Nada está decidido en Escocia a pesar de la presión de Londres a favor del 'no'

Manifestación por la independencia de Escocia, en Galicia. / Xurxo Lobato
Manifestación por la independencia de Escocia, en Galicia. / Xurxo Lobato

Escocia celebrará el 18 el referéndum por su independencia, mientras los sondeos comienzan a ofrecer proyecciones muy igualadas y el ministro de Finanzas británico ofrece más autogobierno.

Nada está decidido en Escocia a pesar de la presión de Londres a favor del 'no'

Escocia celebrará el 18 de este mes el referéndum por su independencia, mientras los sondeos comienzan a ofrecer proyecciones muy igualadas y el ministro de Finanzas británico ofrece más autogobierno si los escoceses rechazan su independencia. Fórmula que Cameron negó a Salmond en 2012, convencido de que una pregunta sencilla reflejaría una clara mayoría contra la independencia.

El reino de Escocia se formó en el siglo IX y mantuvo su independencia  en lucha continua contra Inglaterra. Desde 1603 hasta 1688 una dinastía escocesa, los Stuarts, reinó sobre ambos países y esta cercanía incrementó las presiones anexionistas de Inglaterra. El Parlamento escocés aprobó en 1707 la Unión con el reino de Inglaterra para formar el nuevo Reino Unido. Fue una decisión impopular, explicable por los intereses de la nunca fiable aristocracia escocesa, dominante en la Cámara y por la carga financiera provocada por la fracasada aventura colonial en el istmo de Panamá.

Los escoceses mantuvieron su Iglesia, Derecho, sistema judicial y règimen local, pero perdieron sus  libertades políticas después de 1745 por su apoyo a los Stuarts. La emigración, la aventura colonial británica y la industrialización de la cuenca del Clyde contribuyeron a encajar el país en el Imperio británico. Pero las guerras mundiales en el siglo XX liquidaron el Imperio y Escocia perdió sus horizontes. Londres multiplicó su presencia en el ahora más pequeño Reino Unido. Ya no era fácil el encaje de Escocia en este inglesizado Reino.

Hay algo más de 40 años apareció el petróleo del Mar del Norte y Londres privó a los escoceses de gran parte de sus beneficios, ocultando la información sobre la magnitud de la aportación del crudo al PIB escocés y desarrolló una campaña basada en la desinformación y en el desprestigio de los nacionalistas del Scottish National Party (SNP), que habían conseguido el 32% en las elecciones al Parlamento de Westminster en 1974.

Sin embargo, en  1998 la "devolution" fue aprobada por una amplia mayoría y el Parlamento escocés fue restaurado. El SNP ganó las elecciones en el 2011 con mayoría absoluta. En cumplimiento de sus promesas electorales, el primer ministro escocés pactó con el británico la celebración del referéndum de independencia el 18 de este septiembre.

Cameron rechazó de forma machacona una tercera opción para devolverle más autonomía a Escocia, pese a que su ministro de Finanzas, ante el avance de la opción pro independencia (que ganaría 51-49%, según una recientísima encuesta del Sunday Times) acaba de ofrecer esta ampliación autonómica en el caso de ganar el "yes".

A pocos días de que la ciudadanía escocesa vote nada está decidido, pese al esfuerzo de Londres porque gane el "no".

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