¿Cuándo se jodió Cataluña?

Constitución y justicia.
Constitución y justicia.

No se puede trasladar a los jueces la resolución de los problemas políticos, como no pueden los políticos dejar de cumplir con su trabajo.

¿Cuándo se jodió Cataluña?

En la extraordinaria novela de Vargas Llosa Conversación en La Catedral su protagonista Zabalita exclama al comienzo del relato "¿en qué momento se jodió el Perú?"

Cataluña sin duda se ha jodido por culpa de unos políticos iluminados y corruptos que han conducido al mayor de los desastres a una buena parte de los ciudadanos  catalanes. Unos políticos de ideología independentista que no han sabido actuar en democracia defendiendo sus legítimas ideas. Unos políticos independentistas  implicados, directa o indirectamente, en la corrupción que en Cataluña  ha servido de coartada para atentar contra el Estado constitucional de derecho. Unos políticos que ahora esperan en prisión el juicio que por delito de rebelión se celebrará en el Tribunal Supremo tal vez este otoño, aunque se especuló con que fuese posible antes del verano.

En el relato del auto de procesamiento escrito por Pablo Llarena encontramos el devenir de unos hechos que, partiendo del año 2012, conducen a la conclusión del juez de que existió una trama criminal dirigida por esos políticos independentistas a subvertir el ordenamiento  constitucional. El magistrado instructor no solo asume así los planteamientos de la acusación de la Fiscalía, sino que va mucho más lejos, hasta el punto de comparar los hechos de septiembre y octubre de 2017 en Cataluña  con el golpe de Estado del 23-F.

Montesquieu, que calificó al poder judicial como el más terrible de los poderes, dijo también que los jueces no pueden ser más  la boca que pronuncia las palabras de la ley. Este mecanicismo del juez sería superado con la evolución desde el Estado liberal de derecho al Estado social y democrático de nuestros días, en donde el  juez trabaja con una realidad y sus turbulencias, afilándola con la razón normativa para que no le estalle en las narices, aplicando unas normas que no siempre son unívocas. Las decisiones judiciales  no son así ideológicamente asépticas a la hora de "decir el derecho". Los jueces del Estado democrático no se limitan a aplicar mecánicamente la ley, sino que irremediablemente manifiestan en esta operación aplicativa su concepción sobre el momento social y político sobre el que las normas inciden.

No se puede trasladar a los jueces la resolución de los problemas políticos, como no pueden los políticos dejar de cumplir con su trabajo. Cataluña se jodió también en gran medida por una dejación por parte de la política y quienes la ejercen desde el Parlamento  y el Gobierno de la Nación  que no han  sabido, o no han querido, solventar el problema con una respuesta política , y solo política. El poder judicial no está  constitucionalmente configurado  para soluccionar estos problemas que sólo  conducen a un indeseable "gobierno de los jueces". ¿Llegará el momento de que todos asuman sus responsabilidades? @mundiario

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