David Jiménez: "Hay corrupción en la prensa y relación servicial con el poder"

David Jiménez.
David Jiménez.
En su libro El Director, este periodista denuncia el servilismo de la prensa ante los poderes políticos y económicos. / Entrevista
David Jiménez: "Hay corrupción en la prensa y relación servicial con el poder"

Fue durante una década reportero de guerra en Afganistán, obtuvo la prestigiosa beca Nieman de la Universidad de Harvard y llegó a dirigir el diario El Mundo. Hoy escribe para el New York Times. David Jiménez es uno de los periodistas españoles de raza, pero sobre todo uno de los que puede presumir de haber llegado lejos sin dejarse corromper. En su libro El Director denuncia el servilismo de la prensa ante los poderes políticos y económicos. Hoy tengo el privilegio de entrevistarle para MUNDIARIO.

– Una de las cuestiones de fondo que denuncia usted en su libro El Director, basado en su experiencia como director de uno de los tres diarios más importantes de nuestro país, es la conexión antidemocrática de los medios de prensa más relevantes con el poder político. Hay un tema muy recurrente que es el de considerar que, puesto a que no hay separación de poderes (siendo los medios de comunicación el cuarto poder), España es un país partidocrático. Algo así como una cleptocracia donde el poder político - alejado de la sociedad civil - tiene creado un sistema para seguir perpetuándose en él y vivir de lujo a costa del contribuyente. ¿Hasta qué punto piensa usted que esto es así? Y ¿para qué ir a votar a un sistema que sabemos que es falso?

– España es una democracia joven e imperfecta. Quizá uno de sus mayores problemas es que tiene al frente a una clase dirigente poco preparada, cuya mediocridad se trata de ocultar con ruido, sesgo ideológico y crispación. Cuando no tienes ideas ni proyecto, te queda el insulto. Vivimos en una etapa de gran irresponsabilidad, donde se fomenta la división y se dejan los problemas por resolver. El peligro es que la desafección que eso provoca alimente a populismos y radicalismos, que la gente termine viéndolos como la solución. España necesita una profunda regeneración, para que la política vuelva a estar del lado de los ciudadanos y no al servicio de los partidos. Pero quienes deberían llevarla a cabo son los menos interesados en impulsarla.

– Su libro, que no deja títere con cabeza, es uno de los libros más reveladores y, valga la paronomasia, más relevantes que se han escrito sobre nuestro país en mucho tiempo. Aplaudo su trabajo porque como decía George Orwell periodismo es contar lo que el poder no quiere escuchar, el resto son relaciones públicas. ¿Le ha creado muchas enemistades? ¿Y qué consecuencias le trajo su publicación?

– Digamos que me generé los enemigos esperados y perdí algunos amigos que no lo eran. La verdad tiene muchos amigos, pero pocos sinceros. La gente suele aceptarla, hasta que le afecta directamente. De todas formas, lo que me habría preocupado es que un libro que denuncia la corrupción de la prensa y su relación servicial con el poder no hubiera generado rechazo entre quienes han llevado el oficio a la decadencia actual. Las consecuencias para mí han sido mínimas, porque afortunadamente no dependo de políticos, empresarios y directivos de medios españoles para pagar la luz. Más bien ha ocurrido al contrario: el libro me ha dado grandes alegrías y ha traído más proyectos nuevos de los que puedo atender.

– Una de las formas más dignas que tenemos los escritores para publicar en España es hacerlo ganando concursos literarios. Sin embargo, muchos de los mejor dotados están amañados y solo los pueden ganar personas de gran influencia mediática. Fernando Savater, por ejemplo, decía que sospechar del Planeta es como sospechar de los Reyes Magos. Por otra parte hay también premios ideológicos, que se conceden por afinidades políticas. ¿Podría indicarme qué concursos de relevancia nacional aún quedan limpios en nuestro país?

– Detesto los premios, salvo cuando me los dan a mí (risas). Me dieron uno hace 14 años por Hijos del Monzón, mi primer libro, al mejor libro de literatura de viajes de España. Es un premio que ya no existe, pero que tenía un jurado de prestigio y me hizo ilusión. No me he presentado a ningún otro y no conozco los procesos de selección de los que existen. El director muestra que si uno escribe un libro que la gente quiera leer, encontrará su público aunque lo edite una editorial independientes como es Libros del KO. Y ese el verdadero premio, que le lean a uno.

– En mi último libro, que saldrá a la luz en algún momento de este año, hablo sobre los llamados "dineros calientes". El periodista colombiano Félix Marín revela, por ejemplo, la existencia de los dineros del narcotráfico en la prensa española. No sé si a usted le consta directamente la entrada y financiación de dinero del narcotráfico también en la prensa de nuestro país...

– No tengo ningún indicio de que la prensa española se financie con dinero del narcotráfico.

– Como también se desprende de su libro la prensa siempre ha contado con sus informantes en eso que se ha venido a llamar las "cloacas del sistema". ?Es legítimo entrevistar por ejemplo a terroristas con el fin de poder ofrecer un trabajo de investigación inédito y exclusivo? ¿Hasta dónde llega el código deontológico?

– Soy favorable a entrevistar a todo el mundo, desde el Dalai Lama a Kim Jong-un. El periodismo debe reflejar lo bueno y lo malo de la condición humana. ¿Habría entrevistado a Osama Bin Laden si hubiera tenido la oportunidad? Por supuesto. Las mejores entrevistas son siempre con el diablo.

– El subsecretario general de Naciones Unidas, Antonio María Costa, aseguró en una entrevista que los dineros generados por la prostitución y el narcotráfico son las únicas fuentes que permiten al sistema bancario actual librarse de la quiebra. ¿Podría usted decirnos qué le parece que políticos como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero sigan relacionándose con narcodictaduras o que haya partidos como Podemos que hayan recibido indirectamente financiación de este tipo de regímenes políticos?

– Aunque soy crítico con la mediación de Zapatero en Venezuela, que solo ha servido para justificar al régimen, no he visto ninguna prueba de que haya cobrado dinero de Maduro. Si me la enseña, podría comentar al respecto. En cuanto a Podemos, de nuevo es un partido con el que tengo profundas discrepancias. Pero no hay, a día de hoy, ninguna causa judicial que avale las denuncias de financiación irregular contra ese partido por parte de dictaduras extranjeras.

– Una de las escenas más divertidas para mí de su libro (que contiene muchas) es cuando yendo usted en el tren le llama el Rey Felipe VI y le dice "Hola, soy el Rey...". El monarca le llama para pedirle disculpas por unas críticas que Doña Letizia había hecho en un grupo de Whatsapp y ustedes hicieron públicas.  No soy monárquico pero me pareció un detalle noble por su parte. ¿Tiene usted mejor impresión de él que de su padre, el rey emérito?

– Tengo mucha mejor opinión de Felipe VI que de su padre, que me parece un señor indigno de haber ocupado la jefatura del Estado. Espero que el actual monarca emprenda la modernización y reforma de la institución que prometió. Quienes se dicen monárquicos y le aconsejan que no cambie nada son sus peores enemigos.

– ¿Podría decirme cuáles fueron los medios de comunicación que se financiaron con la caja B del Partido Popular?

– Hasta donde yo sé, los medios tradicionales se financian con publicidad y acuerdos de empresas e instituciones a cambio de un trato informativo amable. Son Los Acuerdos de los que hablo en el Director.  Y sí, podría considerarse un modo sutil de corrupción. Bárcenas ha denunciado el pago a periodistas y los jueces han corroborado que el dinero de la Caja B fue utilizado paracubrir la ampliación de capital de Libertad Digital, por ejemplo. Me temo que es solo la punta del Iceberg.

– Entrevisté para MUNDIARIO a Fernando Sánchez Dragó y en su opinión son ustedes dos los periodistas más valientes de nuestro país puesto que cuando cubrieron el tsunami en el sudeste asiático hubo una espantada general de periodistas. Sin embargo ustedes se quedaron allí para reportar prácticamente desde el ojo del huracán porque son periodistas de raza. ¿Fue así o exagera Fernando? Le tengo en alta estima pero ya sabe usted que los escritores tendemos a veces a la hipérbole. Nuestra cosmovisión literaria consiste a veces en una exageración de la vida.

– La estima por Dragó es compartida. Incluso cuando no estoy de acuerdo con él, que es casi siempre (risas), le guardo un enorme cariño. Se cumplen ahora diez años de Fukushima. Efectivamente, hubo un gran éxodo cuando la estación nuclear empezó a explotar. En lo que a mí respecta, tomé la decisión de quedarme porque me parecía que era una gran historia y la idea de un periodista corriendo en dirección contraria a la noticia me resulta algo contradictoria. Mientras la gente abandonaba Japón, Dragó fue de los que hizo el viaje inverso y entró en el país. Tiene una vitalidad incombustible que le lleva a meterse en todos los líos. @mundiario

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