El curioso crecimiento de la Agrupación Socialista de Vigo o los militantes dormidos

Una de las funciones esenciales que el PSOE atribuye a sus militantes es (copio de sus propias páginas de doctrina): “Participar en la vida interna de la agrupación local, en los debates en las asambleas, en la toma de decisiones, en la organización del trabajo y, en general, en la acción militante. Elegir a los delegados de su Agrupación (o siendo elegido) para participar en los congresos provinciales, comarcales, regionales, etc… en donde se toman los grandes acuerdos y resoluciones políticas del Partido”.

Creo que muchos militantes del PSOE que estarían encantados de que esto fuera realidad. Y no digo que no lo sea en algunas agrupaciones; pero en otras de por aquí, parece más bien que no. Algún que otro ‘baroncillo’ de este partido en Galicia, además de no cumplir los Estatutos del PSOE ni las resoluciones de sus congresos, ni nada que no le pete, ha convertido su agrupación en una especie de feligresía, donde se alistan no sólo españoles, sino extranjeros de diversas procedencias, muchos de los cuales forman una masa cerrada que asisten a las asambleas decisivas, sin que por otro lado, participen en modo alguno en la vida del partido, salvo cuando suenan las campanas a rebato y haya que formar filas alrededor del jefe y sus comandantes.

Algún que otro ‘baroncillo’ del PSOE en Galicia, además de no cumplir los Estatutos del PSOE ni las resoluciones de sus congresos, ni nada que no le pete, ha convertido su agrupación en una especie de feligresía, donde se alistan extranjeros que no participan en modo alguno en la vida del partido, salvo cuando suenan las campanas a rebato y haya que formar filas alrededor del jefe y sus comandantes.

Son una especie de militantes dormidos, como invernados, que se activan cuando es necesario. El resto del tiempo no aparecen. Pero llegado el caso, la oposición dentro de estas agrupaciones se encuentra con ese muro de votos en contra, y para empezar, no siquiera acceso tienen a las propias listas de militantes, donde tantos hallan el enganche para un empleo ya sea temporal o no. Cada vez son más y nada puede cambiar. Nada cambia. Y los socialistas morales siguen con amargura y resignación esperando el milagro que no llega.

El denominado sector crítico del socialismo vigués que lidera el profesor universitario y sobrino del alcalde, Gonzalo Caballero, lleva años denunciando la repetida  manipulación  del censo de afiliados en el PSOE local de Vigo.  En su día, fue noticia nacional que en apenas una semana, —la siguiente a la celebración de las elecciones del 20-N de 2010—, se contabilizaron hasta 150 altas, en su mayoría de personas vinculadas directa o indirectamente a empresas que trabajan para el Ayuntamiento local, incluidas familias enteras.

Vigo bate el récord de afiliación en masa entre las grandes ciudades de España y es habitual que ante asambleas decisivas, entre en masa y aparezcan a votar personas que nunca luego ni antes tienen participación alguna en la vida del partido, muchas de ellas, extranjeros. Quienes repetidamente pidieron que este aumento estratégico se investigara por parte de los órganos superiores del partido nunca lograron nada efectivo, e incluso el ex alcalde socialista de Vigo, alineado con los críticos, acabó siendo expulsado.

El aparato local ha logrado laminar a la oposición para que no llegara al 20% de representación necesario para tener voz y voto, y poder sacar sus propuestas adelante por mayoría. En cada congreso, la representación oficial tiene más delegados.

No quiero pensar que este caso, que los propios militantes éticos denuncian todos los días esté extendido por España. Pero puede resultar gracioso que con la apelación a la militancia por parte de Pedro Sánchez para ver si respaldan su acuerdo con Podemos, varios miles de extranjeros, con derecho a voto, para muchos de los cuales es esencial que PSOE se haga con el poder, y otros muchos a la espera de que algo caiga (cosa que pasa en todos los partidos, obviamente, el PP también, y todos los demás, porque como dice Duverger el poder es el premio o botín de unas elecciones, y el poder se reparte).

Ello a lo suyo, y la incertidumbre de España en aumento.