Cuando la televisión acabó con una estrella de la política llamada Trump

Donald y Melania Trump./ Efeestilo
Donald y Melania Trump./ Efeestilo

Lo peor de los primeros días de la política de Donald Trump es que el americano piensa que sigue todavía en la casa de Gran Hermano.

Cuando la televisión acabó con una estrella de la política llamada Trump

Se parece demasiado a los políticos españoles. Ese es el problema de Trump, que recuerda mucho a esos políticos de melenas o del Opus que han visto en la televisión y en El Hormiguero una forma de hacer campaña y no gestión política.

El problema de Trump es que lo han votado millones de americanos y él piensa que lo han votado millones de televidentes para que gane Gran Hermano o Supervivientes. Trump quiere ser Belén Esteban, porque, en América como en España, las poltronas se ganan desde la popularidad y las promociones de la teletienda.

La política ya quedó lejos de esta arena. La política es el capital, así que todos los políticos, los nuestros sobre todo, se parecen a Trump y Trump se parece cada vez más a su mujer y a todos esos ángeles de Victoria´s Secret. Porque lo importante para gobernar es parecerse a Pablo Iglesias en la Sexta Noche o a Marhuenda, o a Inda, o a la reina de las fiestas de mi pueblo. Porque, hace tiempo, mucho tiempo, que la televisión mató al político, como el vídeo-clip a la estrella de la radio.

A mí me gusta Trump porque me recuerda a los ángeles de Victoria´s Secret, y porque me recuerda que ya no votamos a políticos, sino a estrellas de la tele que hacen de nuestras vidas su Monopoly, su GH Vip y su Call of Duty. Y eso es maravilloso en un mundo, donde la gente ya no se pelea a la salida de los bares, sino en un hagstag.

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