¿Por qué los cursos de formación no se desarrollan con seriedad y rigor?

La conselleira Beatriz Mato, con Crespo, implicado en la Operación Zeta, en un acto en Azetanet en 2009. / Eduardo Vicente en La Opinión A Coruña
La conselleira Beatriz Mato, con Crespo, implicado en la Operación Zeta, en un acto en Azetanet en 2009. / Eduardo Vicente en La Opinión A Coruña

Que los parados actualicen sus conocimientos, adquieran nuevas destrezas y habilidades no les garantiza un puesto de trabajo, pero favorece su reinserción laboral, explica este autor.

¿Por qué los cursos de formación no se desarrollan con seriedad y rigor?

Que los parados actualicen sus conocimientos, adquieran nuevas destrezas y habilidades no les garantiza un puesto de trabajo, pero favorece su reinserción laboral, explica este autor.

Dirigentes populares y miembros del Gobierno vienen compitiendo con dirigentes del primer partido de la oposición para dilucidar qué gobierno dio más ayudas al empresario coruñés imputado en la operación Zeta, si el bipartito del Partido Socialista y del BNG o el actual ejecutivo popular.

Que no malgasten el tiempo: el resultado es de empate técnico. Euro arriba, euro abajo, los dos gobiernos repartieron generosamente "dinero a paladas" y los dos pecaron de dejación de sus funciones al no ejercer el control de esos fondos, lo que explica que no fueran bien empleados en la organización de acciones formativas para el reciclaje de los parados.

Pero en este proceloso mundo de la formación no pecaron solo los políticos, las indecencias son transversales. Un Informe  del Consello de Contas presentado en los primeros días de noviembre fiscaliza los programas de formación para el empleo del año 2010 -¡a buenas horas!- y señala 574 irregularidades, algunas de ellas de escándalo, en 70 cursos de formación auditados de aquel año.

Ese Informe cita como partícipes y "beneficiarios" a las confederaciones de empresarios de Galicia, a los sindicatos CC OO, UGT y CIG y al principal encausado en la operación Zeta, que no es el peor parado. Todos operaban directamente o mediante fundaciones y otros chiringuitos a través de los cuales presuntamente desviaban fondos públicos destinados a la formación.

Contas analiza el año 2010 y no es arriesgado concluir que las irregularidades continuaron en los años siguientes a cargo de los mismos y de otros actores, lo que lleva a pensar que a la formación organizada con fondos públicos le queda un largo recorrido político y recorrido judicial después de las 23 nuevas imputaciones de la operación Zeta que da nombre a una presunta trama.

Si toda corrupción es detestable, cuando se desvían fondos destinados a los parados, el significado de la palabra indignación se queda corto para expresar el estado de ánimo de la gente. Por eso, populares y socialistas -y todos los demás grupos- prestarían un mejor servicio al país si, en lugar de arrojarse la basura en plan "y tú más", emplean el tiempo en depurar responsabilidades y en tomar medidas para que este saqueo indecente de fondos de la formación no se vuelva a producir.

Que los parados actualicen sus conocimientos, adquieran nuevas destrezas y habilidades no les garantiza un puesto de trabajo, pero favorece su reinserción laboral. ¿Por qué no se ocupan de que esta "política de empleo" se desarrolle con seriedad y rigor?

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