque proclamada al margen de las urnas trajo una Constitución refrendada por las urnas igual que la de 1978, aunque esta con la que todavía convivimos fue fruto del consenso de todos los partidos sin restricciones y no de la toma de la calle.

Los ataques a la democracia han sido constantes en la historia y nunca ha sido perfecta sino el menos malo de los sistemas políticos ensayados y eso la mantiene viva, la falta de alternativas cuyos ensayos han terminado en tragedia como el comunismo que pese al buen análisis materialista de la historia que hizo Marx, su puesta en práctica resultó nefasto aún matando a todos los discrepantes incluido Trosky. Decía Voltaire que la política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria, y esto es completamente actual al menos en España pero no solo en España sino en el mundo. Vivimos una actualidad donde los que cumplen sus promesas se quedan sin seguidores y los que mienten tienen premio. El gran avance desde Voltaire es que ahora diríamos "hombres y mujeres" porque la mujeres ya tienen derecho de voto, algo que no tenía en la Grecia donde nació el sistema y que la II República también quiso negar porque temían las izquierdas que el voto femenino fuese conservador.

También fue en Grecia donde el neocomunismo o populismo inicia su declive con el fracaso de Syriza aunque haya surgido un país con comunistas en un gobierno europeo, precisamente España pese a que tanto populistas como comunistas parece que no tratan de imponer la dictadura del proletariado como tampoco lo hizo el Uruguay. presidido por Mujica. La derecha extrema sube constantemente en Europa como ya había subido en tiempos de descontento después de la crisis de 1929, y sube en las urnas como había subido el nazismo de Hitler mientras que la izquierda sube en la calle. El ejemplo más claro es el del centrista Macrón elegido en Francia por una holgada mayoría absoluta pero acosado en una huelga permanente por la oposición y los sindicatos de izquierda que pretenden derribarlo, afortunadamente sin muertos porque recordemos el caso contrario, el de Allende en Chile, el presidente marxista que alcanzó el poder democráticamente y fue derribado por las armas gracias a las huelgas que programó la CIA (EE UU). 

Esta crisis que padecemos se agrava por unas leyes electorales que apoyan la gobernabilidad pero que muchas veces logran el efecto contrario y hace que el poder caiga en manos de quien carece del apoyo mayoritario de las urnas, algo que hemos visto en EE UU con Trump (47%), en el Reino Unido con Johnson (44%), en Cataluña con Torra (48%) o en España con PSOE&UP (42, 44 o 46% según se traten las abstenciones). Esto se podría corregir en parte con otra ley electoral y otra circunscripción pues ahora hay partidos (Más País y Ciudadanos) donde conseguir un escaño les cuesta 160.000 votos, otros que les vasta con 52 o 54.000, y hasta uno (TE) que con 19.800 decide el destino de España. En cualquier caso tampoco se puede dejar a las Autonomías sin representación mientras el Senado no tenga contenido como una auténtica Cámara territorial.

La única solución que está probada y funciona es la Democracia Directa, la que se utilizaba en la Atenas o en Roma, y que ahora solo se practica en Suiza, un país con cuatro idiomas oficiales (Aleman, francés, italiano y romance, sin conflicto alguno por ello, con 26 estados o cantones y que se arreglan con pocos políticos, la mayoría a media jornada demostrando su capacidad de sustento al margen de la política, y muchos sin cobrar. Están para administrar y no para pelear por el poder pero quizás esos aspectos no sean los más útiles o fáciles de implantar en España. Lo que si debemos implantar sin demora es que la iniciativa popular mediante recogida de firmas sea legislativa, es decir, que obligue al Parlamento a tramitarla guste o no. En España los políticos deciden si tramitan o no la iniciativa legislativa popular del pueblo, lo que es una resta evidente de soberanía. Y el otro aspecto a incorporar urgentemente consiste en que también mediante recogida de firmas se puede exigir que una ley aprobada por el Parlamento sea sometida a referéndum. Esto es más importante si cabe, en España donde no hay segunda vuelta ¿quien votó un gobierno PSOE%&UP? Especialmente cuando se prometió que no se haría y menos aún con apoyo independentista. Es evidente que nos gobierna un poder que no emana de la urnas, incluso que a la gente le habían prometido lo contrario. ¿Que menos entonces que si sacan leyes de un programa pactado después de las elecciones, podamos exigir que nos consulten si hay firmas suficientes? @mundiario

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