La cumbre del G20, una reunión donde Putin parece ser el más cómodo

Cumbre del G20. RR SS.
Cumbre del G20. / RR SS.

Siendo claros, el mundo nunca ha estado precisamente en paz, pero estos últimos años han sido especialmente movidos ante las distintas crisis que asolan a algunos países. La última reunión de los países industrializados y emergentes ha estado ensombrecida por preocupantes problemas que incomodan a los líderes, de los cuales el único que parece estar muy tranquilo es el presidente ruso, el mismo que llevamos viendo desde hace 18 años.

La cumbre del G20, una reunión donde Putin parece ser el más cómodo

El G20 celebra una nueva reunión en medio de distintas polémicas. Empecemos la crisis de migrantes que ahora no solo afecta de sobremanera a Europa, también se está viviendo de especial manera en América con los migrantes centroamericanos y el éxodo de venezolanos; pero también está el último informe de la ONU sobre el calentamiento global que pone en duda el Acuerdo de París, o la tensión entre Kiev y Moscú, el asesinato ordenado por un príncipe contra un periodista, la guerra comercial entre EE UU y China, la crisis económica en Argentina donde se celebra la cumbre… toda una tormenta donde el único que parece estar bastante cómo es el presidente Vladimir Putin, que ya cumple 18 años en el poder.

Si hay un Gobierno criticado, ese es el de Putin, pero aun así puede sonreír y sentarse cómodo porque le siguen invitando a este tipo de eventos, organiza Mundiales de fútbol, apresa a marineros ucranianos, conversa tranquilamente con príncipe saudí Mohamed bin Salmán (la imagen del cinismo), ignora las críticas, las sanciones y un sinfín de etcéteras… Entre el enorme grupo reunido para la foto oficial, destacan especialmente Putin y el príncipe heredero de Arabia Saudí, que a pesar de ser acusado de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, no se detuvo y asistió a la cumbre donde muchos temen acercársele, no por miedo a que ordene su asesinato, sino por miedo a dañar su imagen porque si bien nadie lo señala en público, en privado es otra cosa.

Bin Salmán está siendo tratado con guantes de seda por parte de los mandatarios. Trump no se ha dejado ver en público con él, pero lo defiende contradiciendo a sus propios servicios de seguridad; mientras que Mauricio Macri lo recibió como buen anfitrión; Macron intercambió algunas tensas palabras con él; mientras que May le dejó saber la necesidad de acabar con la Guerra de Yemen y de “tomar medidas” para que “un incidente tan lamentable” como el brutal asesinato de Khashoggi no volviera a suceder.

El presidente estadounidense también ha sido noticia, pero no por nada especialmente positivo. Apenas abordaba el avión presidencial, el mandatario anunciaba que cancelaba su reunión con Putin por el conflicto con Ucrania, pero siendo sinceros, lo dudamos, pues en EE UU las cosas están bastantes complicadas con el avance de la investigación de la trama rusa, así que a Trump no le conviene verse con su homólogo ruso. A esto, tenemos que sumarle una tercera potencia, China, que está en plena guerra comercial con Washington. El presidente chino, Xi Jinping, se reunirá con Trump y de ese intercambió podría resolverse o no el conflicto económico actual que ya ha frenado el crecimiento económico mundial y que poco a poco se ha empezado a sentir en algunas partes del mundo.

El tema de la migración no ha sido ninguna prioridad, pero el cambio climático ha sido mencionado, a penas. Varias potencias coinciden en que es necesario hacer más, pero poco se sabe sobre sus planes a seguir, mientras que Trump sigue negando que existe tal fenómeno. En medio del caos, Putin asegura que las sanciones contra su régimen en realidad son maniobras proteccionistas, así que se sienta y espera a ver cómo el resto baila a su alrededor, mientras, él puede que continúe al frente de una de las mayores potencias del mundo, algo que ningún líder puede jactarse de tener. @mundiario

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